Chema Rodríguez Calderón: El teatro es un espejo social, cultural y artístico que nos hace ver y sentir cómo somos.
¿Qué es el teatro para ti?…
El teatro es mi forma de vida. Y no hablo de pagar las facturas o de trabajar más o menos o con mayor o menor salario. Hablo de que para mí el teatro es imprescindible. Es una necesidad vital: escribir, actuar, dirigir y asistir a una obra de teatro es para mí algo de lo que no puedo prescindir.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…
He pasado por todas las etapas de esta profesión; teatro aficionado, alternativo, de pequeño, mediano y gran formato. Comencé a hacer teatro a los quince años de edad y formé parte del elenco de dos compañías de teatro aficionado con las que estrené diez montajes entre 1989 y 1998. Ya estudiando en la Escuela de Cristina Rota trabajé en La Katarsis del Tomatazo durante cuatro temporadas. Nada más terminar la escuela formé mi propia compañía de teatro, Martelache, en 2002. La verdad es que no he parado y he trabajado ya en más de 50 montajes de teatro desde que me subí a un escenario por primera vez hace veinticinco años.
¿Cómo surgió que escribieses y dirigieses teatro?…
Surgió de una manera muy natural; comencé a escribir textos teatrales para montarlos con mi compañía de teatro. Con Martelache estrené en 2002 Idioteces profundas contadas por imbéciles inteligentes, la primera parte de la Trilogía idiota, con este montaje nos recorrimos toda España en más de 170 representaciones, incluso la representamos en Latinoamérica. Para nosotros, que empezábamos en el terreno profesional con una compañía propia, fue como un sueño. Diez años después, en 2013, estrenábamos al fin la tercera parte de la trilogía Somos idiotas porque es lo más inteligente que estamos representando ahora en La Escalera de Jacob.
¿Cómo surge el texto que se está representando en La Escalera de Jacob?…Háblanos de la propuesta escénica…
Tenía muchas ganas de escribir un texto sobre el mundo de la pareja. Hace tiempo leí una crítica teatral en la que se decía algo parecido a esto: “…otro montaje más sobre el mundo de la pareja, algo que está ya más que superado…”. Me pareció un comentario tan peregrino. ¿Cuándo hemos superado la fase de la pareja? Seguimos teniendo los mismos problemas de incomunicación, de falta de compromiso, inestabilidad, sinceridad, infidelidad… nunca superaremos la fase de la pareja y eso es de lo que quería hablar en el texto.
La propuesta escénica tenía que ser como en todos los montajes de la Trilogía idiota, nada de música, sólo texto de principio a fin, sin cuarta pared, los actores frente al público, sin artificio. Blanca Baltés ha dirigido el texto potenciando muchísimo el trabajo del actor, y eso es lo que más me gusta de su trabajo.
¿Hiciste algún tipo de búsqueda o documentación sobre el tema antes de empezar a escribirla?…
Hice una búsqueda retrospectiva basada en mi propia experiencia y en la de la gente que me rodea basada en qué cosas afectan nuestra vida en pareja de manera más directa, qué es lo que afecta nuestro día a día. Y así fui configurando a los personajes y sus circunstancias laborales, familiares, sus deseos, sus neurosis, todo su mundo.
¿Cómo ha sido el proceso de escritura del texto? ¿Ha cambiado tu visión del texto a partir de la puesta en escena?…
Sin duda. Según iban avanzando los ensayos cambié algunos textos y me fui dando cuenta de las cosas que faltaban o sobraban. Incluso ahora, después de 50 representaciones, creo que sería capaz de cambiar algún texto. Creo que algo que me ha hecho crecer mucho como autor es tener la posibilidad de crecer los textos con las representaciones.
¿Qué balances haces de tus últimos trabajos para el teatro?…
Ha habido varios trabajos que me han aportado mucho últimamente y cada uno de una manera muy distinta. Cerrar la Trilogía idiota me ha dado muchas cosas, primero cerrar una etapa de investigación en comedia de más de diez años y segundo tener la ocasión de publicar por primera vez. Encontrarme con el maravilloso equipo de Ediciones Irreverentes ha sido para mí todo un descubrimiento. La experiencia de volver a revisar textos escritos hace una década ha sido muy interesante y la aceptación que ha tenido el libro para mí ha sido un regalo maravilloso. Formar parte del reparto de Tomás Moro. Una utopía bajo la dirección de Tamzin Townsend ha sido para mí una experiencia excepcional. No son tantos los proyectos de gran formato en los que he trabajado y disfrutar de seis meses de gira por los mejores teatros de España ha sido muy gratificante. También mi experiencia con Venezia teatro en La Hostería de la Posta ha sido para mí un trabajo muy especial.
¿Cómo ves la creación teatral en estos momentos?…
Yo voy muchísimo al teatro y creo que sigue habiendo muchísima creatividad y muchos trabajos interesantes. Desgraciadamente ahora es muy difícil exhibir, distribuir y promocionar teatro, estamos en un momento muy difícil. Pero creo que sigue habiendo profesionales que merece la pena tener en cuenta.
¿Qué sentido ha de tener el teatro hoy?…
Yo creo que el teatro debe demostrar que siempre está ahí, que sigue siendo y que siempre será una forma de representar la realidad y el momento actual. Ese es el sentido que ha tenido durante siglos y que creo que tiene hoy todavía: un espejo social, cultural y artístico que nos hace ver y sentir cómo somos.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro?…
Ha sido demoledor. Las salas de teatro decidieron no subir los precios y asumir la reducción en los ingresos. Ha sido un auténtico revés para un negocio que ya era complicado de defender. Y es bastante fácil ver la repercusión que ha tenido: más de 970 empresas culturales han cerrado en cuatro años. Es una cifra terrible. Para mí ha sido bastante triste ver cómo gente muy interesante que llevaba batallando mucho tiempo ha dejado de luchar por cansancio, por desgaste.
Alguna sugerencia para crear en tiempos de crisis…
Creo que sólo mirando a nuestro alrededor tenemos un material más que valioso para seguir creando. Tenemos que seguir ideando propuestas interesantes para que el público no deje de llenar las salas de teatro. La crisis nos puede quitar cosas pero jamás la capacidad de inventar, crear e imaginar.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente? ¿Qué te pareció?…
Una de las últimas obras que he visto es La última sesión de Freud, me ha parecido un montaje maravilloso, con dos actores que se comen la escena a cada palabra, a cada paso, con cada expresión. La recomiendo completamente.
¿Proyectos?…
Tengo varios proyectos: pronto se estrenará en México D.F. una de mis piezas de microteatro Histerias de amor. Acabo de terminar un montaje unipersonal para la actriz Carmen Ruiz que se titula Lo que cuesta la vida y que espero que vea la luz el año próximo y también en México se estrenará mi primer drama Nubes frente a un espejo, eso será ya en la primavera de 2016.
RAFA CASTEJÓN: El teatro es un lugar de encuentro y reflexión
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…
Pues prácticamente desde que nací estoy en ello.
Mis padres eran actores así que mamé el teatro desde el principio. Dormía en las cestas de la ropa, tomaba la papilla con los técnicos…En las compañías de zarzuela donde mis padres estaban contratados siempre que había un papel de niño lo hacía yo: La revoltosa, Agua, azucarillos y aguardiente, El bateo, La leyenda del beso, y un largo etc. La primera vez que salí a un escenario tenía 4 años. Durante años trabajé en compañías de zarzuela; en la Compañía “Isaac Albéniz” cuyo empresario era Juanjo Seoane y su director Ángel Fdez. Montesinos, en el Teatro Lírico Nacional La Zarzuela cuyo director era Joaquín Deus, combinándolo con mis estudios, hasta la edad de 12 años. Ahí me tomé un respiro de las tablas y me dediqué a estudiar exclusivamente. A los 19 “retomé” la carrera y hasta ahora.
¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
Di mis pasitos como técnico de iluminación y regidor pero al final me decanté por la interpretación. La cabra tira al monte.
¿Qué es el teatro para ti?…¿Por qué haces teatro?…
Un lugar de encuentro y reflexión. Y según el tipo de teatro un arte imprescindible y necesario.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?…
He cumplido ya las bodas de plata como profesional. 25 años.
Creo que el balance es muy positivo. Tengo mucha suerte de poder vivir exclusivamente de la actuación, que me apasiona. Esto, lamentablemente, no lo pueden decir muchos compañeros en estos momentos tan duros para la profesión. Me siento privilegiado. También reconozco que trabajo muy duro para que esto sea así pero con todo y con eso algunas veces tampoco depende sólo de ti.
He podido trabajar con directores excelentes: Helena Pimenta, Juan Carlos Corazza, Calixto Bieito, Adolfo Marsillach, mi hermano Jesús Castejón, Tamzin Townsend, Juan Carlos Perez de la Fuente, Emilio Sagi y un largo etc.
He interpretado papeles maravillosos, entre otros: el Marqués de Poza del Don Carlos de Schiller, el Don García de La verdad sospechosa, el Autor de Comedia sin título, Samuel en El niño judío, Carlos en el Método Gronholm, y taaantos otros…
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
Siempre recuerdo las palabras que les dirige Hamlet a los actores. «…cuyo objeto ha sido y sigue siendo poner un espejo ante la vida; mostrar la faz de la virtud, el semblante del vicio y la forma y carácter de toda época y momento…»
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…Háblanos de ellos…
Desde que en el 2012 entrara a dirigir la compañía Helena Pimenta y me llamara trabajo en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Una etapa maravillosa con tres exitazos consecutivos y con grandes compañeros de reparto; “La vida es sueño”, “La verdad sospechosa” y “Donde hay agravios no hay celos”.
¿Cómo surgió tu participación en el montaje de Hambre, locura y genio…?…Háblanos de este trabajo…
Aparte de actor, dentro de la Compañía Teatro de la Reunión, soy productor junto a Juan Carlos Corazza de la misma, así que siempre estamos pensando, dentro de nuestras modestas posibilidades, en textos para poder llevar a escena. Juan Carlos organizó un taller de investigación y creación sobre varias obras cortas de Strindberg en el Centro Cultural Conde Duque, donde en estos momentos Teatro de la Reunión tiene su sede, e invitamos a Antonio Fuentes (el director y programador del Teatro Lara) a ver este trabajo, a Antonio le encantó y nos propuso llevarlo al Lara.
Elegimos dos obras de las cinco con las que estábamos trabajando en ese taller y empezamos la preproducción, producción y explotación de lo que Juan Carlos llamó “Hambre, locura y genio” título genérico que abarca las dos obras “Débito y crédito” (si no me equivoco nunca representada en nuestro país) y “El pelícano”, esta obra mas conocida y representada, del autor sueco mas importante de todos los tiempos.
La temporada en el Off del Lara ha sido un éxito total de crítica y público con el 100% de ocupación y con muchísima gente quedándose en la calle sin entradas.
¿Cómo creas tus personajes?…¿Tienes un método?…
No me gusta mucho la palabra método, la verdad. Lo asocio con una especie de rigidez.
Y creo que tiene que ser todo lo contrario. Flexibilidad, movimiento, búsqueda, investigación. Probar de una manera u otra hasta que encuentras la mejor para esa historia y ese personaje. Ser objetivo. Dejar el ego en la puerta de la sala de ensayo. No juzgarte ni juzgar. Alimentar la imaginación. Confianza.
Si se necesita mucho compromiso con el trabajo y con la profesión. Mucho ensayo. En casa, con los compañeros… trabajo, trabajo y trabajo. No decía eso Chejov en Tres hermanas??
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Es la muerte!!
Pero si hay compañías que tienen que suspender su gira por el maldito iva!!!!
Y otras que no pueden ni empezar a trabajar!!
Y los números no le salen al gobierno. Está comprobado que se recauda menos porque desaparece el tejido industrial!! Entonces???? Por qué no lo bajan ya???
A nuestra compañía (16 personas en este momento) nos mata. Llega la hoja de taquilla y es para echarse a llorar!!
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
Lamento decirlo pero han sido unos meses de tanto trabajo con “Hambre, locura y genio” y “Donde hay agravios no hay celos” que tengo la sensación de que lo último que vi fue a la Xirgu en Yerma!!!! 🙂
¿Proyectos?…
La gira de «Donde hay agravios no hay celos” con la CNTC, después….los Dioses dirán…
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
Esa: seguir creando!! E intentar que sea con profundidad!!
Babel de Andrew Bovell en el Teatro Marquina – Dirección: Tamzin Townsend
Babel de Andrew Bovell en el Teatro Marquina – Dirección: Tamzin Townsend
Los seres humanos somos como muñecas rusas, dentro de nosotros hay otro y otro y otro…Y a veces, tenemos la sensación de haber vivido la misma situación con otra persona o un olor nos descubre un secreto…Babel tiene una estructura dramática fantástica y endiablada…es un juguete perfecto para que un buen reparto como es el de esta función…Aitana Sánchez Gijón, Pedro Casablanc, Jorge Bosch y Pilar Castro…se desdoblen y transformen en esas múltiples figuras que van surgiendo de la muñeca rusa…Los personajes son como rios que se van cruzando y transformando hasta desembocar en un mar de confusión emocional…Cuando salimos del teatro… la primera pregunta que me asalta es…¿Son un solo personaje?¿Son varias caras del mismo?¿Son muchos que se cruzan y confunden?…Y así nace…Babel, un lugar de incomunicación eterna…Relaciones personales que se dibujan y emborronan a cada palabra o gesto…Para terminar siendo más reales en lo imaginado. Tamzin Townsend realiza uno de sus trabajos de dirección más delicado y ajustado de los presentados en Madrid en los últimos tiempos.
Adolfo Simón
“Verano”. Jorge Roelas. Centro de Arte Fernán Gómez.


































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