«Comiéndote a besos» en Nave 73

Todavía existen tabús difícilmente superables y estigmatización a la hora de hablar de ciertas enfermedades que condicionan nuestra vida y comportamiento personal y social. Y afectan a todos, tal y como se refleja en la pieza: la diversidad en las relaciones sexuales.
«Comiéndote a besos» es una fábula moderna basada en la canción de Rozalén que trata de construir de manera imaginada cómo la autora pudo llegar a crear a esa canción. La creatividad para la puesta en escena con pocos recursos y la interpretación comprometida de los actores nos permiten experimentar ciertos sentimientos son los pilares para sostener esta pieza. Una buena oportunidad para reflexionar y ponerse en la piel de personas que pasan por estas experiencias.
Luis Mª García
Corta, pica, tritura.. PULVERIZA en Nave 73
Así es como se nos presenta esta sátira del siglo XXI dónde no queda títere con cabeza.
Con un ritmo constante se ponen sobre la mesa temas de actual condolencia para la sociedad, que dandole una vuelta se convierte en un universo de humor negro que caracteriza a los personajes y envuelve el ambiente de la sala. Con una dramaturgia cargada de lenguaje connotativo y elementos con gran memoria social, Abel Zamora conjuga todos estos ingredientes para literalmente cortar, picar y triturar, los conflictos sociales a los que nos enfrentamos en estos tiempos. Es de agradecer poder encontrar algo tan refrescante como la risa, en espacios artísticos dónde no se dejan de encargar de dar un discurso moral.
Estamos ante una propuesta que hace recordarnos aquellos tiempo donde el señor Valle-Inclán despellejaba a la sociedad de la época. Ese esperpento que viaja hasta nuestros tiempos en forma de aborto, dónde encuentra lugar entre los escritos del señor Zamora.
África Anamú
José Luis Sixto: Una sociedad madura es aquella que sabe entender el teatro como un instrumento de discusión a través del cual enfrentarse a su realidad.
¿Cómo surge el proyecto de “Excítame”?…
Hace algo más de dos años Alejandro de los Santos se reunió conmigo en una cafetería de Madrid y me dijo que estaba pensando en producir una obra y que quería que yo la dirigiese. Llevábamos tiempo queriendo trabajar juntos, pues sentíamos mucha afinidad, pero hasta el momento no había surgido la oportunidad. Mientras tomábamos algo me contó que durante el viaje que realizó a Londres con motivo de las pruebas de vestuario para “El rey león” había visto un musical de pequeño formato que le había encantado, “Thrill me”, que se había puesto en contacto con el autor, Stephen Dolginoff, y que tenía los derechos para producir la versión en castellano y estrenarlo en España. Me contó la trama de la función y enseguida vimos las posibilidades dramáticas y artísticas que ofrecía poder realizar una puesta en escena completamente original partiendo de cero, de nuestra propia creatividad. Simplemente viendo la ilusión, emoción y seguridad que transmitía Alejandro, no dudé ni un instante en decirle que podía contar conmigo.
Háblanos del montaje…
90 minutos de tensión ininterrumpida, diálogos inteligentes, canciones que narran una terrible historia sin florituras, una atmósfera opresiva de luces y sombras, y la actuación de dos grandes actores y un pianista de excepción (Aitor Arozamena). Esas son las bases de nuestro “Excítame”, un thriller musical nada habitual en nuestra escena. Partiendo de la premisa de que menos es siempre más, nuestro montaje tiene el sabor del mejor “teatro off” internacional, espacios y propuestas donde los actores se pueden poner a prueba e investigar sin el temor ni los condicionantes de las producciones comerciales. Alejandro de los Santos, como productor, ha reunido a un gran equipo de profesionales de primera línea (Pedro Villora, Juanjo Llorens, Sandra Vicente, Aday Rodríguez, Asier Sancho, Javier Naval, Fila Séptima, etc.) demostrando que el pequeño formato no tiene porque escatimar en calidad. Como se suele decir, muchas veces las mejores esencias se presentan en los frascos más pequeños.
¿Hubo ocasión durante el proceso para que los actores aportasen ideas en la puesta en escena?…
Continuamente. Antes de comenzar el verano pasado los ensayos para estrenar la función en el Teatro Fernán Gómez realizamos un taller de investigación de dos meses en el que probamos diferentes propuestas mientras generábamos el espacio de acción y definíamos los personajes. Fue un trabajo de colaboración muy generoso por parte de todo el equipo creativo, en el que cada elemento que conforma el espectáculo se fue generando a partir de acciones y propuestas. Realizamos mucho trabajo de mesa y mantuvimos numerosas conversaciones debatiendo cada aspecto de la función, por lo que puedo decir con orgullo que el resultado final es fruto de un verdadero trabajo en equipo.
¿Cómo ha sido el trabajo con ellos?…
Magnifico y exigente; Plenamente satisfactorio en todos los sentidos. Los cuatro (Alejandro, Marc, David y Alberto) confiaron absolutamente en mí desde el principio comprometiéndose por completo con sus personajes. Al tratarse de una historia basada en un caso real lo primero que hicimos fue empaparnos de documentación buceando en fuentes y referentes, tanto históricos como artísticos. Una vez tuvimos clara nuestra concepción de los personajes, nos lanzamos a la oscuridad para entender su atracción por lo prohibido y su búsqueda constante de límites. Profundizar en dos mentes tan brillantes como malsanas no fue tarea fácil, pero una vez dejamos atrás prejuicios y lugares comunes todo encontró su lugar.
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear esta propuesta?…
Desde el principio Alejandro y yo tuvimos claro que queríamos trabajar en un espacio a tres bandas, con un escenario a la alemana. Queríamos que el público rodease a los actores, que los personajes estuvieran “atrapados” siempre a vista del espectador para ayudar a generar la sensación de tensión que la obra necesita. Trabajamos movimientos y acciones dando mucho valor a los detalles en la cercanía, pues lo que en un escenario a la italiana se pierde a causa de la distancia natural entre la escena y el público aquí queda evidenciado y subrayado. El espectador es capaz de ver con claridad el sudor y el contenido de los bolsillos de los actores, siendo hasta el menor de los gestos importante para contar –y entender- nuestra historia. Y todo en un espacio único que se transforma gracias a los efectos de luz y sonido recreando en la mente del espectador los lugares donde sucedieron los hechos del espantoso crimen.
¿Por qué haces teatro?…
Siempre he tenido un espíritu inquieto y creativo. Me encanta jugar, contar historias y el trabajo en equipo. De niño me encantaba participar en obras de teatro y soñaba con trabajar en el mundo del cine. Cuando entré en la Universidad descubrí el teatro profesional gracias a la confianza de Jaime Azpilicueta, a quien no le puedo estar más agradecido. Tras realizar varios trabajos en televisión, radio, cine y prensa escrita, no tardé en decidir el sabor que más me gustaba era el teatral y que haría todo lo posible por dedicarme profesionalmente por completo a la creación escénica.
¿Qué balances haces de tus trabajos como director de teatro?…
Cada proyecto me ha puesto a prueba de forma diferente, sintiéndolos todos como pasos importantes para crecer y fortalecerme, independientemente de su tamaño o características. En estos momento el balance no puede ser más satisfactorio. En el caso de “Excítame” acabamos de ganar 3 Premios del Teatro Musical 2015 en las categorías de Mejor Iluminación (Juanjo Llorens), Mejor Actor (Alejandro de los Santos) y Mejor Director.
Háblanos de los más recientes…
Un punto de inflexión en mi carrera fue dirigir la versión en castellano del salvaje monólogo de Ricky Gervais “Animales” que protagonizó en nuestro país Juanra Bonet. Fue una experiencia muy enriquecedora trabajar codo a codo con Juanra y con Sara Pérez, mi excepcional ayudante de dirección, buscando los límites del humor sin perder nunca la elegancia. A nivel de crecimiento personal destacaría también el taller de investigación que ha supuesto para mí desarrollar proyectos para Microteatro por dinero, donde en los últimos tres años he tenido la oportunidad de conocer a grandes guionistas (Marcelo Soto, Dani Llul o Miguel Castillo, entre otros) y dirigir a actores tan maravillosos como Nacho López, Begoña Álvarez, Enrique Asenjo, Mery Cabezuelo, Antonio Albella, Jazmín Abuín, Mariola Peña, Antonio M.M., Carolina Meijer, Paqui Horcajo o mi querido y admirado socio Juan Carlos Mestre.
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
El teatro es una maravillosa forma de expresión artística a través de la cual podemos contar historias, generar emociones y compartir mensajes. Históricamente, en toda sociedad siempre ha sido importante tanto la función del teatro comercial o de entretenimiento como la de propuestas más intelectuales o reflexivas. En una sociedad sana el teatro debe ser espejo de sí misma ayudándonos a conocernos y a empatizar con los demás. Hay espejos planos, espejos cóncavos, convexos, y curvos o deformantes, pero todos son útiles para mostrarnos la realidad desde diferentes puntos de vista, brindándonos sonrisas, regalándonos lágrimas y, sobretodo, haciéndonos pensar y ser más conscientes.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro en España?…
Tras la subida del I.V.A. muchas han sido las pequeñas productoras, distribuidoras y salas de teatro que han cerrado. Se han cancelado para siempre infinidad de proyectos mientras que otros se posponen en el tiempo irremediablemente. Lo peor de todo es que, con esta subida, muchas empresas han encontrado la excusa perfecta para terminar de recortar sus condiciones salariales dejando un panorama desolador: por norma general la profesión hoy en día cobra menos -y en peores condiciones- que hace quince años.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
Hace no mucho vi en “La pensión de las pulgas” una joyita titulada “Yernos que aman”, escrita y dirigida por Abel Zamora. El verano pasado vi en “La casa de la portera” su anterior trabajo, “Pequeños dramas sobre arena azul”, y también salí fascinado. Sin duda es un autor a tener muy en cuenta y seguir de cerca.
¿Proyectos?…
Por suerte muchos y variados, con diferentes equipos de trabajo, tanto encargos como de creación propia, pero tienen que terminar de concretarse antes de poder hablar de ello. Mientras tanto, seguiremos cuidando de “Excítame” al tiempo que sigo con la gira de “The hole 2” en la que estoy de director residente.
¿Cómo ves la situación teatral en nuestro país?…
A nivel artístico, muy fortalecida en los últimos años, con un teatro comercial y de gran formato cada vez más asentado como opción de entretenimiento de masas. Si algo bueno nos está dejando la crisis económica es el renacimiento de un teatro alternativo “off”, abanderado por una nueva generación de creadores (dramaturgos, actores y directores) de voz original, contemporánea y sin prejuicios. Gente como Carlos Be, Pablo Messiez, Jordi Casanovas o José Padilla sabe que cuando se parte de cero y no se tiene nada, nada se puede perder. No les han regalado nada, y son conscientes de que apostando sin miedo tienen mucho para ganar. Y así lo están demostrando con paso sereno y firme.
¿Se pueden hacer propuestas combativas hoy en día?…
Yo soy más de “dialogar” que de “combatir”, pero sí, creo que a día de hoy las propuestas combativas son necesarias para ayudarnos a madurar como sociedad. En mi opinión, siempre será positivo para la salud de un país que sus artistas puedan expresarse social y políticamente desde las tablas, sean cuales sean sus colores o banderas. La libertad de expresión artística es la mayor virtud que una sociedad puede atesorar. Una sociedad madura es aquella que sabe entender el teatro como un instrumento de discusión a través del cual enfrentarse a su realidad. Para bien o para mal, aún nos queda camino por recorrer…
Chechu Moltò: «El teatro es el lugar al que siempre quiero volver».
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
Empecé sobre las tablas con papeles sencillos, figuraciones especiales como pastorcillo en el
belén de la guardería. Años más tarde protagonizaría mi primera obra de teatro, una comedia de
situación, en el papel de «Camarero». Tenía siete años y era fin de curso de 2º de EGB. Al año
siguiente llegó el papel más exigente, en un montaje con una fuerte carga de concienciación
sobre el desarrollo sostenible: pasaba de ser árbol 3 a ser una mesa…siempre me costó estarme
quieto y nunca tuve mucha flexibilidad.
También he dirigido diferentes montajes, algo que me encanta, pero se vive más tranquilo como
actor.
¿Qué es el teatro para ti?…¿Por qué haces teatro?…
El lugar al que siempre quiero volver.
El amor al teatro me viene de familia, siendo muy pequeño mi madre y mi abuela me llevaban
con ellas al Teatro Principal de Alicante, y desde entonces he querido transmitir esa emoción que
sentía como espectador. Insensatez y temeridad infantil. No sabía que estaba viendo a Manuel
Galiana, Jose Luis Gómez, Concha Velasco, Verónica Forqué….
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?…
Positivo. Sigo en esto…
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
Formamos parte del gremio del entretenimiento, lo que no impide que conmovamos almas,
sueños y conciencias.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…Háblanos de ellos…
Durante este último año he podido pagarme los vinos con algunas intervenciones en televisión,
publicidad, microteatros…Después tocó producir «La Maratón de Nueva York» y dejé de pagar.
¿Cómo surgió tu participación en La maratón de Nueva York?…Háblanos de ella…
Sigo teniendo la sensación de que fue el texto el que nos buscó (a Joaquín Mollà, mi compañero
en la obra, y a mi). La primera vez que me llegó la obra fue a través de un traductor italiano
amigo que me propuso este texto para hacerlo en su muestra teatral de Roma. Finalmente no
surgió el proyecto y quedó guardado en el cajón, hasta que meses más tarde, tomando un café
con un amigo dramaturgo, nos animó a que hiciéramos esta misma función. Teniendo en cuenta
que uno y otro no se conocían y nos llegaba por vertientes diferentes, interpretamos las señales.
¿Cuál es tu método de trabajo?¿Cómo creas tus personajes-propuestas?…
Es algo que siempre me cuesta responder. Creo que soy producto de todos los profesores,
directores y compañeros de profesión de los que he ido aprendiendo a hacer esto de
interpretar. Como punto de inicio intento aprenderme el texto y no tropezarme con los muebles.
En «La maratón… quitamos todos.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Está siendo devastador en todos los sentidos. Nos están poniendo realmente imposible vivir de
la profesión. Parece que el teatro siempre ha estado en crisis, pero esta situación nos está
ahogando a todos los que formamos parte de este gremio. Menos compañías, menos montajes ,
salas cerradas…
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
Creo que se hace muy buen teatro en España. La última que vi fue «Los yernos que aman» de
Abel Zamora. Me pareció un texto impresionante donde todos los actores estaban maravillosos,
una manera extraordinaria de ver la locura, obsesiones, ruindades y miserias humanas,
plenamente realista y al mismo tiempo surrealista, con números musicales y con proyecciones.
Dos horas que se me pasaron volando.
¿Proyectos?…
Tengo un par de propuestas interesantes pero prefiero no hablar demasiado de ellas hasta que
no se confirmen. Por lo demás, seguir representando muchas veces «La maratón de Nueva York»
y encontrar el siguiente texto para nuestra productora «Criadero de morsas».
Fantasmas en verano
El verano no parece la época más propicia para que se llene la casa de fantasmas, siempre nos imaginamos que estos seres aparecen en noches de invierno, de luna llena y con mucha niebla. Pero los tiempos cambian y ahora hay fantasmas a cualquier hora y en todas partes; debe estar lleno el otro lado y no hacen más que visitarnos con cualquier excusa. La otra noche tomé ración doble de fantasmas y me provocaron risas, emoción y algo de vértigo…los lugares donde hicieron acto de presencia fueron La casa de la portera y La pensión de las pulgas, sitios emblemáticos llenos de energías peculiares…
Ascensión y caída de Mónica Seles de Antonio Rojano es un partido paranormal en el que la pelota de tenis nos lleva al esplendor del personaje y también a su declive. La pieza está estructurada como si fuesen los tiempos donde realizan el pulso los personajes para ver quién gana cada set-escena, las palabras del árbitro en off nos vamos indicando el cambio de lugar para sumergirnos en la mente de la tenista antes de dar un golpe a la pelota o en otros momentos donde nos encontramos espejismos fruto de la fiebre del éxito o fracaso de Mónica Seles. Víctor Velasco dirige de manera sencilla y efectiva esta peculiar mirada a la privacidad de un personaje que captó la atención mundial durante un tiempo y para narrar esos retazos de vida y memoria, hay dos actrices: Nerea Moreno y Rocío Marín que juegan a los cambios interpretativos con destreza y efectividad, haciéndonos creer así en las múltiples realidades que pueden existir en nuestro mundo.
Yernos que aman de Abel Zamora en La Pensión de las pulgas es un collage enloquecido en el que las mujeres están atrapadas en un mundo donde la emoción se ha quedado en pause. Da la impresión de que mueven los hilos de un guiñol roto y a pesar de esto, intentan una y otra vez dar al play de su corazón pero no consiguen que los hombres cambien la figura que necesitan sea proyectada sobre el día a día que comparten. Hay una madre que quiere volver a ser niña y un muerto que quiere volver a bailar…y un hada que no está dispuesta a conceder deseos banales. Esta obra arranca con cierta perplejidad porque no queda claro a dónde nos conducen los pasillos del lugar, pero poco a poco, las piezas empezarán a encajar y al final uno se reconoce en alguna vieja foto del álbum que hay escondido al fondo del armario. El reparto es de lujo…Marta Belenguer, Juan Caballero, Manolo Caro, Mamen García, Emilio Gavira, María Maroto, David Matarín, Mentxu Romero, Ramón Villegas y el propio Abel Zamora.
Adolfo Simón
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