Kaspar Hauser de La Phármaco en los Teatros del Canal

Es maravilloso experimentar cómo Luz Arcas nos adentra en un personaje muy complejo en su interior a pesar de haber sufrido un encierro de diecisiete años, un encierro involuntario que le ha convertido en un ser extraño a la sociedad y para el que la sociedad también es algo extraño. Pero esto último no es lo que le interesa: ella quiere experimentar en sus carnes lo que Kaspar sintió en sus primeras veces, en su primera experiencia con la luz natural, con el mundo exterior, con los animales o con la primera visión de las estrellas. Es impresionante ver el trabajo de fondo que Luz ha imaginado, sentido y realizado a través de su expresión corporal y de la coreografía que nos va sumergiendo en numerosas sensaciones. Luz se convierte en Kaspar enteramente, desde lo más dentro, emanando hacia fuera, como sólo ella sabe a través de su danza, la personalidad de «el huérfano de Europa». Un trabajo de una calidad extrema, de delicada plasticidad y de acertada interpretación que no puede dejar indiferente a nadie y que coloca a la intérprete una vez más en la punta de la pirámide en lo que a danza se refiere.
La composición e interpretación musical de Carlos González también es sobresaliente. Cada acorde acompaña al cuerpo y el cuerpo acompaña a cada acorde de una manera que nos estremece la piel. En definitiva, La Phármaco nos ofrece una oportunidad única para disfrutar de lo más hondo de la danza en un trabajo bello y emocinoante que esperamos que se pueda repetir muy pronto, ya que ha tenido un paso muy breve por Madrid, breve pero muy intenso.
Luis Mª García Grande
Si pudiera hablar de esto no haría esto de Janet Novas en el Teatro Pradillo dentro del Festival de Otoño a Primavera
Novás es una de las figuras más destacadas de la danza contemporánea española de los últimos tiempos. Con sus creaciones, de tinte experimental, ha sabido crear un lenguaje propio, empleando el cuerpo como herramienta y dotando sus montajes de un fuerte contenido emocional, que sirve de contrapeso a la estudiada sencillez estética de sus puestas en escena. Tras haber trabajado como bailarina junto a artistas y compañías de la talla de Daniel Abreu o Les Ballets C de la B, Novás comienza su carrera en solitario como creadora e intérprete en el año 2008. Sus últimos trabajos, Cara pintada y Who Will Save Today?, han sido presentados en prestigiosos festivales nacionales e internacionales, obteniendo una gran acogida entre público y crítica. Si pudiera hablar de esto no haría esto, coproducida por el Festival de Otoño a Primavera y el Teatro Pradillo con los festivales Escenas do Cambio y BAD Bilbao, es su cuarta creación en solitario, que encuentra en el muerte y en el dolor su punto de partida. En esta ocasión, se enfrenta a un solo complejo, un territorio lleno de obstáculos técnicos que ella va desentrañando a fuerza de constancia y energía. Su cuerpo, a veces frágil parece sucumbir en el intento pero, de nuevo, vuelve a esa cuenta numérica que le permite retomar el tránsito hacia un nuevo límite espacial o corporal; una indagación sobre el precipicio del cuerpo y la desnudez emocional.
Adolfo Simón
40 años de paz de Pablo Remón en el Festival de Otoño a Primavera
40 AÑOS DE PAZ pretende ser cuatro obras en una: cuatro obras que recorren 40 años de la vida de nuestro país, a través de una familia. Cuatro protagonistas. Cuatro narradores. Los personajes son protagonistas de su propia historia, al tiempo que son secundarios o narradores en otras, formando una rueda en la que unos se van pasando el testigo a otros. “Narramos mientras somos narrados”, según la frase de Borges. Esos 40 años de paz del título representan cosas distintas para cada uno de los personajes que dan sentido a la obra: para Natalia, son los años que va a cumplir, sin haber tenido un hijo antes como se había prometido. Para Ricardo, su hermano, 40 son los millones que debe su empresa. Y así́ con todos. Cuarenta es un número que sobrevuela la cabeza de todos los miembros de la familia. La pieza tiene una estructura endiablada y un juego de espejos en el que los personajes se miran entre ellos para descubrir lo que hay de auténticos en sí mismo y lo que pertenece a una herencia maldita, la de estas cuatro décadas donde hemos pasado de respirar con ansiedad a taparnos los orificios nasales por no soportar más el pestilente olor que se desprende de la piscina donde han ido acumulándose todos los restos del naufragio de esta sociedad. Los actores transitan estupendamente de una narración de los acontecimientos y pensamientos a la interacción entre personajes. Una puesta en escena sugerente donde los planos de tiempo pasado y realidad presente se cruzan.
Adolfo Simón
John de DV8 Physical Theatre / Lloyd Newson en el Festival de Otoño a Primavera
Tras la revolucionaria Can We Talk About This?, la formación británica DV8 Physical Theatre regresa al Festival de Otoño a Primavera con JOHN, una arrebatadora creación de danza-teatro calificada por la crítica como “audaz, envolvente y absolutamente única”. Lloyd Newson, director artístico de DV8 y uno de los artistas más influyentes del panorama teatral de los últimos tiempos, entrevistó a más de medio centenar de hombres acerca del sexo y el amor para poner en pie esta pieza. Uno de aquellos hombres era John, cuya historia de delincuencia, drogadicción y lucha por la supervivencia se desgrana en escena como una experiencia teatral intensa y conmovedora. Hay un hallazgo importante en esta pieza y es el espacio escénico, que gira constantemente como un reloj frenético mientras el tiempo va instalando en el personaje la semilla que conformará su identidad, durante una infancia dura y descarnada. Cuando el reloj vital o la rueda de la ruleta rusa de la vida de Jhon empieza a descender al último infierno para tratar de volver a la superficie de la existencia, todo empieza a moverse casi a cámara lenta y los espacios personales y turbadores se convierten en lugares públicos donde los seres se sumergen en los mapas perdidos del deseo y el placer. Ahí, Jhon encontrará un oasis de aguas insalubres donde podrá descansar del horror del pasado. Al espacio escénico, hay que sumar la dramaturgia vertiginosa para contar fragmentariamente el paso de la infancia al mundo adulto. Y, por supuesto, el trabajo de cuerpo escénico de los intérpretes, verdaderos artífices de esta propuesta.
Adolfo Simón
Green Porno, Live on Stage (Porno verde, en vivo en escena) de Isabella Rossellini dentro de la programación del Festival de Otoño a Primavera
En la sala Verde de los Teatros del Canal hemos disfrutado de esta conferencia-espectáculo trufada de audiovisuales, pequeñas performances y juegos escénicos deliciosamente inteligentes. Cuando estamos cansados de oír la expresión «No es natural» o perderse, a nuestros dirigentes, en disquisiciones sobre si una pera y una manzana pueden cohabitar o no…Llega esta musa del arte que es Isabella Rossellini y llena el escenario de información concreta y documentada sobre la sexualidad de los animales. A lo largo de más de una hora y gracias al humor de la actriz, redescubrimos aquello que ya sabemos o no; y es que la naturaleza es mucho más inteligente que lo que pretende hacer el hombre con ella. Este espectáculo está recomendado a todo el mundo; no se pierdan la función ya que solo estará hasta el domingo…Pero, sobre todo, invitaría a que lo vieran todos esos seres intransigentes que piensan que el futuro del universo está en manos del macho y la hembra. Una lección poética y escénica imprescindible.
Adolfo Simón
Daisy de Rodrigo García en el Festival de Otoño a Primavera
Tras su revolucionaria Muerte y reencarnación en un cowboy (2010), el siempre interesante y controvertido Rodrigo García visita de nuevo en 2015 el Festival de Otoño a Primavera con su última creación, Daisy que se puede ver este fin de semana en la Sala Verde de los Teatros del Canal. Con un lenguaje depurado, la escritura de Rodrigo García exalta nuestros miedos y nuestras inercias riéndose de lo que enfada y molesta, con una poesía llena de rabia, tierna y desnuda. A través de sus textos y de su aguda escritura muestra su desconcierto ante lo absurdo del quehacer cotidiano y se afana en derrumbar los muros de las estupideces de una sociedad que considera monstruosa. Su lenguaje escénico mezcla sensaciones que hacen evolucionar con una gracia devastadora sus fieles intérpretes: Juan Loriente y Gonzalo Cunill. En Daisy hay rituales de la masonería de la cucaracha, hay danzas con perros, caracoles, tortugas y cucarachas vivas, hay bailes con centollos y un cuarteto de cuerdas que interpreta a Beethoven, pero hay también mucho más de lo que, a primera vista, se puede apreciar en escena, todo el poso que el texto logra dejar en la mente y en los sentidos de cada espectador. De nuevo, Rodrigo García establece un pulso con el discurso expresivo y la recepción del público. No improvisa nada, todo lo que parece casual o arbitrario está elegido con precisión milimetrada. Las imágenes potentes y delirantes que nos propone propician que entremos en un estado casi hipnótico, obligándonos a desterrar nuestros prejuicios para sumergirnos en un estado de profunda percepción. La multiplicidad de lenguajes, ya que la palabra es un bisturí con el que abre nuestro cerebro, bombardean nuestros sentidos para hacernos sentir una cucaracha más en ese recipiente sonoro o esa tortuga que mueve el agua sin desplazar una gota del líquido que la rodea…Y así, sentirnos fantasmas en un paraíso inútil.
Adolfo Simón
A-creedores de Claudia Faci dentro del Festival de Otoño a Primavera en el Teatro Pradillo
La autora, actriz, coreógrafa, bailarina y directora de vanguardia Claudia Faci cambia de tercio con su última creación y se atreve a explorar todo un clásico del teatro, Acreedores de August Strindberg. Estructurada en tres cuadros que se suceden sin solución de continuidad, la pieza narra la historia de un ajuste de cuentas entre una mujer, su ex marido y su actual pareja. En el encabezamiento de esta publicación he escrito que A-creedores es de Claudia Faci porque creo que es una creación personal inspirada de lejos en la obra del autor nórdico. Pero, a diferencia de otras adaptaciones que tan solo conservan el título original y la creación se aleja totalmente del contenido o forma de la obra inspiradora, aquí, Claudia ha hecho un trabajo de cirugía preciso, ha cortando en los lugares más sangrantes del texto, sin tenerlo en cuenta en primer plano, pero rasgando por la mitad las palabras, para ver que destilan y después, lo ha llevado a su universo escénico, a su idea de un espacio privado para voyeurs. También habría que nombrar como autores a los dos intérpretes: Pablo Messiez y Fernanda Orazi que se abren en canal para mostrar sus vísceras y fantasmas sin pudor. Si el teatro ha de acercarse a la vida, a veces…la vida se cuela en la escena.
Adolfo Simón
Silvia Gallerano en La merda (La mierda) de Cristian Ceresoli dentro del Festival de Otoño a Primavera en la Sala Mirador
Tras presentarse con gran revuelo en el Fringe Festival de Edimburgo en 2012 y 2013, La Merda ha sido merecedora de grandes premios internacionales, como los codiciados Scotsman Fringe First y el The Stage Award a la mejor actriz, la intérprete italiana Silvia Gallerano. El éxito de la obra se asienta sobre dos grandes pilares: los certeros y airados textos de Cristian Ceresoli y la cautivadora interpretación de su “joven, fea y desnuda” protagonista, como literalmente la describe la propia compañía. En un descarnado monólogo, Gallerano descubre sobre las tablas sus secretos más terribles mientras lucha de forma valiente, decidida y obstinada por alcanzar el éxito en un lugar que ella misma define como “la sociedad de los muslos y la libertad”. Vivimos en un mundo donde la imagen es lo que cuenta, tanto mides tanto vales… De ese modo creamos monstruos que no están cómodos en su piel y terminan ahogados en su propia mierda. Un mundo cruel y despiadado donde los frágiles han de convertirse en animales salvajes que se muerden las manos para no acariciar los deseos profundos, esos que podrían hacer evaporar los fantasmas del pasado que nos empujan al precipicio de la dependencia e insatisfacción. La merda es un grito filosófico sobre la decadencia de un tiempo que va a la deriva. Una propuesta minimalista y contundente en la que nos encontramos a un ser semi-salvaje, feo por dentro y por fuera que al final, en el saludo, envuelto en un estandarte, recuperar la dignidad humana.
Adolfo Simón
Needles and Opium de Robert Lepage en el Festival de Otoño a Primavera
Con un montaje altamente visual, a medio camino entre la magia y el teatro, Robert Lepage revisita, veinte años después de su producción original, Needles and Opium (Agujas y opio). Una nueva e impactante escenografía, imágenes originales y un acróbata en escena, complementan las palabras de Cocteau y la interpretación sensible e ingeniosa del actor Marc Labrèche. Robert Lepage nos tiene acostumbrados a querer dominar la técnica en escena y con ello controlar los actos del sueño…como dice al final del espectáculo y está al borde de la perfección efectista con mecanismos virtuosos pero con ello, no termina de conseguir emocionarnos. La historia del cruce de tres amores imposibles atravesadas de una serie de efectismos visuales no termina de pellizcarnos el corazón, en otras ocasiones ha conseguido mayor virtuosismo y sobre todo, no hay nueva propuesta en que consiga superar aquel poema inmenso que fue La Trilogía de los dragones, donde sin efectismo, nos hablaba, de manera sencilla, de la vida y la identidad, así, sin más.
Adolfo Simón
Tomorrow’s Parties (Las fiestas del mañana) de Forced Entertainment en el Teatro de la Abadía dentro del Festival de Otoño a Primavera
Pioneros del teatro europeo de vanguardia, los británicos de Forced Entertainment visitan el Festival de Otoño a Primavera por segunda vez tras el éxito de Quizolaa! en 2010. El espectáculo que Forced Entertainment ha presentado en España: Tomorrow’s Parties (Las fiestas del mañana), imagina una multitud de hipotéticos futuros para ello. Dos intérpretes, bajo unos farolillos de colores, como si de una extraña atracción de feria se tratase, esas en las que los charlatanes vaticinan el futuro, estos intérpretes, especulan sobre lo que ocurrirá en el mañana. Explorando visiones utópicas, escenarios de ciencia ficción, pesadillas políticas y fantasías absurdas.
Me encontré, camino del teatro, con un compañero de la profesión y me dijo…»Buah!…Te vas a aburrir, ayer estuve en el estreno y no me podía creer lo que veía: Dos tipos hablando sobre un palet, diciendo lo que todos ya sabemos». Menos mal que no le hice caso, cuando me dicen estas cosas, tengo más ganas de ir al teatro, para comprobar si es cierto o no. Es curioso comprobar cómo se pueden hacer lecturas tan diferentes de una misma propuesta. Es verdad que toda la obra transcurre con esos dos personajes subidos a esa especie de balsa que les tiene perdidos en el tiempo y el espacio, también es cierto que solo proponen hipótesis sobre el futuro. Pero esa constante verborrea iba creando una especie de bucle intelectual que generaba mil imágenes y sensaciones en mi cerebro. Pasé por todos los colores del arco iris…Sentí horror, pánico, fragilidad, impotencia… Creo que todavía nos cuenta distinguir cuando hay una propuesta contemporánea y cuando nos dan gato por liebre, aquí había un trabajo portentoso.
Adolfo Simón
The Table (La mesa) de la compañía Blind Summit Theatre en el Teatro de la Abadía dentro del Festival de Otoño a Primavera
The Table (La mesa) es un homenaje catártico y único al arte de la marioneta, inspirado en Beckett, la Biblia e IKEA. Su protagonista, Moisés, es un títere cascarrabias de 60 centímetros de altura con una cabeza de cartón. Vive en una mesa y es manipulado al estilo bunraku japonés por tres magníficos artistas. Y tiene un gran problema. Está más que harto de que solo le pidan que interprete cuentos de hadas para fiestas de cumpleaños infantiles. Pero él quiere demostrar que es un títere serio, ¡todo un artista! Por tanto, cada noche, en función única, la mesa será suya para interpretar una historia épica: las 12 horas finales de la vida del personaje bíblico Moisés. Así, poco a poco, nuestro divertido filósofo de sobremesa explica la naturaleza del arte de la marioneta. Tiene desacuerdos con sus titiriteros. Muestra sus habilidades en el baile. Examina la Biblia y sufre un percance con una maquina de correr invisible… A cargo de la compañía Blind Summit Theatre, considerada una auténtica maestra pionera del arte de los títeres tanto en el Reino Unido como en el extranjero, The Table (La mesa) se ha ganado el aplauso del público y la crítica a nivel internacional desde su estreno en el Fringe Festival de Edimburgo en 2011. Este espectáculo es de un virtuosismo increíble, no solo por el manejo excepcional que se hace de la única marioneta que hay en la escena durante toda la representación y que por momentos hace que uno olvide, no solo a los manipuladores si no a todo lo que hay alrededor. Pero, además, hay un juego de complicidad entre los actores gracias al que, el viejo gruñón de cartón, desde el guión o la improvisación, consigue hablarnos de lo humano y lo divino con humor e inteligencia. Una pieza que quedará en el recuerdo de todos lo que hemos podido asistir…Sin duda, han conseguido elevar el arte del títere a obra de arte con esta función.
Adolfo Simón
A coming community (una comunidad que viene) en el Festival de Otoño a Primavera en Pradillo
Definido por la crítica como “un espectáculo intenso, turbulento y humorístico”, A coming community (una comunidad que viene) supone la colaboración sobre las tablas, bajo el paraguas del centro de producción belga CAMPO, todo un referente europeo de la creación contemporánea, de cuatro jóvenes e inquietos artistas cuyo trabajo explora los límites de la danza y el teatro físico de distintas maneras. La trayectoria de CAMPO está basada en proyectos donde los equipos artísticos se hacen cargo de la totalidad de la creación de los espectáculos, asumiendo varios roles dentro del equipo propuesto en cada ocasión. Aquí coinciden varios creadores venidos de diferentes lenguajes y estéticas. Y como no podía ser de otro modo, hay tiempos en los que nos muestran el proceso de conexión química y otros el resultado de alguna de sus ideas, sin duda, de la hora que dura el montaje, estos últimos momentos son los más sugerentes, en alguno de ellos llegan a situaciones de poesía escénica singular. El resto, corresponde más a la sala de ensayos que al escenario.
Adolfo Simón
FLA.CO.MEN de Israel Galván en el Festival de Otoño a Primavera
Tras revolucionar la clausura del pasado Festival de Otoño a Primavera con el estreno en España de TOROBAKA, su sonada colaboración con el coreógrafo y bailarín británico Akram Khan, Israel Galván ha regresado en los primeros días de enero de 2015 al festival madrileño con FLA.CO.MEN, una pieza con la que revisa su trayectoria sobre las tablas de un modo muy especial. El año nuevo ha empezado muy bien desde la danza, ni más ni menos que con este flaco genio. Ya no hay remedio, Israel Galván ya está por derecho en ese espacio dedicado a unos pocos: La genialidad. Solo cuando un artista y creador ha pasado por la medida exacta de su arte puede entrar a jugar con él para reinventarlo. En FLA.CO.MEN hay flamenco puro y también la destrucción del canon clásico para ir más lejos, más allá de lo que ni este genio de la escena imagina. Verle en escena es como ver a un pintor frente a un lienzo en blanco, extasiado con el aroma de la pintura y sus colores. No le tiene miedo a nada, ni musical ni interpretativamente. Se rodea de una buena cuadrilla que le acompañan con deleite en su viaje a la deconstrucción y la recomposición del baile en su más alta expresión escénica. No sé qué va a hacer después de esta pieza ya que aquí ha llegado a lugares insólitos.
Adolfo Simón
Vaivén de Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola – Antonio Ruz en el Festival de Otoño a Primavera
Pocas veces me he salido de un espectáculo sin aplaudir… Siempre aguanto hasta el final de una obra de teatro por si en el último momento, aparece la clave para entender lo visto anteriormente. En Vaivén he aguantado hasta el final los 100 minutos que duraba y me salí sin aplaudir, no he entendido como una pieza de este tipo está en un festival de este prestigio.
Adolfo Simón
An Old Monk (Un viejo monje) de Josse De Pauw y Kris Defoort en el Festival de Otoño a Primavera
Acompañado por la música de Kris Defoort, Josse De Pauw regresa al Festival de Otoño a Primavera con la producción musical An Old Monk (Un viejo monje), una obra inspirada en Thelonious Monk, el genio del jazz estadounidense conocido por su estilo único de improvisación. An Old Monk (Un viejo monje) es una creación que trata sobre las ganas de vivir a toda costa. Mientras su banda toca, un viejo Monk se levanta dejando el piano a su suerte, estira sus extremidades entumecidas y se marca un pequeño baile. Baila sin otro objetivo que el de bailar, con entusiasmo y en soledad. En An Old Monk (Un viejo monje), Josse De Pauw y Kris Defoort se dejan llevar por el baile, que se convierte en una oda al deseo de elevar los viejos huesos más allá de lo esperado. El título del montaje es un juego de palabras que hace referencia al nombre del artista, pero cuya traducción literal sería “Un viejo monje”. A ritmo de jazz, y con un centenar de antiguas ilustraciones que se proyectan en el escenario durante la representación, la producción habla sobre envejecer, sobre el proceso de desgaste del cuerpo, pero también sobre la resistencia y el deseo incansable de continuar bailando.
Esta propuesta tiene muchos alicientes pero sin duda, el más sugerente es la libertad de creación y expresión que se desprende desde el escenario. En estos tiempos tan oscuros, que un hombre alejado de los canones de la belleza, baile, juegue y se exprese con todas sus facultades creativas es un placer para los sentidos.
Adolfo Simón
El valle del asombro de Peter Brook en el Festival de Otoño a Primavera
“Mientras exploramos las montañas y valles del cerebro, alcanzaremos el valle del asombro”. Así introduce el gran maestro del teatro contemporáneo del último siglo Peter Brook su última creación, The Valley of Astonishment (El valle del asombro), que inauguró hoy el XXXII Festival de Otoño a Primavera de la Comunidad de Madrid.
¿Es posible imaginar un mundo donde cada sonido tiene un color, donde cada color tiene un sabor, donde el número ocho es una señora gorda? Esta impactante nueva obra de teatro explora las experiencias fascinantes de personas reales que ven el mundo bajo una luz radicalmente distinta. The Valley of Astonishment (El valle del asombro) es un viaje caleidoscópico a los misterios y maravillas del cerebro humano, inspirado por años de investigación neurológica, historias reales y el épico poema místico: La conferencia de los pájaros de Farid Attar.
Cuando oímos constantemente la palabra investigación y esencialidad en el teatro, cuando hay que aguantar la pedantería constante y frívola sobre el rito del teatro, asistir a la última propuesta de Peter Brook en la que aborda un tema tan complejo como es una enfermedad que podría ser un placer enorme para nuestro cerebro pero que se convierte en un infierno cuando se descontrola, es la oportunidad de ver el teatro en esencia, es ver la utilidad de la escena a lo largo de todos los años desde su origen.
Además, Brook da una lección de sencillez al elegir unos actores sin afectaciones y con gran ductilidad, la mejor manera para conseguir que el espectador se identifique con lo que se les está contando desde el escenario.
Hacer de una monstruosidad un acto de belleza y reflexión sobre la condición humana y el misterioso funcionamiento del cerebro es todo un hallazgo inteligente en esta obra.
Adolfo Simón
Amar de Alejandro Catalán en el Festival de Otoño a Primavera
En el espacio escénico hay dos sillas, una rama de árbol, unos trípodes de micrófono y unas linternas. Entran seis actores, tres hombres y tres mujeres, vestidos como para salir de copas. A partir de esto, poco puede imaginarse de lo que allí sucederá. Pero bastará que la luz se apague y que alguno de los actores, iluminado por otro con una linterna, comience a actuar, para que el proceso de sus seres nos introduzca, capture y lleve por el derrotero de una noche intensa y descarriada. Amar, bajo la batuta de director argentino Alejandro Catalán, es una propuesta de actuación cruda y real, donde todos los procedimientos espaciales, lumínicos y sonoros son ejecutados de manera manual y visible a los ojos del espectador, sin que esto atente contra la ficción de la escena. Es más, la ficción saldrá incluso reforzada. El juego actoral se desarrolla de la mano de seis intérpretes que, durante una noche, deambulan por el bosque, una pista de baile, un bar y el mar. ¿Por la vida, quizás?. Amar es un malabarismo actoral y una obra. Es el truco de unos magos que revelan que actuar no oculta nada. En este trabajo hay muchos elementos de interés, el trabajo actoral por supuesto pero también toda la poética donde se instalan los intérpretes. No es lo mismo tener un escenario donde sales a «actuar» a tener un espacio construido a la medida de las emociones que se van a desarrollar allí y para el que los actores han de manejar hilos invisibles con los que sensibilizarse entre ellos. Hay una propuesta sencilla en apariencia en lo que concierne a la luz, sonido y espacio escénico pero es de una complejidad exquisita. Y todo esto lo ha liderado un hombre de teatro que escribe y dirige desde la esencia para conseguir teatro en estado puro.
Adolfo Simón
ENCUENTRO con ISRAEL GALVÁN y AKRAM KHAN
JUEVES 26 DE JUNIO, 11 horas
TEATROS DEL CANAL, SALA NEGRA (Cea Bermúdez, 1)
Con motivo del estreno en España de TOROBAKA, que tendrá lugar en los Teatros del Canal del viernes 27 al domingo 29 de junio.
El Festival de Otoño a Primavera de la Comunidad de Madrid presentará el próximo jueves, 26 de junio, a las 11:00, en la Sala negra de los Teatros del Canal (Cea Bermúdez, 1), un encuentro para prensa y público (con entrada libre hasta completar aforo) con los artistas Israel Galván (reciente ganador de tres Premios Max de las Artes Escénicas al Mejor Espectáculo de Danza, Mejor Coreografía y Mejor Intérprete Masculino de Danza por su obra Lo Real) y Akram Khan (uno de los máximos y más inquietos exponentes de la danza contemporánea británica). La conversación estará moderada por el periodista y crítico de danza Omar Khan.
tg Stan con Traición de Harold Pinter en el Festival de Otoño a Primavera
Con casi veinticinco años de estrenos a sus espaldas, el sello STAN continúa sin entender de dogmas ni de jerarquías, pero sí de deseo. Un deseo de comunicar, de trasladar su pasión por los textos que ama y a partir de esta premisa, establecen un código de trabajo colectivo que en esta propuesta alcanza la expresión más ajustada de los trabajos presentados, hasta la fecha, en nuestra ciudad.
A menudo, cuando camino por la calle, descubro junto a los contenedores de cartón o envases, montones de ropa o restos de vajillas y siempre me pregunto…¿A qué corresponderán estos restos de algún naufragio?…¿Al final de una vida…de una relación…?. Siempre me veo tentado a recoger uno de esos montones y recomponer, como si fuese un detective, las huellas que allí se acumulan, los detalles que podrían completar el puzle de pasajes de otro tiempo.
Algo de esta idea sobrevuela la propuesta de tg Stan sobre Traición de Pinter. La obra va camino de convertirse en un clásico de la literatura dramática porque contiene, en su estructura y en las escenas que la atraviesan, el tiempo, el desconcierto y el vacio que alberga el deterioro en las relaciones humanas, con el agravante de que, en ocasiones, para sobrevivir a ese horror de la soledad, matamos sentimientos profundos como el de la amistad.
La propuesta que todavía se puede disfrutar en Cuarta Pared es un ejercicio despojado del trabajo de creación que el actor ha de realizar en el proceso hacia el descubrimiento de lo que su personaje siente o piensa entre líneas y además, lo hacen de manera impúdica ante los ojos del espectador. Un trabajo de una complejidad enorme aunque parezca de una sencillez brutal.
Adolfo Simón
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