Dolly nos habla de sus experiencias en la escena teatral y cabaretera
¿Cómo fueron tus inicios en el cabaret y el teatro?…
En el año 92 empecé a actuar en todo el circuito madrileño de teatro cabaret con un grupo llamado «Luba Kanga» donde hacia varios personajes. Hasta el año 95. Compartimos escenario con Las Virtudes, Anthony Blake, etc. Previamente había actuado en plan amateur en Ibiza, que es de donde vengo, en el grupo de teatro GAT, eso sí, con algún que otro protagonista. Después, en el año 96 nació Dolly en la famosa película coral «Más que amor, frenesí» que más tarde tendría vida propia en el espectáculo «Goodbye Dolly» con cuatro temporadas en cartel. Y hasta ahora.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?…
Los inicios son duros, pero he tenido mucha suerte y se han cruzado en mi camino buenas personas.
¿Cómo surgen las ideas y los proyectos en los que te embarcas?¿Qué te anima a participar en ellos?…
La creatividad es caprichosa. De repente un show se va haciendo solo actuando día a día y fijándote en todo lo que te rodea. Otro show te pones a escribir con alguien y también surge. Otro montaje te lo ofrecen, estudias y ensayas. Lo que me anima a participar es mi amor por la profesión. El aplauso engancha, es adictivo.
¿Cómo surgió tu participación en Cerda?…Háblanos de tu personaje…
El autor, Juan Mairena, me lo ofreció y yo acepté con gusto. Era hacer una Dolly ‘monja’ pero mucho más Bette Davis o Norma Desmond, mas extrema. Y un poco mala. Pero lo justo.
¿Cómo creas los personajes?¿Tienes un método?…
Investigo sobre el personaje y empiezo a tomar referencias, ver películas, fotos, maquillajes, tonos de frases, actitudes…, todo eso que te pueda inspirar y te haga clic en tu modus operandi actoral.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…
Empezamos con «Cerda» a principios del verano de 2013. En navidad «Rubia navidad» en la sala Nada, donde hacía un cóctel de mis espectáculos. Actualmente sigo en dos espectáculos en sendos restaurantes: «Las rubias no somos tontas» en el renombrado Gulagula de Gran Vía desde hace varios años y «El divan de Dolly» en Riofrío de Colón, más recientemente. Y volvemos en mayo con «Cerda» en La CASA DE LA PORTERA después de dos meses de descanso y de haber recibido el prestigioso galardón de la Unión de Actores nuestra querida Inma Cuevas como mejor actriz secundaria por la función y varias menciones más. Ah y un capitular que todavía no se ha estrenado en una exitosa serie donde hay muchos vecinos…
¿Qué proyectos tienes entre manos?…
Seguir currando como una mula y a ver si salimos de esta…
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Está afectando en todo. Es obvio que si subes la entrada y la gente, cada vez tiene menos dinero, o más miedo a gastarlo, no van a venir a verte. Con lo cual hay que bajar el precio de la entrada y prácticamente no hay margen de beneficio. Es todo un despropósito lo que están haciendo nuestros queridos dirigentes. Ellos si que no se bajan el sueldo que les pagamos entre todos, no. Me enerva.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
Mañana voy a ver «Dorian» en la Pensión de las Pulgas y tengo que decir que estoy un poco turbada… y hace poco vi, también en La Pensión «MBIG». Brutalmente intenso. Soberanamente profesional. Una delicia.
¿Alguna sugerencia para seguir creando y haciendo teatro en tiempos de crisis?..
Seguir con ilusión y esas ganas que te crea el gusanillo de la escena. Y seguir adaptándose como uno mejor pueda a estos tiempos de poco presupuesto, intentar aguantar. Tú das y la vida te da. Tú quitas y la vida te lo quita multiplicado. Espero que eso le pase con creces a todos éstos que tanto nos están quitando….. Sin acritud, Dios me libre.
INMA CUEVAS nos habla de su intenso trabajo en los últimos proyectos escénicos.
¿Qué es el teatro para ti?…
Donde crezco, donde me refugio, donde respiro. La libertad. A donde acudo para hacerme mayor, para volver a ser niña, donde juego, donde sueño.
¿Por qué haces teatro?…
Porque un día decidí que allí, encima de un escenario podía ser.
¿Qué balance haces de tu trayectoria como actriz?…
Más que positivo, soy muy afortunada.
El esfuerzo se ve recompensado.
¿Cómo surge tu participación en los proyectos en que estás implicada ahora?…
De muy diversas maneras.
Juan Mairena, director y autor de Cerda se puso en contacto conmigo para ofrecerme un personaje en su obra. Lo leí, me apasionó su lírica y su sentido del humor. Entendí cada palabra y el porqué de cada coma. Delirante y valiente.
Pablo Muñoz -Chápuli, director de No son maneras de tratar a una dama, me conocía de haber trabajado en una producción anterior, Anda que no te quiero, parece que mi locura y mi comicidad le atrajo para colaborar en este gran musical del Off Broadway, lo único que le faltaba era saber si daba la nota, y ahí la he estado dando con fortuna.
True West es el más personal de todos. Mis compañeros de Los últimos días de Judas Iscariote , Alberto Berzal ,Luis Rallo e Israel Frías llevaban mucho tiempo soñando con poner en pie este texto de Sam Shepard. Quisieron contar conmigo y ahí estuvímos los lunes de Marzo, en el Hall del Teatro Lara bajo una impecable dirección de José Carlos Plaza.
MBIG llegó de la mano de José Martret. Imagino que entre los pasillos de La casa de la portera e iluminada por los cirios de Sor Cicilia, Martret vio la luz para enfundarme en una deliciosa Camelia a la que la debo tantas satisfacciones…
¿Cómo fue el proceso de creación en cada una de las propuestas?…
Cada proyecto nace de un lugar distinto, con compañeros que aportan desde perspectivas diferentes, pero siempre los abordo desde la ilusión, el compromiso y el rigor.
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear tus personajes?…
Todos ellos están llenos de matices partiendo primero del propio texto.. porque ahí están muchas de las respuestas y luego añadiendoles color con todas las referencias posibles, desde lo que te dice el director de primera partida y leyendo sobre el autor, un perfume, una obra pictórica, una banda sonora particular, alguna serie de tv, viajando y descubriendo con tu imaginación lugares donde nunca has estado. Improvisando entre cajas. Dejandote llevar por lo que te proponen otros. Cuantas más referencias tengas más rico es el personaje.
Camelia de MBIG siempre despierta a la mañana cantando a Frank Sinatra, por ejemplo.
¿Cómo preparas los personajes?…¿Cuál es tu método?…
Después de un camino andado seleccionas lo mejor de cada casa, lo que de verdad crees que concuerda con tu forma de trabajar y de jugar con un texto, con un personaje, con tu compañero, con el público.
El rigor, la intuición y el trabajo constante. Ese es mi método. Saber lo que uno dice, a quién y por qué. Preparar el cuerpo y seguir descubriendo.
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
Cualquiera que nos remueva en la butaca, cualquiera que al salir sigamos pensando que estamos vivos.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes en las ayudas al teatro?…
Por un lado parece que al haber poco presupuesto todo vale encima de un escenario y además se están recortando mucho los sueldos. Ya no se puede vivir de hacer un espectáculo, haces varios a la vez, o te buscas un trabajo alternativo como es el caso de muchos de nosotros… y por otro están surgiendo grandes propuestas teatrales que hacen que valga la pena seguir luchando a pesar de los obstáculos que nos ponen.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
Eso mismo, seguir creando. Los actores siempre estuvimos en crisis. Perseverancia y pensar que se puede.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
La visita escrita y dirigida por Antonio Muñoz de Mesa con Rosa Mariscal e Ivan Villanueva. Gran texto, grandes personajes. Delicada, poderosa, exquisita y al estómago.
¿Que ha significado el premio de la Unión de actores?…
He recibido todo el cariño y más por parte de mis compañeros actores. Después de todo un año trabajando duro este reconocimiento me alienta a seguir caminando. Muy agradecida.
¿Proyectos?…
Sigo con MBIG hasta el 13 de Abril y en Mayo estrenaré un proyecto muy personal y necesario en la sala Kubik Fabrik.
Muy pronto os iré contando.
MBIG (Mc Beth International Group) en La Pensión de las pulgas.

Es difícil reinventar a un clásico como Shakespeare, hacer atractivos a todo tipo de público sus textos y llenar una sala durante una larga temporada con fieles devotos, curiosos y nóveles del teatro. José Martret, en la nueva Pensión de las Pulgas, lo ha conseguido y hay que darle las gracias y decirle que no deje de crear. Estamos ante un tema completamente clásico al que se le da media vuelta de tuerca: Macbeth nos habla de la ambición desmedida y de la traición pero también del fracaso, temas universales que se pueden analizar desde un punto de vista más pasional, tal y como nos describe Shakespeare a través de sus personajes o a través de un punto de vista frío, racional y analítico, tal y como nos demuestra Martret con la creación de una ficticia empresa en la que se contextualiza la obra y un personaje, Camelia, que hace de nexo de unión con nuestra realidad. No nos engañemos: si nos leemos toda esa proliferación de libros sobre empresa y reglas fundamentales para que tu empresa triunfe, todos esos libros de auto-ayuda para que triunfemos personalmente en la vida, para que distingamos lo importante de lo urgente y así nos beneficiemos de tremendos resultados… llegamos a la conclusión de que todos nos tratan de inyectar un poco del veneno de la ambición. Los propios empresarios nos dicen que tener un poco de ambición en la vida es «bueno» y que el fracaso no entra entre sus expectativas, lo que les importa es es éxito, palabra de moda. Martret ha sabido mezclar todo esto en una coctelera y servirnos un batido Gourmet.
El espacio escénico, creado para la Pensión de Las Pulgas por Alberto Puraenvidia nos sumerge desde un primer momento ya en el mundo de la empresa, creando un ambiente sospechosamente relajado con una suave música lounge y unos colores suaves y tranquilizadores como si estuviéramos en un elegante centro comercial, pero algo ya nos advierte de lo que nos vamos a encontrar dentro: Unas grandes letras metálicas y cortantes nos advierten que estamos en MBIG, una gran empresa en la que lo importante es que seas eficaz. Los siguientes ambientes nos van a sumergir en dos mundos completamente diferentes en los que se puede apreciar la versatilidad de Puraenvidia: Su capacidad es magnífica para transformar objetos encontrados y uniformar toda la decoración de manera que parezca que estamos ante algo completamente nuevo y con un regusto retro pero nunca visto. No adelanto más detalles de la escenografía porque no quiero romper la novedad de encontrarse dentro de un «nuevo mundo» en esta Pensión y creo que es una sensación que el espectador debe vivir de primera mano, sin saber antes dónde se va a meter.
Todo parece un pequeño sueño en el que las cosas van bien y la empresa «marcha» pero las brujas Skuld y Urd, interpretadas magistralmente por Maribel Luis y Pilar Matas, nos van a advertir de que no es todo como parece desde el primer momento en el que aparecen como gárgolas sentadas y criogenizadas en medio del flamante despacho del director. Las brujas están magistralmente dirigidas para representar nuestro interior más putrefacto, ese que nunca nos atreveremos a reconocer ni a mostrar, ese que cada «gran empresario» puede llevar dentro.
Camelia, interpretada por una maravillosa Inma Cuevas puede ser una diligente y fiel secretaria de dirección, una golden girl y también una moderna coach que te explica la ideología de su empresa mejor de lo que lo harían muchos ejecutivos en su propia empresa.
Francisco Boira nos interpreta a un Macbeth aparentemente poderoso y caballo ganador pero poderosamente atormentado por un destino y por la maldita ambición, lo que le hace mostrarse frágil y quebradizo en algunas partes de la obra. Todos estos aspectos son bastante difíciles de conjugar y asimilar dentro de un mismo papel y Boira ha logrado darles una redondez que muchos actores no podrían alcanzar.
Por último, hay que destacar la presencia de una Lady Macbeth elegante, sensual, ambiciosa y casi diabólica, interpretada por Rocío Muñoz-Cobo que nos recuerda a grandes actrices de la época dorada de Hollywood pero que no pierde ese tono de tragedia y tormento necesario para interpretar a este personaje.
Todos los demás actores contribuyen con su trabajo, excepcional también, a que esta sea una pensión de grandes actores donde es imprescindible al menos pasar una noche en esta temporada teatral. Grandes actores, director y escenógrafo y… ninguna pulga.
Luis Mª García Grande.
RAÚL TEJÓN nos habla de sus experiencias en la escena
¿Cómo surge el proyecto de El huerto de los guindos?…¿Qué has modificado del texto original para tu versión?…
El proyecto nace años atrás y estaba esperando el momento de ponerlo en pie. Surge de la necesidad de contar y de seguir por el camino que llevo explorando como actor desde hace tiempo. No hay grandes modificaciones del texto original. Algunos personajes se han unido para crear alguno nuevo y me he permitido la licencia de dar una salida más amable a dos de ellos. Chejov no salva a ninguno en el texto original y los condena a casi todos a iniciar un camino en solitario.
¿Hubo ocasión, durante el proceso, para que los actores aportasen ideas en la dramaturgia y la puesta en escena?…¿Cómo ha sido el trabajo con ellos?…
Si como actor, a la hora de dirigir, no permitiera que los actores aportaran, creo que me estaría perdiendo una parte preciosa del proceso de creación. Han aportado ideas, textos y su visión de la adaptación que hice. Lo que diferencia un actor de otro es la visión subjetiva que tiene de un texto. Ese mundo que es propio de cada persona y que no es repetible, es una fuente de creación que no me podía perder. De haber tenido otros actores seguramente, el huerto sería distinto. Eso es parte de la grandeza de este trabajo y yo no podía cercenar en mis actores.
El proceso ha sido fantástico. Ha habido un entendimiento rápido de todos y una visión muy parecida de la historia. Yo les propuse contar la historia de forma muy sencilla, y ellos entendieron y agradecieron la propuesta, por lo que no ha habido obstáculos a la hora de ensayar, mas allá de las propias dificultades que en un proceso de creación se pueden dar.
A casi todos les conocía y todos confiaron casi a ciegas en mi, incluida Consuelo que fue mi maestra y que desde una humildad tremenda se puso a mis órdenes. Con algunos como Carles o Barbara había trabajado en tele y sabían como trabajo y con otros he hecho tanto teatro que me entendían rápidamente.
¿Hay algún referente técnico o estético del que has partido para esta puesta en escena?… Háblanos de ello…
Antes de estrenar leí una entrevista de un actor argentino que decía que cuanto más crecía, mas se daba cuenta que menos tenía que actuar. Y esa ha sido mi propuesta. No hacer, no construir, sino ser, encarnar. En este sentido, desde hace mucho tiempo hemos visto montajes de Veronese o de Tolcachir, donde los actores fluyen en la historia sin necesidad de hacer. Sin querer compararme, que desde luego soy un recién llegado con mucho que aprender, técnicamente me parecía que ese era el camino. También porque como actor, ese es el camino que me interesa. Y desde hace tiempo que lo exploro. El reto era saber si podía transmitir ese modo de contar a los compañeros. Y la verdad que estoy contento con el resultado.
¿Cómo ha sido el proceso de creación?…¿Qué has querido contar desde la dirección?…
El proceso ha sido fácil, fluido. Ponerte en la creación es el único modo de que no te asalten las dudas como director y que tu propia inseguridad cercene la creatividad de los otros. Cuando se está inseguro, impones criterio, porque te preocupas del resultado que has imaginado a priori. Sin embargo, si el proceso se centra en crear, el resultado cambia, pero es más interesante y más sorprendente, para ti y para los demás.
Lo que yo quería era trasmitir la idea de que, por mucho que evolucionemos, que lleguemos a Marte, que seamos capaces de secuenciar el ADN de cualquier ser vivo, cuando nos ponemos frente a otro individuo y tenemos que vivir, no hemos cambiado nada en siglos. Desde finales del XIX hasta ahora han pasado grandes cosas, estamos de nuevo en un momento de cambio, donde comunismo capitalismo, liberalismo, todo ha fracasado, como paso en aquel momento, en el que todo un sistema social, político y económico cambiaron. Pero seguimos siendo muy torpes frente al otro. Esa es la raíz del huerto y lo que quería contar. Por eso la función va rozándote como el agua a una piedra hasta que te erosiona.
¿Qué balances haces de tus últimos trabajos para la escena?…
Pues estoy francamente contento de todo lo que me está pasando y de cómo he encontrado un punto de madurez, actoral y personal que me permiten tener más recursos expresivos. Estoy contento. Ivan, Axel en el Pelicano, ahora la dirección… Solo puedo estar a gradecido de tener las oportunidades de seguir haciendo personajes así y de que haya huecos para hacerlos. Creo que cada vez hago personajes mas complejos y que tengo la madurez para hacerlos. Y eso es fantástico. Aunque siempre pienso que lo puedo mejorar…
¿Qué espectáculo has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
Pues MBIG En la Pensión de las pulgas. Y ¿que puedo decir de ellos si somos familia? Que son fantásticos, que el montaje esta lleno de aciertos, desde el espacio creado por Alberto Puraenvidia hasta esa Inma Cuevas que es fascinante.También que tengo amigos y compañeros de escuela en el reparto. Con lo cual, para mi es algo que nadie se puede perder. Pero es que no soy objetivo. Ni tengo por que serlo. Asi que, todos a ver ese Shakespeare. También, porque es necesario que haya gente como Alberto y Jose que apuesten por la creación de nuevos espacios y porque un Shakespeatre es muy necesario en la cartelera de todas las ciudades.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes a la escena?…
Pues a nosotros no muy bien. Pero creo que el gobierno ha recaudado un 40% más pero con una bajada del numero de espectadores similar a la de los peores momentos de nuestro cine y teatro. Es una pena que impidan el acceso a la cultura y que sea cada vez más elitista. Esto suena a rancio y a épocas pasadas. Pero a los actores no se nos dejaba entrar dentro de los muros de las ciudades en la edad media y todavía hoy no ha habido rey, presidente o ministro que haya podido callarnos. Así que si la estrategia es esa, no lo van a conseguir. Mientras que el arte esté vivo y haga sentir vivas a las personas seguirá adelante. Y la capacidad de crear no nos la pueden quitar ni encerrándonos. Así que, deben pensar otro modo, porque una subida de impuestos es infantil como estrategia para disuadir a creadores y publico de que se reúnan. Será mas difícil, nos apretaremos mas el cinturón los unos y los otros, pero seguiremos dando guerra.
¿Proyectos?…
Pues alguno hay de teatro, pero como todavía no se que pasará con otros en los que estoy, no puedo decir que si.
Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis…
Solo eso. Crear. Es tan fácil y tan difícil a la vez. Aunque sea para tus amigos, para tu madre y tu abuela. Hay que crear como terapia frente a la desidia y los problemas. Hay que hacer sin importar el resto. SI haces al final modificas tu entorno. Y eso siempre es bueno. La militancia del artista es la creación y desde ella es desde donde tiene que responder. Porque la capacidad de creación no esta mediatizada por nada.
Teatro para un nuevo milenio
Hubo un tiempo, en la Edad Media, que tanto se parece a esta época, en la que el teatro fue expulsado de sus lugares de representación porque el poder ocupó el púlpito, no para dar libertad a la mente de los espectadores si no para aprisionar sus conciencias con el terror del pecado y el mal. Pero, en ese tiempo, los cómicos, siempre hábiles y estrategas buscaron otro espacio de representación y pisaron las calles y plazas, buscando la complicidad y el diálogo con el pueblo. Hoy vivimos una época en la que el teatro ha pasado a ocupar el lugar de la representación mediática, cercana a los parques temáticos. Pocos espacios públicos siguen respetando las reglas de lo que siempre fue el teatro, un espacio vivo en el que hablar de tú a tú entre la ficción y la realidad. Recortes económicos y privación de expresión nos asaltan día a día en los medios de comunicación…¿Son las leyes de esta época incierta?…¿No haremos nada por salir de ese callejón sin salida donde nos están acorralando?. El teatro no morirá nunca porque se reinventa en cada época, porque es necesario, porque tiene que ver con los ancestros del ser humano, con su origen tribal. Y si nos expulsan del paraíso, nos iremos al infierno. Y si no nos dejan los templos teatrales, nos iremos a las cuevas o a las pensiones…o a cualquier rincón donde pueda seguir existiendo lo que solo nos da la catarsis real, la escena viva, el latido de los actores frente a nuestra mirada. Para estos tiempos es necesario la complicidad y la lucha codo a codo, algo que se han encargado durante mucho tiempo de hacer desaparecer de nuestra manera de relacionarnos en la sociedad de hoy: Es preferible un pueblo tonto que educado, un pueblo bruto que sensible; se le maneja mejor si no piensa ni siente. Hace un par de años, dos locos se embarcaron en una aventura teatral distinta: La casa de la portera, huyendo de las modas y los efectismos y tal vez, por esa manera de plantearse un teatro desde la necesidad y la coherencia, su empeño funcionó. Durante estos dos años hemos disfrutado en muchas ocasiones de lo que allí se presentó y estaba claro que, tarde o temprano, la aventura crecería. Ayer presentaron su nuevo sueño: La pensión de las pulgas y los que tuvimos ocasión de disfrutar de este evento pudimos ver cómo han trabajado duro por seguir fieles a una idea. Y funcionará muy bien de nuevo, porque hay muchos elementos en juego… una versión libre e inteligente de Macbeth de Shakespeare realizada por José Martret y que ha dirigido con buen pulso en un espacio cuidado hasta el máximo detalle por Alberto Puraenvidia que aquí, llega a cotas muy altas como dirección de arte, llenando de detalles los espacios por los que el espectador transita por un laberinto donde la belleza y contundencia están al servicio de la obra. Y qué decir de los actores, esos seres valientes que muestran sus contradicciones humanas a un palmo del público…Pues que se confirma esa máxima de que el teatro existe cuando un actor se pone frente al público, lo demás sobra. Cuando vivimos un momento en el que las opciones culturales son los parques temáticos, los sex-shops o los pasajes del terror donde solo empujan nuestra sensibilidad al precipicio de la ignorancia, hay que dar las gracias y apoyar iniciativas como La pensión de las pulgas y este MBIG al que auguro larga temporada en escena. Aviso a los cómicos: Si nos excluyen del espacio cultural al que tenemos derecho, escapemos a las montañas o las pensiones y hagamos teatro de guerrilla.
Adolfo Simón
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