RAFA CASTEJÓN: El teatro es un lugar de encuentro y reflexión
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…
Pues prácticamente desde que nací estoy en ello.
Mis padres eran actores así que mamé el teatro desde el principio. Dormía en las cestas de la ropa, tomaba la papilla con los técnicos…En las compañías de zarzuela donde mis padres estaban contratados siempre que había un papel de niño lo hacía yo: La revoltosa, Agua, azucarillos y aguardiente, El bateo, La leyenda del beso, y un largo etc. La primera vez que salí a un escenario tenía 4 años. Durante años trabajé en compañías de zarzuela; en la Compañía “Isaac Albéniz” cuyo empresario era Juanjo Seoane y su director Ángel Fdez. Montesinos, en el Teatro Lírico Nacional La Zarzuela cuyo director era Joaquín Deus, combinándolo con mis estudios, hasta la edad de 12 años. Ahí me tomé un respiro de las tablas y me dediqué a estudiar exclusivamente. A los 19 “retomé” la carrera y hasta ahora.
¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
Di mis pasitos como técnico de iluminación y regidor pero al final me decanté por la interpretación. La cabra tira al monte.
¿Qué es el teatro para ti?…¿Por qué haces teatro?…
Un lugar de encuentro y reflexión. Y según el tipo de teatro un arte imprescindible y necesario.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?…
He cumplido ya las bodas de plata como profesional. 25 años.
Creo que el balance es muy positivo. Tengo mucha suerte de poder vivir exclusivamente de la actuación, que me apasiona. Esto, lamentablemente, no lo pueden decir muchos compañeros en estos momentos tan duros para la profesión. Me siento privilegiado. También reconozco que trabajo muy duro para que esto sea así pero con todo y con eso algunas veces tampoco depende sólo de ti.
He podido trabajar con directores excelentes: Helena Pimenta, Juan Carlos Corazza, Calixto Bieito, Adolfo Marsillach, mi hermano Jesús Castejón, Tamzin Townsend, Juan Carlos Perez de la Fuente, Emilio Sagi y un largo etc.
He interpretado papeles maravillosos, entre otros: el Marqués de Poza del Don Carlos de Schiller, el Don García de La verdad sospechosa, el Autor de Comedia sin título, Samuel en El niño judío, Carlos en el Método Gronholm, y taaantos otros…
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
Siempre recuerdo las palabras que les dirige Hamlet a los actores. «…cuyo objeto ha sido y sigue siendo poner un espejo ante la vida; mostrar la faz de la virtud, el semblante del vicio y la forma y carácter de toda época y momento…»
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…Háblanos de ellos…
Desde que en el 2012 entrara a dirigir la compañía Helena Pimenta y me llamara trabajo en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Una etapa maravillosa con tres exitazos consecutivos y con grandes compañeros de reparto; “La vida es sueño”, “La verdad sospechosa” y “Donde hay agravios no hay celos”.
¿Cómo surgió tu participación en el montaje de Hambre, locura y genio…?…Háblanos de este trabajo…
Aparte de actor, dentro de la Compañía Teatro de la Reunión, soy productor junto a Juan Carlos Corazza de la misma, así que siempre estamos pensando, dentro de nuestras modestas posibilidades, en textos para poder llevar a escena. Juan Carlos organizó un taller de investigación y creación sobre varias obras cortas de Strindberg en el Centro Cultural Conde Duque, donde en estos momentos Teatro de la Reunión tiene su sede, e invitamos a Antonio Fuentes (el director y programador del Teatro Lara) a ver este trabajo, a Antonio le encantó y nos propuso llevarlo al Lara.
Elegimos dos obras de las cinco con las que estábamos trabajando en ese taller y empezamos la preproducción, producción y explotación de lo que Juan Carlos llamó “Hambre, locura y genio” título genérico que abarca las dos obras “Débito y crédito” (si no me equivoco nunca representada en nuestro país) y “El pelícano”, esta obra mas conocida y representada, del autor sueco mas importante de todos los tiempos.
La temporada en el Off del Lara ha sido un éxito total de crítica y público con el 100% de ocupación y con muchísima gente quedándose en la calle sin entradas.
¿Cómo creas tus personajes?…¿Tienes un método?…
No me gusta mucho la palabra método, la verdad. Lo asocio con una especie de rigidez.
Y creo que tiene que ser todo lo contrario. Flexibilidad, movimiento, búsqueda, investigación. Probar de una manera u otra hasta que encuentras la mejor para esa historia y ese personaje. Ser objetivo. Dejar el ego en la puerta de la sala de ensayo. No juzgarte ni juzgar. Alimentar la imaginación. Confianza.
Si se necesita mucho compromiso con el trabajo y con la profesión. Mucho ensayo. En casa, con los compañeros… trabajo, trabajo y trabajo. No decía eso Chejov en Tres hermanas??
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Es la muerte!!
Pero si hay compañías que tienen que suspender su gira por el maldito iva!!!!
Y otras que no pueden ni empezar a trabajar!!
Y los números no le salen al gobierno. Está comprobado que se recauda menos porque desaparece el tejido industrial!! Entonces???? Por qué no lo bajan ya???
A nuestra compañía (16 personas en este momento) nos mata. Llega la hoja de taquilla y es para echarse a llorar!!
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
Lamento decirlo pero han sido unos meses de tanto trabajo con “Hambre, locura y genio” y “Donde hay agravios no hay celos” que tengo la sensación de que lo último que vi fue a la Xirgu en Yerma!!!! 🙂
¿Proyectos?…
La gira de «Donde hay agravios no hay celos” con la CNTC, después….los Dioses dirán…
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
Esa: seguir creando!! E intentar que sea con profundidad!!
Lady, be good! & Luna de miel en el Cairo en el Teatro de la Zarzuela
Un programa doble que nos ha permitido viajar de Nueva York a Madrid con el sabor ligero de la comedia musical. En la primera parte se estrena en España la comedia Lady, be good!, de los hermanos Gershwin y en la segunda, se escenifica la revista Luna de miel en El Cairo del maestro Francisco Alonso. Por momentos, podemos estar en el estreno de un musical en pleno corazón del Broadway neoyorquino, disfrutando de una obra montada al más puro estilo de musical americano… Elegancia, juego y buena música, pero también podríamos estar en unos estudios de cine en Hollywood donde se está rodando un musical que recupera la estética de las películas más representativas de este género. Y tras ese estreno en un teatro o en la parte de atrás de ese hipotético rodaje, podría estar ensayándose la próxima comedia o película, en este caso, la presentación internacional de un autor español que escribe historias y música muy alejadas de la caspa y naftalina habitual. Así, entre decorados de Egipto y trastienda escénica, las dos historias se ensamblan perfectamente, salvo que una es en inglés y la otra en castellano, no hay nada que las diferencie, ambas tienen los mismos interesantes ingredientes que, jugados en esa hipótesis dramatúrgica, nos lleva en volandas del Nilo a New York o a Madrid…Del musical a la opereta y de esta al aroma de la revista española… Todo fluye y todo se ensambla en ese espacio escénico que nos muestra lo fascinante del teatro y lo que ocurre entre cajas, tras el telón del escenario…Una oportunidad única para conocer como se inicia el boceto de un espectáculo y como llega a las últimas pinceladas. El artífice de todo esto es Emilio Sagi que ha ideado y dirigido la versión escénica con una escenografía, vestuario, luz y coreografía que consiguen grandes niveles de locura y bellas formas; sin olvidar que el reparto, que está excelente en todos sus cometidos. Kevin Farrell aporta la estupenda dirección de la orquesta a este programa doble que podría parecer imposible sobre el papel pero que en escena funciona sin fisuras.
Adolfo Simón
«Las Bodas de Fígaro» dirigida por Sagi para el Teatro Real se emite esta noche en la 2
La 2 emitirá esta noche la grabación de «Las bodas de Fígaro» que tuvo lugar en septiembre de este año en el Teatro Real. Disfrutaremos con esta gran ópera que se renueva una vez más de la mano de Emilio Sagi. Aquí nuestra crítica sobre la obra.
En la intimidad de la creación de La Bodas de Figaro
En otro tiempo, los grandes creadores tenían lo que se denominaba “escuela” que era la posibilidad de que los jóvenes pudieran acceder al espacio de trabajo para seguir el día a día de la construcción de una obra artística, desde que se ideaba hasta que se llegaba al resultado final. Hoy en día, la escuela es otra cosa, es un espacio donde se recibe información pero no se asiste al misterio de la inspiración, de la pelea con la materia, del boceto o el tallado en el que ir dando forma a los sueños y a los fantasmas. En las escuelas hay demasiada teoría y poca práctica y sobre todo, hay poca posibilidad de apreciar en la distancia corta la manera en que un maestro va dando forma a la obra que hay en su cabeza. Durante casi un mes he tenido la suerte de poder acudir día a día a ese espacio privado e íntimo que es la sala de ensayos, donde el director de escena, con la complicidad y generosidad del resto del equipo, va generando trazos y líneas sobre el lienzo del espacio, un lugar que empieza cargado de elementos de atrezo que van generando lo que finalmente será la ficción de la realidad. Durante varias semanas he visto como el maestro Emilio Sagi ha ido trasladando todo lo que ocurre en la ópera de Las bodas de Figaro en el espacio de la planta octava del Teatro Real, bajo la luz que se colaba por la claraboya. Pero también he podido disfrutar de cómo inventaba mil y una peripecias para que el papel cobrase vida a través del cuerpo y la voz de los intérpretes. Comprobar la complejidad de un obra de arte de estas dimensiones es un privilegio, poder ver cómo se va acumulando capa a capa cada fracción poética exhalada desde el libreto y la música equivale a asistir a esa ceremonia privada donde la pasión por la escena genera belleza, ritmo y teatralidad. Y ver que todo transcurre con tanta facilidad es sorprendente. El paso de la sala de ensayos al teatro no hizo más que continuar acumulando líneas, sombras y colores al boceto que se había realizado en el anterior espacio de trabajo. Un engranaje fascinante donde cada cual asume su responsabilidad y rol con respeto y compromiso, así se puede llegar a la semana anterior al estreno y poder mostrar previas, de otro modo no sería posible. Todos, desde los que mueven los hilos de la escena desde dentro o fuera a los que ocupan el escenario para hacer realidad la ficción, tienen su parte esencial para que esto ocurra, hacerles sentirse a todos importantes es algo que provoca un resultado de gran calado, gracias al respeto y al trabajo.

Todavía tengo en mi memoria aquella primera tarde en la que parecía que se habían reunido allí un grupo de jóvenes entusiastas de la ópera y como cierre de ese hermoso viaje de aprendizaje, la última imagen, aquella en la que el telón se levantaba para mostrar que la vida está siempre a un paso de la irrealidad y que esa leve frontera es la que hay que atrapar en las obras de arte.
Adolfo Simón
Las bodas de Figaro en el Teatro Real
El Teatro Real ha inaugurado la nueva temporada bajo la dirección de Joan Matabosch y lo hace con un espléndido montaje renovado de Las Bodas de Fígaro de Mozart. Esta ópera, aparentemente sencilla pero de gran dificultad técnica es, en el fondo, una estupenda obra de teatro de excelente libreto y una música excepcional, todo ello requiere de una propuesta sencilla que enmarque todo este interesante material dramático y la puesta en escena de Emilio Sagi lo consigue, gracias a una escenificación ágil en un espacio bello diseñado por Daniel Bianco, a todo esto se suma la dirección musical del maestro Ivor Bolton al frente de la Sinfónica de Madrid. Interpretada con energía y brío por los fantásticos solistas entre los que cabría destacar a Luca Pisaroni, Sylvia Schwartz, Sofia Soloviy, Elena Tsallagova y Andreas Wolf, entre otros.
Luis García Grande
La corte del faraón, opereta bíblica en un acto en los Teatros del Canal
En la ciudad de Madrid se puede disfrutar de mucho arte, si paseas por sus calles te puedes encontrar el museo al aire libre de la Castellana y contemplar una muestra de arte contemporáneo o puedes ver en el barrio de La Latina, grandes grafitis que adornan sus fachadas. También puedes entrar en un museo y observar el viaje del arte desde la antigüedad hasta la más rabiosa modernez. Y por supuesto, puedes sentarte en muchos patios de butacas de teatros donde disfrutar desde, el teatro clásico, al cabaret o a la más exquisita frivolité. Bueno, pues durante los próximos días, en los Teatros del Canal, tus sentidos se pueden embargar de todo tipo de arte en un solo espectáculo: La corte del faraón. Hemos visto esta obra infinidad de veces, hemos cantado sus canciones en la ducha y en más de una fiesta entre amigos, es como la banda sonora de algún momento de la vida de todos nosotros y aún así, han de ir a ver la nueva producción del Teatro Arriaga y el Teatro Campoamor de Oviedo porque van a disfrutar de lo lindo. Esta opereta bíblica en un acto parece una pieza de entretenimiento y lo es, pero además, contiene elementos para realizar una obra más rica y compleja de lo que habitualmente se hace con ella. Aquí, Emilio Sagi, al frente de un equipo muy creativo, ha realizado un viaje en la historia del arte, sin remilgos ni estrecheces. Durante la hora y media que dura la función, no hay un momento en que no sorprendan las resoluciones escénicas. Hay pinceladas de arte clásico, de arte contemporáneo, de musical de gran altura, de comedia musical, de revista, de cabaret…Con un espacio escénico lleno de guiños y juegos. Un vestuario fascinante por su locura y frescura…unas luces que cambian los lugares con cada cambio de color, unas coreografía divertidas y precisas. Y un coro y cantantes-actores que se han entregado sin dudar a esta propuesta; hay que hacer un comentario aparte para decir que Enrique Viana realiza un micro espectáculo propio en el corazón de la obra, que recibe un aplauso enorme al finalizar. Y la orquesta está fantástica dirigida magistralmente por Carlos Cuesta. No se lo piensen, si es que quedan entradas, vayan a ver La corte del faraón, aunque sepan cómo termina, qué más da…todos sabemos que Hamlet muere al final y siempre volvemos a ver la obra…Y aquí, además, terminarán haciendo karaoke…¿Algo más se puede pedir?.
http://www.teatroscanal.com
Luis García Grande
El juramento en el Teatro de la Zarzuela
Hay obras que deberían reponerse con más asiduidad, es el caso de El Juramento, zarzuela en tres actos de Luis de Olona con música de Joaquín Gaztambide. ¿Razones?… varias…por un lado, un dirección musical impecable, realizada por Miguel Ángel Gómez Martínez…un coro que actúa y se mueve con precisión y preciosismo…Una escenografía de Gerardo Trotti que transita del espacio casi vacio a un universo de recortables muy efectivo y sugerente…el vestuario espectacular de Jesús del Pozo que debería haber tenido más ocasiones de mostrar su genialidad en producciones de zarzuela, teatro y ópera. Y poniendo en sintonía todo esto, Emilio Sagi, un director de escena que tiene la inteligencia de montar zarzuelas como si se tratase de óperas, con el mismo respeto y espectacularidad que lo hace cuando realiza una puesta en escena operística…esto lo agradece nuestra mirada y sensibilidad porque eleva el género chico a obra de arte total.
Adolfo Simón



























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