Fran Calvo nos habla de sus múltiples proyectos para la escena
¿Cómo surge la propuesta que presentáis en Surge Madrid?… Estábamos buscando un teatro para estrenar «Constelaciones» en Madrid y en cuanto se lo comentamos a Fernando Sánchez-Cabezudo nos abrió las puertas de Kubik Fabrik, sala que participa dentro del festival y presentamos la obra al festival a través de ellos.
Háblanos de la obra…De tu personaje…Del montaje… «Constelaciones» es un texto maravilloso. Su autor es Nick Payne, un joven dramaturgo inglés que estrenó en la sala pequeña el Royal Court (Londres) en 2012. La reacción de público y crítica fue excelente y la obra fue transferida a un gran teatro del West End.
Es una historia de amor entre una profesora de física cuántica de Universidad (Inma Cuevas) y un apicultor urbano. A partir de ahí el autor teje un entramado de universos paralelos y vemos las infinitas posibilidades que se pueden dar en esta relación. Es una dramaturgia ágil y con una estructura muy particular.
El personaje que interpreto es Roland, el apicultor urbanita. Es un jóven empresario que ha dejado el campo por la ciudad, y trabaja fabricando polen y miel.
El montaje está dirigido por Fernando Soto. Es una propuesta muy limpia, despojada de artificio y basada sobretodo en el trabajo de los actores, con el espacio escénico practicamente vacío. La luz juega también un papel muy importante en este espectáculo. Creo que Fernando nos ha facilitado mucho el trabajo con una propuesta liberadora pero exigente, que capta perfectamente la esencia del texto, y con un trabajo de movimiento escénico (a las órdenes de Antonio Gil) que ayuda a construir y apuntalar la obra, que tiene más de 50 transiciones. Es todo un viaje emocional.
¿Cómo surgen las ideas y los proyectos en los que te embarcas?¿Qué te anima a participar en ellos?… Cada proyecto tiene un origen distinto. En algunos casos te llaman y te proponen algo concreto y cerrado, y en otros debe nacer de uno mismo. Considero que es nuestra responsabilidad como actores mantenernos activos y no parar en la búsqueda de nuevas historias y nuevas formas de contar las cosas.
Particularmente, lo que me anima a embarcarme en un nuevo proyecto (teatral) es un buen texto y el equipo de trabajo que lo forme. Hay por supuesto otras variables que afectan pero, sin duda, para mi esos son pilares fundamentales.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?… En Estados Unidos, en el año 2002, con un montaje de «Los cuentos de los Hermanos Grimm».
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria en teatro?… La verdad es que nunca me paro a hacer balance. Intento siempre mirar hacia delante. Estoy en una etapa muy feliz de mi vida, personal y profesionalmente, y estoy muy ilusionado con todo lo recorrido en estos dos últimos años, pese a las circunstancias de nuestro sector y pese al enorme esfuerzo y desgaste que esto supone a veces.
«Constelaciones» es uno de los mayores retos en los que he podido trabajar en mi trayectoria profesional, y estoy disfrutándolo intensamente, pero creo que para llegar a este punto y con los matices y trabajo que requiere la obra ha sido de vital importancia pasar por un recorrido profesional y una experiencia vital de muchos años viajando, conociendo distintas culturas y observando lo que tenía alrededor.
¿Cómo creas los personajes?¿Tienes un método?… Bueno, hay una mezcla de componentes. Para mi todo parte de un buen análisis del texto. Una vez tengo claro ese esqueleto textual, combino un trabajo de observación y documentación, para luego materializarlo en ensayos con propuestas concretas a nivel formal y con un trabajo de imágenes. Un profesor mío siempre nos decía que «oír es ver lo que se dice, hablar es extraer imágenes visuales». Esas imágenes mentales crean un estado de ánimo que nos harán sentir.
Me gusta hacer también siempre un trabajo previo sobre el ritmo interno y la energía del personaje antes de darles vida y antes de confrontarlo con el resto. Y a partir de ahí, todo debería ser juego y exploración. Es muy rico llegar con ese trabajo previo a los ensayos y sorprenderte, y jugar y equivocarse, y «afinar al personaje» en el proceso.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?… Muchos, la verdad. Teatralmente ha sido un año de mucho trabajo y ahora que lo pienso, creo que necesito unas vacaciones jajaja
He trabajado con Gabriel Olivares en un vodevil francés que se llama «La caja», de Clèment Michel y con el que hice 2 temporadas en el Teatro Lara el año pasado; también la pasada temporada estuve en una adaptación del clásico de Strindberg «La señorita Julia», bajo versión y dirección de Miguel Angel Cárcano; «El feo», una comedia ácida del alemán Marius von Mayenburg, que se presentó en Matadero Madrid dentro del festival Fringe 2013, dirigida por Paco Montes y que retomaremos este mismo verano; un nuevo proyecto de Teatro En Serie que se llama «La casa de huéspedes», escrita por Luis López de Arriba, y que son obras de teatro por capítulos en espacios no convencionales; y las 2 obras que tengo actualmente en cartel: «Tape», que llega a la sala grande del Teatro Lara el 22 de mayo, y «Constelaciones», con la que tenemos de momento cerradas 6 únicas fechas entre mayo/junio en la Sala Kubik Fabrik, también en Madrid.
Como director he montado el año pasado «Secundario», un monólogo que protagoniza Antonio Velasco y que acaba de volver a la cartelera madrileña, a El umbral de Primavera, todos los viernes de Mayo. Un emotivo homenaje a los cómicos y al teatro.
¿Qué proyectos tienes entre manos?…
No me da mucho la cabeza para pensar en nuevos proyectos ahora. Me ha llegado algún texto que tengo pendiente leerme pero hasta otoño no me planteo nuevos proyectos. Creo que es bueno oxigenarse, dedicarme plenamente a todos los montajes en los que tengo la suerte de estar trabajando ahora y dejar que lleguen nuevos aires.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?… Terriblemente. A consecuencia de los recortes y de un IVA desproporcionado, cada vez existe más precariedad y el tejido profesional es difícilmente sostenible. Confío que las conversaciones que se llevan manteniendo desde hace tiempo para regular el tema del IVA cultural sean satisfactorias y que lo veamos pronto. No obstante, el daño está hecho y tristemente se ha perdido gran parte de un trabajo de muchos años y de muchas personas, no solo en las grandes ciudades, sino a nivel de giras y producción teatral en focos alejados de Madrid y Barcelona.
¿Qué te parece la iniciativa de Surge Madrid?… Toda iniciativa que promocione el teatro me parece positiva. Con este festival en particular, y con el despliegue masivo de estrenos que anuncia me siento más escéptico. Me pregunto si realmente creará público para el teatro alternativo madrileño, es decir, si conectará con el público que habitualmente o el resto del año no es asiduo de las salas alternativas, o si solo hará que el público habitual se tenga que multiplicar para ver más obras en un mes. Para mí ahí radica el éxito de un festival con estas características. Que trascienda al público que de otra forma no iría a (o no conoce) las salas alternativas.
¿Cómo ves la situación teatral en estos momentos en nuestra ciudad?…¿En nuestro país?… Muy fértil e ilusionante a nivel creativo pero preocupante en términos de sostenibilidad y apoyo Institucional.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?… Me vienen a la cabeza «Un buen día», de Dennis Lumborg, un monólogo protagonizado por Bruno Ciordia que estuvo en El Sol de York y que me pareció un soberbio trabajo de construcción de personaje, de capas y de pincelada fina para un texto demoledor; la versión de «El caballero de Olmedo» que ha dirigido Lluís Pasqual, que tuve ocasión de verla en el Pavón hace un par de meses, por su minimalisto elegante, la musicalidad y la frescura en la propuesta; y por último «Entre Actos», una historia de amor de dos mujeres que está en La casa de la portera, y que me pareció la definición perfecta de sutilidad y sensibilidad en el trabajo, con el público a un palmo de distancia. Muy recomendables las tres.
¿Alguna sugerencia para seguir creando y haciendo teatro en tiempos de crisis?…
Mucho amor, paciencia, esfuerzo, sacrificio y deseo de seguir haciéndolo, le pese a quien le pese.
Los gestores de Nave 73 nos hablan de su proyecto
¿Cómo surgió el proyecto de NAVE 73? ¿Cuáles son las premisas para seleccionar los proyectos programados en este espacio?…
Nave 73 nace de la rebelión y el grito en alto de tres jóvenes hartos de que se les impida encontrar su sitio en el sistema actual. Un actor, una periodista y un comunicador audiovisual nos hemos unido en este ilusionante proyecto para poder dar cabida a nuestras inquietudes y necesidades profesionales en uno de los ámbitos que más nos gusta: el de la cultura.
A la hora de seleccionar proyectos nos guiamos principalmente por un criterio de calidad. Intentamos tener siempre nuestras puertas abiertas, no las cerramos ante la innovación o la diversidad, lo que otros pueden ver con recelo, a nosotros nos entusiasma. Buscamos obras que nos emocionen y provoquen, por supuesto, siempre teniendo presente al público y las características del espacio. Además, como espacio multidisciplinar que somos, estamos abiertos a cualquier disciplina artística, desde el teatro y la danza, hasta la música, las artes plásticas, la literatura…
¿Qué equipo conforma este proyecto a nivel producción y gestión?…
El equipo de Nave 73 lo conformamos tres personas: Álvaro Moreno (actor) encargado de la gestión de la Sala y de la programación, Alberto Salas (comunicador audiovisual) responsable de la imagen, el diseño gráfico y la comunicación de Nave 73 y Rocío Navarro (periodista) encargada de las áreas de prensa y comunicación. Y entre los tres hacemos un poco todas las demás funciones que conlleva un espacio como éste.
¿Habrá talleres y actividades paralelas en el espacio?…
Sí. Desde que abrimos el pasado mes de abril, ya hemos realizado varios talleres y programas de formación. Nuestra idea es llegar a conformar una línea de formación propia, combinada con varias propuestas externas que ya tienen cabida en Nave 73, como el Curso Anual de Formación para Jóvenes Actores de Grumelot o los laboratorios de Sucursales Emocionales. Esperamos poder iniciar varias propuestas en enero, tanto para profesionales como para aficionados, y lo que sí podemos ir adelantando, es un taller intensivo con Antonio Gil y un Curso de interpretación ante la cámara con Jimmy Shaw que organizamos junto a Grumelot.
¿Hay colaboradores habituales en el equipo artístico y técnico? ¿Participan del proceso de gestión y creación?…
Por ahora, el equipo artístico lo conformamos sólo los tres que nos lanzamos a la piscina con el proyecto. Para la parte técnica de escena contamos con un técnico contratado, que se encarga de coordinar los montajes de las compañías. El resto del trabajo de la Nave lo realizamos nosotros, aunque es importante decir que hay mucha gente detrás, que no participan directamente en el proceso de gestión y creación, pero siempre están ahí aconsejándonos, hablando de nosotros a todo el mundo, trayendo proyectos preciosos que no habrían llegado de ninguna otra manera y, sobre todo, aguantándonos en los malos ratos.
¿Van a producirse espectáculos o solo se va a programar?…
En principio, nuestra idea es funcionar como punto de exhibición para producciones externas, ya que consideramos que fuera hay muchísimo, pero que muchísimo talento y llegar a la calidad de las obras que nos envían sería un difícil reto que por ahora no tenemos la intención de asumir. En un futuro, quién sabe…
¿Hay una línea ética y estética prevista para la programación o habrá diferentes tipos de teatro programado?…
Como ya indicábamos en una de las primeras preguntas, en Nave 73 tienen cabida todo tipo de disciplinas artísticas y así queremos reflejarlo también en nuestra programación teatral. Así, por ejemplo, intentaremos tener siempre una semana al mes dedicada a la danza y, al menos, un espectáculo infantil para los fines de semana. Y en cuanto al teatro en general, no nos cerramos a nada siempre y cuando, repetimos, nos parezca una obra de calidad. Intentar cerrarnos ahora a una línea estética no tiene mucho sentido. No sólo es nuestro gusto, o lo que funcione para el público, sino que el espacio se va, poco a poco, definiendo a sí mismo. Éticamente tenemos claro que la búsqueda artística y creativa, y la necesidad de transmitir un mensaje, por parte de las compañías, es nuestra base.
¿Se pueden realizar propuestas combativas y alternativas en estos tiempos de crisis?…
No sólo se puede, lo mejor es que se están haciendo. Nosotros hemos nacido al cobijo de salas como El Sol de York, Kubik Fabrik o muchas otras que ya estaban reivindicando la calidad de lo ‘alternativo’ en Madrid. Es precisamente en momentos de crisis como el actual cuando más debemos unirnos y apoyarnos entre nosotros y creemos que es lo que se está haciendo y de ahí que estén surgiendo tantas y tan buenas propuestas teatrales en el ‘off’ madrileño. De alguna manera, los momentos de crisis incentivan la creatividad y el espíritu reivindicativo y eso se nota también en la calidad y la potencia de los proyectos teatrales que se programan actualmente en las salas alternativas. Por supuesto, si nos alejamos un poco de la oferta escénica, vemos también varios ejemplos de este nuevo eje cultural alternativo que está surgiendo en los últimos años, no hay más que pasear por el centro de Madrid para ver puestos en mercados reconvertidos en librerías, editoriales o estudios de creación, cafeterías con cine incorporado o pequeñas salas de exhibición audiovisual, espacios de creación colectiva y por supuesto, no podemos olvidar toda la red de medios culturales online que están acercando la cultura a muchísima gente.
En las grandes ciudades de la escena, el “off” es el trampolín mediante el cual se lanzan los futuros grandes directores, donde se crean los nuevos lenguajes escénicos. Madrid debe dejar de mirar a los demás, como una ciudad pequeña y temerosa, y decidirse a asumir el lugar que ocupa, entre las mejores ciudades del panorama mundial, aunque las políticas culturales del momento no ayuden precisamente a ello.
¿Qué fórmulas pondréis en marcha para crear el público de NAVE 73?…
Nosotros buscamos fidelizar a un público de todas las edades gracias a una oferta cultural de calidad, heterogénea y asequible para todos los bolsillos. Para esto último contamos con múltiples ofertas y descuentos para parados, estudiantes, pensionistas, etc., que se pueden consultar en nuestra web (www.nave73.es). Asimismo, también buscamos convertirnos en un punto de encuentro para la gente del barrio. Un lugar de reunión y disfrute para ellos en el que no sólo puedan venir a ver una buena obra de teatro, por supuesto, con descuento por ser vecino de la zona, sino que también puedan apuntarse a uno de nuestros cursos, tomarse un café o una caña en nuestra cafetería o proponernos sus ideas y sugerencias para nuestro espacio.
Como exclusiva, comentaros que estamos preparando diversos bonos para que todo el mundo pueda venir a Nave 73 siempre que quiera.
¿Qué proyectos tenéis previstos?..
Ahora acabamos de conceder a dos fantásticos proyectos nuestras Becas de Creación de Artes Escénicas. Nuestra idea con esta beca es la de facilitar el encuentro y la colaboración entre distintas disciplinas y personas del ámbito escénico para enriquecer un proceso de creación del que salga una obra final de calidad, en el que todas las partes nos llevemos nuestra parte de aprendizaje.
Luego, más a medio plazo, tenemos previsto poner en marcha las dos ‘patas’ que le faltan a nuestro proyecto: nuestra línea de formación propia, como ya comentábamos antes, y la creación y puesta en marcha, mediante la unión de varios profesionales bajo un colectivo que funcione de agencia de comunicación centrada principalmente en el sector cultural.
También queremos continuar las iniciativas que comenzamos este año, como El Festival Internacional de Teatro Clásico, el Encuentro Internacional de Teatro Joven que realizamos en Agosto y por último, pero puede que el más importante, seguir hablando con otros espacios y salas para ir mejorando y dar mayor visibilidad al circuito off de Madrid.
¿Cómo están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a las salas de teatro?…
Están afectando sobre todo en el resultado económico final. Es decir, todos, las compañías, los actores, los programadores, etc., lo tenemos crudo a la hora de ver una ganancia económica en todo esto. Nosotros, por ejemplo, hemos abierto sin recibir ninguna subvención ni ningún tipo de ayuda pública. Y las compañías y los actores ven mermado aún más, su ya de por sí limitado capital, por culpa de la subida del IVA. Porque, aunque el ministro Montoro diga que lo único que se ha subido es el precio final de la entrada al espectáculo, él sabe tan bien como todos nosotros que eso no es verdad y que, desde el Gobierno, se le está haciendo un flaco favor a todo el sector de la cultura española con las medidas económicas adoptadas en los últimos tiempos y, como no, con las declaraciones realizadas por varios de sus representantes en las últimas fechas.
¿Qué montaje que hayáis visto últimamente, fuera de vuestra sala os ha interesado?¿Por qué?…
Desgraciadamente, desde que hemos abierto, no hemos podido asistir al teatro como nos gustaría. Lo último que hemos visto, hace un par de semanas ha sido “La Tigresa y otras historias”, de Darío Fo, en El Sol de York. Una función muy interesante, sobre todo debido al increíble trabajo de su actor protagonista. Hace unos meses pudimos escaparnos al Fringe para ver alguna función. Entre ellas, “Calígula”, nos pareció estupenda, en la versión de Mathilde Rambourg, y “Lo único que necesita una gran actriz, es una gran obra y las ganas de triunfar”, de Vaca35, que fue absolutamente brutal.
Nos gustaría salir mucho más, pero hasta que la situación y el funcionamiento de la sala no se estabilice, va a ser muy difícil. Viendo la programación del resto de salas, muchos días nos morimos de ganas de salir corriendo y acercarnos a El Sol de York, a Kubik, o a la Sala Tú (que aún no conocemos) o a otras tantas, pero… desgraciadamente, por ahora nos tenemos que quedar con las ganas.
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