Deseo de Miguel del Arco en Teatro Cofidis-Alcázar
Deseo tu piel…
Deseo matarte…
Deseo tu cuerpo…
Deseo dejar de respirar…
Deseo quedarme atrapado dentro de ti…
Deseo perderme en el bosque de tu boca…
Deseo…deseo…deseo…
El deseo es una habitación que solo habría que abrir cuando uno tiene la certeza de que podrá volver a cerrarla y no quedará atrapado en el umbral de la misma. Miguel del Arco ha conseguido de nuevo una propuesta que se ajusta a la producción para la que la ha escrito pero además, arriesga no solo en la historia que cuenta si no también en cómo la cuenta. Para ello tiene un equipo de lujo… Atmósfera de video creación, iluminación y sobre todo una escenografía que se convierte en el laberinto donde transitan los personajes. Y cuatro actores excepcionales que dan vida a esos seres atrapados en la telaraña del deseo, esa habitación que se entreabre en sueños para sumergirnos en pesadillas.
Adolfo Simón
Juan José Afonso nos habla de sus proyectos como director de escena.
¿Cómo surgió el proyecto de Los reyes de la risa?
Esta es una obra que seguía desde hace mucho tiempo. Uno de los mayores éxitos de Neil Simon. Estrenada por primera vez en 1972, se ha puesto en escena durante décadas. Javier Gurruchaga fue a verla a Londres y regresó absolutamente convencido de afrontar el proyecto. Confió en mí.
¿Cómo ha sido el proceso de creación del montaje?
Intenso y muy entretenido. Mes y medio de trabajo en equipo, durante los cuales todos han estado presentes viendo el trabajo de los otros, lo cual no es muy habitual en compañías profesionales de este corte.
¿Cómo ha sido el trabajo con los actores?
Cuando se trabaja con dos personalidades tan marcadas de la escena siempre das muchas cosas por hechas, pero en este caso tengo que decir que la entrega ha sido total y que hemos podido realizar un trabajo partiendo de cero, con una implicación e integración total de todo el elenco.
¿Qué lectura escénica han hecho en la puesta en escena de la obra?
Entiendo que en general la obra de Neil Simon nos muestra un conocimiento profundo de las claves de la comedia. Todas tienen una carpintería teatral perfecta. Sus historias y personajes nos harán sonreír e incluso reír a carcajadas, pero siempre debe permanecer en el horizonte un mundo complejo de relaciones humanas, en el que el dolor, la tristeza y un punto de desesperanza estén presentes. Hemos tratados de ser fieles a esta idea.
¿Qué balance haces de tus últimos proyectos como director?
He comprobado que cuanto más disfruto con mi trabajo, más disfrutan los espectadores viéndolo. Seguiré así.
¿Cuál ha sido tu evolución como director?.
A pesar de mis treinta años de productor y director sólo soy un aprendiz que va encontrando un camino propio. La humildad en mi caso no es una pose, es un método.
¿Cómo ves el panorama teatral en nuestro país?
Desde el punto de vista creativo…vivimos un gran momento. Desde el punto de vista organizativo y empresarial…calamitoso. Pero no terminal. Veo el futuro con mucha esperanza porque empiezan a cambiar los valores. El peso de la realidad se llevará por delante a los que no hayan sido capaces de vivir de su propio esfuerzo, a los que durante tiempo han volado con el viento a favor del dinero público y que ahora sin él, se sienten desamparados porque su fuerza nunca estuvo en el oficio, en el talento. Hay gente muy preparada con nuevas ideas que no desprecia la gran tradición teatral que atesora este país, y esta crisis está eliminando algunos complejos ideológicos. El teatro sobrevivirá si se rige por el sentido común.
¿En nuestra ciudad?…
Es muy preocupante el descenso de espectadores. La gente está muy preocupada de sobrevivir y que no la embarguen, lo que deja el ocio y la cultura en segundo o tercer plano, pero hay que recordar que la autocrítica y la capacidad de analizar que nos proporciona el arte en general y el teatro en particular, es lo que suele salvarnos del “borreguismo” y la cerrazón. La independencia de los poderes y sus subvenciones es imprescindible para conservar la integridad. Y sin embargo es asfixiante la situación de la empresa privada, casi insostenible y aún en este punto se sigue viendo desde algunos rincones sectarios de la profesión al productor casi como el enemigo. Esto cambiará. Sin duda.
¿Crees que el aumento del IVA y los recortes perjudicarán al teatro?.
El aumento del IVA no siendo el peor de los problemas, que son estructurales, es la puntilla que hace inviable el teatro como negocio.
¿Qué obra has visto últimamente que te interesase?
“EL CHICO DE LA ÚLTIMA FILA” y “DESEO”.
¿Por qué?…
Por la sutilidad de la puesta en escena y la excelente dirección de actores.
¿Alguna idea para seguir creando en estos tiempos de crisis?
Acostumbrar el cuerpo a saltarse algunas de las comidas.(risas)
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?
La de siempre, enfrentar al hombre a su propia imagen. A su pasado y su futuro.
¿Proyectos?
“EL HIJOPUTA DE SOMBRERO” de Stephen Aldy Guirguis, con una cooperativa de actores que estrenaremos en mayo y “EL ARTE DE LA ENTREVISTA” de Juan Mayorga.
Fernando Cayo nos habla de sus experiencias en el teatro
El teatro para mi es sobre todo un camino de enriquecimiento personal, una manera de ponerse en contacto con la íntima creatividad y emocionalidad y proyectarla en un trabajo en equipo destinado a compartirlo con la sociedad con la que vives. Una estupenda manera de disfrutar de la literatura de una forma viva y vibrante y de conocerte a través de la proyección en las historias y personajes.
¿Por qué haces teatro?
Surge en mi desde muy pequeño, quizá por ser el pequeño de una familia en la que mis hermanos mayores eran bastante más mayores que yo, jugué mucho solo de niño, me inventaba universos, historias. Ya en el colegio hice mis pinitos en las representaciones de Navidad creando mis propios espectáculos. Recuerdo que hice un pequeño performance uniendo varios monólogos de Segismundo…
¿Qué balance haces de tu trayectoria como actor?
Tengo la sensación de haber pasado por un jardín muy rico y variado, probando distintos tipos de frutas, muy distintas. He aprendido mucho de grandes maestros, y sigo aprendiendo, estudiando y entrenando. He trabajado mucho y duro pero he disfrutado muchísimo con ello. Me encantaría que siguiera así, con continuidad y con cada vez más libertad e independencia creativa.
¿Cómo surge el proyecto de Terapia definitiva?
Llevaba desde el 99 interpretando, en los huecos entre trabajos, mi anterior trabajo en solitario ”Salvaje!!!” y cayó en mis manos un texto de Jacopo Fo “Cerebros verdes fritos”, un ensayo sobre la estupidez humana y sus partes adyacentes, que me pareció revelador y divertido. Y en seguida sentí la necesidad de compartirlo.
Háblanos de la obra…
Es un divertidísimo, acido y clarividente recorrido por la estupidez humana, en la historia, en las relaciones de pareja, en la política. De donde procede y sus posibles soluciones …
¿Cómo fue el proceso de creación?
Empecé trabajando sobre el texto, haciéndolo propio y añadiendo aspectos que me apetecía desarrollar, luego fui trabajando con una cámara de video, haciendo un acercamiento a la puesta en escena, desde un presupuesto muy físico que es como me gusta trabajar cuando hago cosas por mi cuenta. Posteriormente se unió el resto del equipo creativo, Jorge Muñoz y Eugenia Manzanera para ayudarme a la puesta en escena, Gloria San Vicente como asesora gestual, Vicente Fuentes con el texto, Eugenio Uñon con la música…
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear Terapia definitiva?
Desde luego, mis referentes básicos son Dario Fo y su sentido de juglaría, de hecho yo me formé en Italia con Antonio Fava, discípulo de Lecoq y del propio Fo, Pepe Rubianes y su empatía y desparpajo, la precisión y la potencia de Steven Berckof…
¿Qué balances haces de tus últimos trabajos como actor en teatro?
He tenido mucha suerte con trabajos que me han hecho crecer y me han dado la posibilidad de mostrar otras facetas y salir de posibles encasillamientos. Estoy muy agradecido a Eduardo Vasco y Ana Zamora por darme mi primer protagonista con enjundia en el teatro madrileño “Don Duardos”, un trabajo muy complejo y que recuerdo con especial cariño, a Perez de la Fuente por Segismundo, poder interpretar a Segismundo en la Volksbüne de Berlín y en el Piccolo de Milán son algunos de los regalos que me deparó este trabajo, Tomaz Pandur “En la Caida de los dioses”,Andrés Lima en “Tito Andrónico” y Adolfo Fernandez en “19,30” son grandes directores de los que he aprendido y con los que he disfrutado mucho. Y por supuesto el encuentro con Miguel del Arco en “De ratones y hombres”, él me ha dado la oportunidad de sumergirme en un personaje con una complejidad y arco emocional y empatía increíbles, una joya, y la relación en escena que hemos vivido Roberto Álamo y yo es otro de mis grandes hitos personales y profesionales de mis últimos años.
¿Cómo preparas los personajes?
Primero doy mucha importancia al proceso de investigación, busco muchas referencias, cinematográficas, literarias, plásticas. Trabajo mucho la entidad psicológica del personaje a través de los eneatipos e intento descubrirlo dentro de mi. Luego suelo trabajar con Jorge Muñoz haciendo un análisis exhaustivo y empezando a transitar las escenas, buscando el arco emocional, sumergiéndome en detalles físicos, de vestuario etc. Con Vicente Fuentes suelo profundizar en el trabajo de texto y personaje. Intento llegar a los ensayos cargado a tope para poder ofrecer material a los compañeros y al director. Y luego a volar….
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?
Como decía el poeta, hacer sentir, hacer soñar, arrancar las almas del fango de la rutina… La sociedad necesita ser conmovida, se necesita la catarsis más que nunca.
¿Crees que afectará mucho la subida del I.V.A. y los recortes al teatro?
Ya lo ha hecho, entre otras cosas el teatro independiente, excepto heróicas iniciativas, ha sido barrido. Una pena, porque era la base del tejido cultural-teatral de este país.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?
Seguir luchando con amor e ilusión ofreciendo a la gente lo mejor que tengamos. Disfrutar con lo que hacemos. Y buscar nuevas vías, las hay. Lo bueno de todo esto es que estamos viviendo un momento creativo electrizante. Estamos por encima de las realidades económicas, somos mucho más que eso…
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?
“Deseo” de Miguel del Arco, una demostración de que el teatro puede ser comercial y de calidad.
¿Proyectos?
Seguiré de gira con “La terapia definitiva” y compaginando distintos proyectos televisivos.
Estoy trabajando en un nuevo espectáculo unipersonal sobre mitología griega. Un espectáculo divertido y políticamente cañero sobre los dioses antiguos y los nuevos, esos que suben y bajan la prima cuando les sale de las narices. Estoy disfrutando de un equipo creativo estupendo, Jorge Muñoz, Alberto Iglesias, Pep Molina…
En otoño estaré con Pepe Viyuela en una versión estupenda de Bernardo Sánchez de “El baile” de Neville dirigida por Luis Olmos.
Un abrazo enorme con todo mi amor y energía!!!
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