¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?… Mi padre era amigo del director y los integrantes de una compañía de teatro de Algeciras, «Teatro Algarabía», y en algunas ocasiones les acompañábamos en sus bolos fuera de la ciudad. Allí respiré por primera vez el teatro, casi desde dentro. A los 14 años leí casi por casualidad «La construcción del personaje», de Stanislavsky, y tomé la secreta decisión de convertirme en actor algún día. El año siguiente me apunté al aula de teatro del Instituto, de la mano del pintor algecireño Pepe Barroso y, al mismo tiempo, me enrolé en una compañía de teatro que dirigían el actual defensor del pueblo andaluz, Pepe Chamizo, y Carlos Galiana. La compañía se llamaba «Teatro Mejorana» y durante los veranos hacíamos gira por los pueblos de la provincia de Cádiz. Tenía claro que quería ser actor, pero al acabar COU estudié dos años de Derecho en Granada; aquellos dos años eché tanto de menos el teatro que terminé por abandonar la carrera para venir a Madrid a estudiar Arte Dramático en la RESAD a los 20 años.

¿Realizaste otras facetas además de la actuación?… Aparte del montaje y desmontaje técnico cada vez que íbamos a actuar con la compañía de Teatro Mejorana, no. Durante los años de estudio en la RESAD escribí una pieza que montó un compañero con su compañía de teatro en Alcalá de Henares en un par de ocasiones; se trataba de una versión actual y divertida sobre el Don Juan de Tirso de Molina y llevaba por título «Fantasía en do menor sobre Don Juan Tenorio»; empezó como un ejercicio de clase y acabó representándose el 1 de Noviembre en Alcalá de Henares.

-¿Qué es el teatro para ti?…Es un ejercicio de comunión con el público, que tiene su propia liturgia y que busca la transformación a uno y otro lado del escenario.
¿Por qué haces teatro?… Ahí se encuentra mi origen como actor. El teatro es el único medio que te permite volar como actor, sin interrupciones, con continuidad dramática, sentir esa magia del salto al vacío y ese poder de transformación en uno y en los demás al mismo tiempo.

¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?… Es difícil hacer un balance, porque no soy objetivo. Quizá le corresponda a otros hacerlo, no a mí. Desde luego trato de escoger proyectos que me supongan un reto, un aprendizaje y que tengan algo estimulante. Aún me queda mucho por aprender y mucho por dar, por supuesto. Digamos que estoy en el camino.

¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?… El teatro debería ser un lugar para la transformación, para la reflexión, para poner un espejo a la sociedad e invitarla a conocerse, a conocer en más profundidad al ser humano; esto se puede conseguir a través de la comedia más banal o a través de un texto profundo y complejo. Lo importante es que algo quede en quien ha visto la función, que se produzca una transformación ( que puede ser sencillamente emocional: pasar un buen rato no deja de ser una transformación emocional ).

¿En qué proyectos has participado durante el último año?… Háblanos de ello: Arranqué el 2014 con los últimos bolos de «Oddi», una obra de Sergi Pompermayer con la que estuvimos el año anterior en el Teatro del Arte. A comienzos del verano, estrené «Sótano», un texto de Benet i Jornet dirigido por Israel Elejalde, en La Pensión de las Pulgas, donde compartía protagonismo con Juan Codina, En Septiembre volvimos un par de semanas con la función en el mismo espacio. Y acabo de estrenar «Fausto» , de Goethe, dirigida por Tomaz Pandur en el CDN. He rodado dos películas ( «Sicarius» y «Unamuno en Fuerteventura», con José Luis Gómez ) y he participado en las series «El ministerio del tiempo» y «El fin de la comedia».

¿Cómo surgió tu participación en el montaje de Fausto?… Háblanos de este trabajo… Hice una prueba en verano para Tomaz Pandur. Durante la prueba me hizo leer un texto y, como sabía que tocaba el piano, me hizo interpretar una pieza en un teclado. A los pocos días me llamó para decirme que le había gustado la prueba y que me quería en su montaje. El proceso de trabajo con Pandur es muy creativo y te pide que estés siempre en ese estado de creatividad y riesgo; le encanta la inmediatez con la que los actores son capaces de incorporar sus propuestas, por lo que uno debe estar siempre en un estado de predisposición para el juego y el riesgo. Desde un principio entendí su propuesta y el modo de trabajar que proponía. Pandur tiene una imaginación desbordante y te pide que juegues con él, sin cuestionamientos de ninguna clase: en ese ejercicio es donde uno encuentra a veces cosas sorprendentes que se salen de la racionalidad (que tantas veces nos limita como artistas). Al mismo tiempo, todas sus propuestas tienen un fundamento detrás y nada es gratuito. Yo interpreto al Mefisto, que en esta ocasión es el padre de una familia que representa el mal, invade el espacio ( mental ) de Fausto y le seduce de muy distintas maneras: desde el humor, la humildad, la torpeza, el glamour, la tentación.. Esta familia mefistofélica hace todo un despliegue de medios y no duda en usar a sus propios hijos para darle a Fausto lo que quiere a cambio de su alma.

¿Cómo creas tus personajes?… ¿Tienes un método?…
No tengo una, sino muchas maneras de abordar un trabajo. Cada nuevo reto me exige una aproximación distinta al personaje. Por supuesto tienes que saber no sólo quién es y cómo es tu personaje, sino cuáles son sus deseos, su arco dramático, su función dentro de la obra…a partir de ahí te aproximas a él de distintas maneras. A veces me lleno de estímulos que tengan que ver con el personaje, el tema o la obra ( lecturas, referentes cinematográficos, música, artículos, cuadros, referentes personales.. ) y dejo que toda esa información se pose en algún lugar para que el subconsciente haga un trabajo de selección natural. Hay trabajos que requieren buscar profundamente dentro de uno y otros que te permiten jugar más livianamente y encontrar desde ese juego el brillo. No creo que todos los personajes y estilos exijan o permitan incluso el mismo tipo de aproximación…hay veces que me siento perdido, otras en las que doy con la clave en un golpe de intuición, y otras en las que el estudio y el trabajo hacen que aparezca poco a poco el personaje.. Como decía un profesor que tuve: el trabajo que ve el público es como la punta de un iceberg: para que se vea un 10 por ciento, tiene que haber por debajo un 90 por ciento que sustenta ese diez por ciento visible.

¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del IVA al teatro?… Muy negativamente, como era de esperar, y como es evidente. Nos han puesto palos en la ruedas y muchas compañías y muchos teatros han tenido que cerrar. Gravar la cultura de este modo es una canallada hacia nuestro sector y hacia el público en general y parece evidente que hay una intencionalidad política en ello.

¿Qué montaje que hayas visto últimamente te ha interesado y por qué?… En el último mes no he tenido mucha ocasión de ir al teatro, al estar inmerso primero en los ensayos y ahora en las representaciones de Fausto. Destacaré tres de los que he visto hace poco: «El largo viaje del día hacia la noche», de O´Neill, que es uno de mis textos favoritos, «Lluvia constante», con unos espléndidos Sergio Peris Mencheta y Roberto Álamo y «A vueltas con la vida», de Juan Luis Iborra, con Beatriz Carvajal, que se estrenará el 19 de Diciembre en el Fernán Gómez y que trata en una clave agridulce del poder revolucionario y regenerador que tiene la lectura en una empleada doméstica que encuentra su propia voz a través de los libros que descubre en las casas que limpia.

¿Proyectos?… Suenan cosas pero aún no se pueden decir en voz alta.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?… Desprenderse del miedo y darle rienda suelta a nuestras voces más profundas, a pesar del qué dirán, del éxito, del fracaso o de la falta de dinero. Un creador no necesita excusas para crear: Lo hace a pesar de todo, contra viento y marea. Así ha sido siempre.
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5 de diciembre de 2014 | Categorías: ENTREVISTAS | Tags: "A vueltas con la vida", "El fin de la comedia", "El ministerio del tiempo", "Fantasía en do menor sobre Don Juan Tenorio", "Fausto", "La construcción del personaje" de Stanislavsky, "Sicarius", "Teatro Algarabía", "Teatro Mejorana", "Unamuno en Fuerteventura", Beatriz Carvajal, Benet i Jornet, Carlos Galiana, cdn, Don Juan de Tirso de Molina, El largo viaje del día hacia la noche, Fernán Gómez, Goethe, Israel Elejalde, josé luis gómez, Juan Codina, Juan Luis Iborra, La pensión de las pulgas, Lluvia constante, O´Neill, Oddi, Pepe Barroso, Pepe Chamizo, RESAD, Roberto Álamo, Sótano, Sergi Pompermayer, Sergio Peris-Mencheta, TEATRO DEL ARTE, Tomaz Pandur | Deja un comentario
¿Qué es el teatro para ti?
El teatro para mi es sobre todo un camino de enriquecimiento personal, una manera de ponerse en contacto con la íntima creatividad y emocionalidad y proyectarla en un trabajo en equipo destinado a compartirlo con la sociedad con la que vives. Una estupenda manera de disfrutar de la literatura de una forma viva y vibrante y de conocerte a través de la proyección en las historias y personajes.
¿Por qué haces teatro?
Surge en mi desde muy pequeño, quizá por ser el pequeño de una familia en la que mis hermanos mayores eran bastante más mayores que yo, jugué mucho solo de niño, me inventaba universos, historias. Ya en el colegio hice mis pinitos en las representaciones de Navidad creando mis propios espectáculos. Recuerdo que hice un pequeño performance uniendo varios monólogos de Segismundo…
¿Qué balance haces de tu trayectoria como actor?
Tengo la sensación de haber pasado por un jardín muy rico y variado, probando distintos tipos de frutas, muy distintas. He aprendido mucho de grandes maestros, y sigo aprendiendo, estudiando y entrenando. He trabajado mucho y duro pero he disfrutado muchísimo con ello. Me encantaría que siguiera así, con continuidad y con cada vez más libertad e independencia creativa.
¿Cómo surge el proyecto de Terapia definitiva?
Llevaba desde el 99 interpretando, en los huecos entre trabajos, mi anterior trabajo en solitario ”Salvaje!!!” y cayó en mis manos un texto de Jacopo Fo “Cerebros verdes fritos”, un ensayo sobre la estupidez humana y sus partes adyacentes, que me pareció revelador y divertido. Y en seguida sentí la necesidad de compartirlo.

Háblanos de la obra…
Es un divertidísimo, acido y clarividente recorrido por la estupidez humana, en la historia, en las relaciones de pareja, en la política. De donde procede y sus posibles soluciones …
¿Cómo fue el proceso de creación?
Empecé trabajando sobre el texto, haciéndolo propio y añadiendo aspectos que me apetecía desarrollar, luego fui trabajando con una cámara de video, haciendo un acercamiento a la puesta en escena, desde un presupuesto muy físico que es como me gusta trabajar cuando hago cosas por mi cuenta. Posteriormente se unió el resto del equipo creativo, Jorge Muñoz y Eugenia Manzanera para ayudarme a la puesta en escena, Gloria San Vicente como asesora gestual, Vicente Fuentes con el texto, Eugenio Uñon con la música…
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear Terapia definitiva?
Desde luego, mis referentes básicos son Dario Fo y su sentido de juglaría, de hecho yo me formé en Italia con Antonio Fava, discípulo de Lecoq y del propio Fo, Pepe Rubianes y su empatía y desparpajo, la precisión y la potencia de Steven Berckof…
¿Qué balances haces de tus últimos trabajos como actor en teatro?
He tenido mucha suerte con trabajos que me han hecho crecer y me han dado la posibilidad de mostrar otras facetas y salir de posibles encasillamientos. Estoy muy agradecido a Eduardo Vasco y Ana Zamora por darme mi primer protagonista con enjundia en el teatro madrileño “Don Duardos”, un trabajo muy complejo y que recuerdo con especial cariño, a Perez de la Fuente por Segismundo, poder interpretar a Segismundo en la Volksbüne de Berlín y en el Piccolo de Milán son algunos de los regalos que me deparó este trabajo, Tomaz Pandur “En la Caida de los dioses”,Andrés Lima en “Tito Andrónico” y Adolfo Fernandez en “19,30” son grandes directores de los que he aprendido y con los que he disfrutado mucho. Y por supuesto el encuentro con Miguel del Arco en “De ratones y hombres”, él me ha dado la oportunidad de sumergirme en un personaje con una complejidad y arco emocional y empatía increíbles, una joya, y la relación en escena que hemos vivido Roberto Álamo y yo es otro de mis grandes hitos personales y profesionales de mis últimos años.

¿Cómo preparas los personajes?
Primero doy mucha importancia al proceso de investigación, busco muchas referencias, cinematográficas, literarias, plásticas. Trabajo mucho la entidad psicológica del personaje a través de los eneatipos e intento descubrirlo dentro de mi. Luego suelo trabajar con Jorge Muñoz haciendo un análisis exhaustivo y empezando a transitar las escenas, buscando el arco emocional, sumergiéndome en detalles físicos, de vestuario etc. Con Vicente Fuentes suelo profundizar en el trabajo de texto y personaje. Intento llegar a los ensayos cargado a tope para poder ofrecer material a los compañeros y al director. Y luego a volar….
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?
Como decía el poeta, hacer sentir, hacer soñar, arrancar las almas del fango de la rutina… La sociedad necesita ser conmovida, se necesita la catarsis más que nunca.
¿Crees que afectará mucho la subida del I.V.A. y los recortes al teatro?
Ya lo ha hecho, entre otras cosas el teatro independiente, excepto heróicas iniciativas, ha sido barrido. Una pena, porque era la base del tejido cultural-teatral de este país.

¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?
Seguir luchando con amor e ilusión ofreciendo a la gente lo mejor que tengamos. Disfrutar con lo que hacemos. Y buscar nuevas vías, las hay. Lo bueno de todo esto es que estamos viviendo un momento creativo electrizante. Estamos por encima de las realidades económicas, somos mucho más que eso…
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?
“Deseo” de Miguel del Arco, una demostración de que el teatro puede ser comercial y de calidad.
¿Proyectos?
Seguiré de gira con “La terapia definitiva” y compaginando distintos proyectos televisivos.
Estoy trabajando en un nuevo espectáculo unipersonal sobre mitología griega. Un espectáculo divertido y políticamente cañero sobre los dioses antiguos y los nuevos, esos que suben y bajan la prima cuando les sale de las narices. Estoy disfrutando de un equipo creativo estupendo, Jorge Muñoz, Alberto Iglesias, Pep Molina…
En otoño estaré con Pepe Viyuela en una versión estupenda de Bernardo Sánchez de “El baile” de Neville dirigida por Luis Olmos.
Un abrazo enorme con todo mi amor y energía!!!

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11 de abril de 2013 | Categorías: ENTREVISTAS | Tags: 30”, Adolfo Fernández, Alberto Iglesias, Ana Zamora, Andrés Lima, Antonio Fava, “19, “Deseo”, “En la Caida de los dioses”, Bernardo Sánchez, Cerebros verdes fritos, Darío Fo, de ratones y hombres, Don Duardos, Eduardo Vasco, El baile, Eugenia Manzanera, Eugenio Uñon, Gloria San Vicente, Jacopo Fo, Jorge Muñoz, Lecoq, Luis Olmos, miguel del arco, Pep Molina, Pepe Rubianes, Pepe Viyuela, Piccolo de Milán, Roberto Álamo, Salvaje!!!, Steven Berckof, Terapia definitiva, Tito Andrónico, Tomaz Pandur, Vicente Fuentes, Volksbüne de Berlín | Deja un comentario
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