Carlos Lorenzo: Hago teatro para formar parte de un colectivo que trata de entender de una manera ética y estética los mecanismos humanos.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
Mis inicios en el teatro fueron en Asturias. Estaba estudiando Psicología y me apunté a un curso de teatro con Etelvino Vázquez. Él me animó a matricularme en el Instituto del Teatro de Asturias (ITAE) y así lo hice. Inmediatamente pasé a formar parte de Teatro del Norte, liderado por Etelvino. He realizado casi todos los trabajos realizables en una compañía de teatro: ayudante de dirección, ayudante de producción, regidor, utilero, maquinista, chofer, etc. Pero cuando empezaba, siempre con la actuación, mi cometido era la escenografía y el atrezzo. Estoy muy interesado en las artes plásticas. De hecho, he seguido diseñando algunas escenografías para otras compañías profesionales.
¿Qué es el teatro para ti?…¿Por qué haces teatro?…
Para mí el teatro es una forma de vida y una necesidad. Prácticamente todo en mi vida gira alrededor del teatro: trabajo en teatro, mi principal ocio es el teatro, la mayor parte de mis amigos los he conocido haciendo teatro…sigo formándome en teatro y cuando paso tiempo sin hacer teatro me invade la tristeza. Es una pregunta que me han hecho varias veces a lo largo de mi carrera y mi respuesta suele ser bastante difusa, creo que va implícita en la respuesta anterior. Pero te diría que hago teatro para formar parte de un colectivo que trata de entender de una manera ética y estética los mecanismos humanos.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?…
Me siento un privilegiado por poder vivir de esta profesión. Llevo veinte años trabajando casi exclusivamente de ella y sé que eso no es lo habitual. Siempre he sido lo que se llama un «actor de compañía», eso no todos los actores lo llevan bien, porque en un montaje tienes un papel protagonista, en otro de reparto y en otro haces la ayudantía de dirección. Yo estuve siete años formando parte del Teatro del Norte y trece años en la compañía L´Om Imprebis que dirige Santiago Sánchez. Esto te da una estabilidad laboral pero tiene una contrapartida y es que tu nombre pasa a un segundo término. En los últimos dos años y tras haber formado parte del reparto de Transición, coproducción con el CDN y en diferentes montajes del Off, en lo que va de año he participado en cinco montajes.
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
Creo que el teatro no debe ser sólo entretenimiento, no es difícil sucumbir a esta función y más en estos tiempos difíciles Creo que el teatro debe ser un lugar para la reflexión y una experiencia poética compartida por un grupo de seres humanos.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…Háblanos de ellos…
Como decía antes este año ha sido muy fructífero en proyectos. Empecé el año en la sala Arte&Desmayo con 405 de Marilia Samper, dirigida por Juanma Gómez, un thriller psicológico y no falto de humor que protagonicé junto a Elia Muñoz, una partenaire de lujo. En Marzo retomamos El banquete, noche de borrachera filosófica ,que ya había sido estrenada en el Festival Fringe del año pasado; una adaptación de El Banquete de Platón hecha por María Velasco , Alberto Conejero , Sergio Martinez Vila , Ana G.Costa y Elena Lombao, con la dirección de Sonia Sebastián y acompañado por Miquel Insua , Natalie Pinot , Julio Rojas , Aarón Lobato , Hiuchi Chiu y María Ordoñez. Se reestrenó en el Ateneo de Madrid dentro del Festival Ateneo mucha vida en Marzo y continuamos en la sala Nave 73 en Abril y en junio en» La Pecera «del Círculo de Bellas Artes. Y también en Junio estrenamos Instantes en la Sala Tu, con textos de Paloma Pedrero , Nestor Villazón y Sandro Cordero , dirigida por Roberto Cerdá y acompañado por Mélida Molina , Ana Blanco Y Sergio Otegui . Formada por tres piezas breves con un denominador común encuentros que se tornan excepcionales y desembocan en la unión amorosa .
A principios de Julio participé en el festival Clásicos en Alcalá con Un cuento de invierno de W. Shakespeare , en versión y dirección de Carlos Martínez Abarca para Síosí teatro con uno de los personajes más complejos a los que me he enfrentado en mi carrera : Leontes , junto a Rocío Marín , Zaira Montes, Jimy Castro, Nuria López, David Lázaro, Oscar Ortiz de Zárate y Xoel Yañez . Participando también en los Festivales de Almagro , El Escorial ,etc. Y en Septiembre llegó Cliff / Acantilado sin duda el texto más bonito que me han ofrecido nunca, un reto y una oportunidad de enfrentarme en solitario a la descomposición de un mito. Ha ido muy bien por lo que seguimos programados en La Pensión de las Pulgas.
¿Cómo surgió tu participación en Cliff?…Háblanos de ella…
Cliff surge del empeño de Alberto Velasco de poner en pie la obra de Conejero, del encuentro de estos dos creadores, y del flechazo que tuvimos el resto del equipo con ella. Hace tres años, cuando la obra ganó el premio LAM ya pudimos comprobar su eficacia en la lectura dramatizada, dirigida por Elisa Marinas en la SGAE y que yo mismo protagonicé. Cuando conocimos La Pensión de las Pulgas nos dimos cuenta de que era el espacio ideal para albergar esta obra . Cliff /Acantilado , recurre al famoso actor Montgómery Clifft para hablar de las zonas oscuras , la cara B de las estrellas , lo que no suele salir en el papel couché , y lo hace desde la poesía del texto y la ausencia de interlocutores y con una puesta en escena que desde la sencillez y la utilización tanto de los objetos como del propio cuerpo del actor dibuja a un personaje a punto de romperse durante una hora y ocho minutos . En esta puesta en escena tiene mucho peso el trabajo de Velasco, que destaca como coreógrafo, bailarín y actor además de como director. Todo esto se apoya y complementa con el trabajo maravilloso de Mariano Marín en el espacio sonoro, quién compone parte de la música para nuestra pieza y las sugerentes imágenes que nos proporciona el videocreador Adriá Giralt.
¿Cuál es tu método de trabajo?¿Cómo creas tus personajes-propuestas?…
Lo cierto es que no tengo ningún método concreto, a lo largo de estos veinte años de profesión me he seguido formando ( casi con avidez ) con diferentes profesionales que me parecía podían aportar herramientas a la hora de interpretar y de todos ellos he ido tomando lo que me resultaba útil .
Es difícil explicar como se crea un personaje , creo el personaje va apareciendo capa a capa desde la primera lectura a la última representación , normalmente las claves te las va dando el texto y a medida que vas descubriendo los porqués de su comportamiento va surgiendo el personaje . En el caso de Cliff además del texto dramático existen biografías y una abundante filmografía .
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Creo que se están cargando una profesión que en las últimas décadas había logrado un estatus más o menos aceptable y se está convirtiendo en una actividad amateur . Las compañías consolidadas se ven obligadas a hacer montajes de pequeño formato con uno o dos actores y la falta de incentivos hace que muchos profesionales tengamos que embarcarnos en producciones sin producción moviéndonos de sala en sala y aceptando condiciones en ocasiones miserables . Es verdad que se están creando cosas interesantísimas , pero también hay mucho hacer por no parar , un poco a la desesperada .
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
En este último año he visto muchos trabajos interesantes y elegir sólo uno es difícil . Me gustó mucho Ahora empiezan las Vacaciones , una estupenda adaptación de El Pelícano de Stringberg hecha por Paco Becerra , con dirección de Luís Luque y cuatro actores fantásticos . Me atrapó . Una buena historia , una dirección impecable y unos actores fantásticos… ¿Qué más se puede pedir?.
¿Proyectos?
En enero empiezo a ensayar un montaje con el CDN , voy a formar parte del elenco de Salvator Rosa o el artista de Francisco Nieva que dirige Guillermo Heras .
Alberto Conejero: Cada texto teatral es una semilla de mil árboles distintos.
¿Cómo surge el proyecto de Cliff?…
El proyecto de Cliff / Acantilado surge gracias a la iniciativa y pasión desbordante de Alberto Velasco. El texto había sido estrenado en Buenos Aires un par de años antes y casi estaba resignado a que no ocurriese lo mismo en España. Pero Velasco lo leyó y perseveró para hacerlo posible. Finalmente me sumé a la dirección y pudimos contar con Carlos Lorenzo, el actor para el que había sido escrito. Imagino que en como casi todo lo excepcional, un cúmulo de anhelos y de voluntad por hacerlos posibles. Posteriormente se sumó Pablo Martínez a la ayudantía de dirección y técnica, otra pieza fundamental del montaje. Hemos contado además con colaboradores excepcionales como el músico Mariano Marín y el creador audiovisual Adrià Ghuiralt.
¿Hiciste algún tipo de búsqueda o documentación sobre el tema antes de empezar a escribir?…
El texto no es un biodrama sobre Montgomery Clift aunque esté irremediablemente ligado a su biografía. Leí todo lo que pude sobre Montgomery Clift, volví a ver toda su filmografía, e iba apuntando todo aquello que coincidía con la obra que empezaba a intuir, que se sumaba en ese otro Clift que yo necesitaba contar. De ahí que desde el título el texto busque señalar esta ficcionalización de la persona real. En este sentido, el texto es mucho más deudor de La gaviota de Chèjov que de la propia biografía de Clift. Hay un juego de muñecas rusas entre Treplev, Clift y mi personaje que, quizá, es la suma de ellos o la suma de ellos en mí…
¿Cómo ha sido el proceso de escritura del texto?¿Ha cambiado tu visión del texto a partir de la lectura hecha en la puesta en escena?…
Los dramaturgos sabemos que no escribimos teatros sino para el teatro. Hay en los textos una constante incitación a los imaginarios de los actores, del director, del escenógrafo, etc. Lo peculiar aquí es que además yo codirigía la función aunque la distancia con el momento de escritura (cinco años) me han permitido tener una distancia que considero imprescindible. La función no es un mero representar de mi texto sino una nueva reescritura de la que también son responsables Velasco , Lorenzo y el resto del equipo. He tenido que renunciar a partes del texto que sobre el papel funcionan poderosamente pero que en esta función estorbaban. Pero lo he hecho sin ningún sentimiento de renuncia.
¿Opinas como algunos autores que no hay que publicar un texto hasta verlo estrenado?…
No estoy seguro. Defiendo la necesidad de una literatura dramática que exista como tal, que se publique y se lea teatro, que se reivindique la palabra escrita que, en el caso de la teatral, espera además hacerse carne. La publicación permite además sobrevivir a la fugacidad del hecho escénico y poder dar ocasión a nuevas representaciones. Cada texto teatral es una semilla de mil árboles distintos. Es además un refugio para los dramaturgos. Nadie te proscribe cuando escribes. ¿Qué hubiera sido de Valle-Inclán siguiendo ese pensamiento? Pero efectivamente la escena es la mejor escuela para un dramaturgo. Es una catástrofe que en este país no haya verdaderos espacios de aprendizajes de escritura en escena, que se le facilite a los dramaturgos crecer en el escenario, sin la presión del resultado. Por lo tanto, aquellos que puedan permitirse estrenar antes de publicar que lo hagan… y mientras tanto, defendamos la literatura dramática.
¿Qué balances haces de tus últimos trabajos como autor?…
Los últimos textos que he escrito y publicado han sido La piedra oscura y Ushuaia. El primero se estrena en enero en el CDN con dirección de Pablo Messiez y el segundo espera aún su oportunidad… Estoy feliz de haber encontrado compañeros de viaje como Messiez o el propio Velasco en Cliff. Siento que mi escritura está creciendo gracias al privilegio que es llegar a las tablas y que realmente, aunque lleve quince años escribiendo teatro, estoy empezando.
¿Cómo ves la autoría teatral en estos momentos en nuestro país?…
Una generación espléndida que es capaz de generar maravillas en una tormenta perfecta. Es el resultado de la educación pública y de los esfuerzos por dignificar las enseñanzas artísticas. Pero me temo que ese fulgor sea devorado por la destrucción sistemática de los espacios de reflexión, por esta oscuridad sin nombre que nos gobierna. En una sensación extraña la de saberme rodeado de autores con inmenso talento y, a la vez, vivir en uno de los peores momentos para la cultura en este país.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro?
A esto me refería. La profesión se ha atrincherado en espacios pequeños para no dejar pudrirse ganas y talento pero la precarización es absoluta y no debemos ni podemos conformarnos. El IVA cultural es una medida profundamente antipatriota de los que dicen amar este país, una de las grandes vergüenzas que recordaremos de estos años…
¿Qué sentido ha de tener el teatro hoy?…
Un lugar de encuentro para la poesía y el pensamiento, para plantearnos quiénes somos como seres humanos y ciudadanos. Lo que siempre fue y será.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
He visto Infamia de María Velasco, una de las voces más importantes de la dramaturgia contemporánea. Un montaje artesanal que suple con talento a raudales una producción de resistencia.
¿Proyectos?.
El estreno de La piedra oscura en el CDN, una lectura dramatizada de Ushuaia en Nueva York y ojalá finalmente cuaje un proyecto que Luis Luque y yo llevamos tiempo soñando.
Adolfo Fernández nos habla sobre su trayectoria en la escena
¿Cómo fueron tus inicios en teatro?…
En Bilbao, trabajando a las ordenes de grandes maestros como Antonio Malonda o Luis Olmos, y en el teatro independiente con grupos como Tarima y Geroa.
¿Cómo surgió que pasases de la actuación a la dirección?…
Es un proceso natural cuando tienes una compañía propia y ves la posibilidad de controlar el proceso creativo al completo. También llega un momento en el que, por acumulación de experiencia, te sientes más o menos preparado.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria en teatro?…
Personalmente muy satisfactorio.
¿Qué diferencia hay entre el teatro que se hacía en tus principios al que se hace hoy en día?…
La diferencia la marcan los avances técnicos y sobre todo la aparición de los audiovisuales. Afortunadamente han mejorado las condiciones técnicas de los espacios teatrales ya que antes, las compañías tenían que llevar consigo el sonido, los focos, cableado y montar prácticamente un teatro donde antes podía haber un frontón.
¿Cómo surgen las ideas y los proyectos en los que te embarcas?…
Extrayendo de la realidad los temas más candentes y que más me preocupan. En ocasiones de una película (EN TIERRA DE NADIE de Danis Tanovic), otras de autores que nos envían sus textos (Antonio Álamo, David Desola…) o novelas que leemos y nos tocan (EN LA ORILLA de Rafael Chirbes).
¿Qué te anima a participar en ellos?…
Mi idea del compromiso social.
¿Cómo surgió Ejecución Hipotecaria?…
Un autor al que conocí hace años y no había vuelto a ver llamó un día a las puertas de nuestra oficina y nos presentó un proyecto ilusionante porque conectaba radicalmente con lo que era y es una preocupación ciudadana. Y, por tanto, interesante para nosotros. Al estar basado en un hecho real y tan bien reflejado en material dramático por el autor, nos animó a unir todas nuestras fuerzas para sacarlo adelante.
¿Ha sido importante tener unos colaboradores habituales en los equipos artísticos y técnicos?…
Prácticamente siempre trabajamos con el mismo músico, Mariano Marín y el mismo iluminador, Pedro Yagüe. Y también formamos el mismo equipo de producción. El hecho de conocernos, ese entendimiento inmediato no oral, facilita enormemente la creación.
Con los actores ocurre otro tanto… con Sonia Almarcha, por ejemplo, llevamos cuatro espectáculos seguidos. Con el resto del elenco de Ejecución Hipotecaria también venía de trabajar en proyectos anteriores.
¿Qué proyectos tienes entre manos?…
La adaptación teatral de la novela de Rafael Chirbes EN LA ORILLA.
¿Hay algún proyecto que nunca pudiste realizar y te gustaría?…
Son tantos…
¿Alguna sugerencia para seguir creando y haciendo teatro en tiempos de crisis?…
La crisis en el teatro es mejor ignorarla. Pero eso sí, sin dejar de exigir a las instituciones un compromiso de futuro real, y no ideológico.
MIGUEL DE MOLINA FRENTE AL ESPEJO
La Sala Berlanga de la SGAE, que no conocía y está francamente bien, presentó ayer lunes 20 de enero la lectura dramatizada de la obra escrita e interpretada por Ángel Ruiz, acompañado al piano por Mariano Marín y bajo la dirección de Juan Carlos Rubio, ” Miguel de Molina frente al espejo”. La memoria de tantos españoles que se vieron obligados al exilio se recuperaba desde la historia de uno de sus artistas más castigados y olvidado por el régimen franquista, Miguel de Molina en una aparente rueda de prensa nos hace un recorrido por su vida desde que nació en 1908 hasta su muerte en Buenos Aires, su patria de acogida, tras muchas amargas peripecias. Un hombre moderno, hoy en día seguiría siéndolo, visto el derrotero conservador que guía a la sociedad del siglo XXI, que desde su humilde origen nota como el arte le sale por los cuatro costados y se ve empujado a dejar a su familia para terminar donde siempre soñó, un escenario donde vaciar sus anhelos y sus pasiones con sus cantes y sus bailes. Amigo, conocido o compañero de Lorca, Rafael de León, la Piquer, la mismísima Evita y toda la tragedia de su vida personal envuelta en la alegría de su persona y su capacidad para entretener al mundo. Su experiencia republicana y la guerra, maldita, que casi le mata y el exilio de esta España, a veces madrastra, a la que querer tanto no cuesta nada y su Málaga natal a la que siempre extrañó hasta su muerte. Mientras esto se cuenta Ángel Ruiz nos canta y nos baila y nos hace reír y llorar y nos conmueve con la luz que sólo los grandes artistas saben proyectar. Espero que el montaje se haga realidad pronto y que triunfe por los escenarios donde se presente. El público respondió enloquecido y agradecido por un rato bien hermoso.
Ángel Savín
La Sala Berlanga acoge la lectura dramatizada musical ‘Miguel de Molina frente al espejo’
Escrita e interpretada por Ángel Ruiz, acompañado por Mariano Marín al piano y dirigida por Juan Carlos Rubio
La Sala Berlanga acogerá el próximo lunes, 20 de enero, a las 20 horas (entrada libre hasta completar aforo), la lectura dramatizada musical Miguel de Molina frente al espejo, escrita e interpretada por Ángel Ruiz, acompañado por Mariano Marín al piano, dirigida por Juan Carlos Rubio, y organizada por la Fundación SGAE.
Miguel de Molina frente al espejo surgió después de que Ángel Ruiz ya interpretase al artista en La copla quebrada, de Borja Ortiz, en 2008. “A partir de ahí me fascinó el personaje y comencé a investigar sobre él. La obra es fruto de un trabajo de los últimos tres años”, explica el autor.
El texto, que se plantea como una forma de hacer justicia a la trayectoria vital y artística de Miguel de Molina, recupera la figura del artista desde el presente para ajustar cuentas con el pasado. “El objetivo es dar a conocer la historia de una persona que fue un adelantado a su tiempo. Un provocador y un hombre moderno en la España de los años 30 tanto por su forma de vivir, como de hacer copla y de bailar”, expone Ángel Ruiz.
Concebido como un monólogo en el que Miguel de Molina se enfrenta asimismo, la obra supone un recorrido emocional por la trayectoria del artista. “De él sabemos que se tuvo que ir de España, pero no su historia. Lo que más le dolió en su exilio es que fuera un desconocido en su propio país. Era una persona que en los últimos años de su vida se encontraba muy solo”, añade el autor.
Bajo esta perspectiva, en Miguel de Molina frente al espejo, las canciones, una selección de temas de autores clásicos de la copla como Quintero León y Quiroga, Mostazo, Perelló o Valverde, sirven de apoyo al desarrollo de la obra. La lectura dramatizada musical es el primer paso para un montaje que tendrá lugar a lo largo de este 2014.
Sinopsis:
De Miguel de Molina se puede decir que todos han oído sus canciones, pero que muy pocos conocen la personalidad arrolladora y la verdadera historia de un hombre que trasformó la copla y transgredió el género patrio en la escena. En este espectáculo, un dialogo abierto con el público, Miguel se enfrenta a su pasado, pero desde nuestro presente, trazando un puente en el que poder encontrar conexiones entre su vida, su mundo y nuestro entorno más cercano. La conmovedora historia de uno de los más singulares artistas de nuestro país y su lucha por ser eterno y no caer en el olvido. Un texto escrito e interpretado por Ángel Ruíz, como Miguel de Molina, Mariano Marín al piano, y dirigido por Juan Carlos Rubio. Un puñado de canciones y de emociones que nos conectarán con un mito inolvidable: Miguel de Molina.
Más información en:
http://www.fundacionsgae.org
Copyright de la fotografía: David Ruano.
Transición en el Centro Dramático Nacional
“Transición”, es una coproducción de Teatro del Temple, L’Om Imprebís, Teatro Meridional y el Centro Dramático Nacional, escrita por Alfonso Plou y Julio Salvatierra y dirigida por Carlos Martín y Santiago Sánchez, en un espacio sencillo, realizado por Dino Sánchez, se nos hace desfilar por momentos esenciales de la transición política española, yo era adolescente en esa época y reconozco todos ellos. Una historia que se estructura con un esqueleto musical, las canciones más de moda de esa época sirven de pegamento para la historia, Mariano Marín es el responsable y todos los actores cantan juntos y por separado, parece que está de moda, nos envuelven en algo casi tierno, Antonio Valero que encabeza el reparto hace un ejercicio estupendo de interpretación bien arropado por sus compañeros, tengo la impresión de que el magnífico Álvaro Lavín está un poquito desaprovechado, la historia desde el punto de vista de un Adolfo Martínez o Suarez desde su Alzheimer muestra la memoria de esa época. Entretenida, intenta aproximar ese tiempo al actual en tanto causa y efecto del presente político que vivimos, del consenso a la división, de la pérdida de valores a la demagogia individualista, pero no sé si quizá por reciente, o vivido para mucha parte del posible público, puede quedarse en algo que ya sabemos y no nos dice nada nuevo, bueno el caso es que habrá que verla y que cada uno opine lo que quiera, que para eso está el teatro.
Ángel Savín
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