El Teatro Españolha presentado el pasado viernes la nueva temporada con la presencia de Manuela Carmena. Una programación que será la primera temporada completa con Carme Portaceli al frente del espacio escénico municipal. Este nuevo periodo cierra
los anteriores cinco meses de gestión con un balance muy positivo, en el que los índices de ocupación del teatro son más del doble que los registrados en el mismo periodo de la temporada anterior. En concreto, la primera temporada dirigida por Carme Portaceli suma casi 36.000 espectadores que han pasado por taquilla, es decir que han asistido a los montajes sin invitación. En el mismo periodo de la temporada anterior el número de asistentes fue de casi 17.000 personas.
‘El otro’ se convierte en el eje de la nueva temporada del Teatro Español y engloba iniciativas en torno a la identidad, la empatía y la solidaridad.
Las dos salas de El Español acogerán 34 espectáculos, entre los que se encuentran tres producciones propias y otras tantas coproducciones.
La nueva programación apuesta por el teatro internacional más desconocido, continúa con mayor visibilidad para la danza, refuerza las líneas de público infantil y adolescente
Además mantiene ciclos como 3D, el ZIP de nuevos lenguajes escénicos o el torneo de dramaturgia.
Producciones y coproducciones
Uno de los proyectos más ambiciosos de la temporada será conducido por Blanca Portillo y consiste en la versión para el teatro del icónico filme de Luis Buñuel ‘El ángel exterminador’, una de las obras cumbre del cineasta. Producida por el Teatro Español, estará en la Sala Principal del 18 de enero al 25 de febrero de 2018.
Las otras dos producciones propias de esta temporada son piezas que forman parte del denominado proyecto 3D de dramaturgia española. Con este proyecto se invita a levantar tres obras de otros tantos autores y autoras españoles vivos, con tres directores y directoras, iniciativa destinada a ayudar a vertebrar la profesión de Madrid y a potenciar la autoría nacional.
Este año, integrarán este ciclo las piezas ‘Un tercer lugar’, escrita y dirigida por la uruguaya afincada en Madrid Denise Despeyroux (del 16 de noviembre al 17 de diciembre de 2017), que será producida por el Español; ‘El lugar donde rezan las putas o que lo dicho sea’, con texto y dirección de José Sanchis-Sinisterra (del 15 de marzo al 15 de abril de 2018) y producción del Español; y ‘Olvidémonos de ser turistas’, un texto de Josep Maria Miró que dirigirá Gabriela Izcovich, coproducido por el Teatro Español y la Sala Beckett de Barcelona. Las dos primeras piezas tendrán su estreno absoluto en Madrid, mientras que la última lo hará en la Beckett antes de llegar al Español del 10 de mayo al 10 de junio.
Las otras dos coproducciones de la temporada serán: del 10 de noviembre al 17 de diciembre de este año, una potente versión del clásico de Eurípides ‘Troyanas’, que firma Alberto Conejero y dirige Carme Portaceli. El montaje, con un elenco de mujeres encabezado por Aitana Sánchez-Gijón, es una coproducción de Rovima Producciones Teatrales, Festival de Teatro Clásico de Mérida y Teatro Español.
También en la Sala Principal, del 9 de marzo al 8 de abril de 2018, podremos ver el estreno de una coproducción de El Español con el Teatre Lliure y Octubre Producciones: ‘Cronología de las bestias’, una pieza escrita y dirigida por el argentino Lautaro Perotti. En su reparto destaca Carmen Machi, que pisará por primera vez las tablas de El Español en este montaje.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…
Empecé como aficionado en Santa Brígida mi pueblo, ubicado en Gran Canaria. Allí formé parte de la compañía La otra esquina; Dios, de Woody Allen. Los 80 son nuestros de Ana Diosdado o Aquí no paga nadie de Darío Fo fueron algunos de los títulos que representamos.
Pasé tres años en la universidad dando tumbos (uno estudiando geografía e historia y otros dos filología hispánica). En ese tiempo estuve formándome como actor en diversos cursos que organizaba el Servicio Insular de Cultura, el Aula de teatro de la Universidad o La Casa de Cultura de Schamman.
En 1994 me estrené como actor profesional encarnando uno de los guardias de La Verbena de la Paloma dirigido por Jesús Castejón, Historia de un soldado dirigido por Quino Falero y en colaboración con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria e incluso el protagonista de Las preciosas ridículas de Moliere dirigido por Jorge Reyes para el Festival Internacional de otoño de Las Palmas vinieron después. Juan Ramón Pérez de la compañía los Profetas del mueble bar me animó a venir a la península para continuar mi formación, en concreto a Barcelona, aunque por aquello del catalán escogí Madrid. Finalmente me titulé en el 2000 en Interpretación textual por la R.E.S.A.D. y desde entonces resido y trabajo en Madrid.
¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
Compositor de bandas sonoras para televisión.
Como miembro del grupo de música a Capella Vocal Factory compuse e interpreté la banda sonora de Aquí no hay quien viva y en solitario las dos últimas temporadas de esta serie más las seis primeras de La que se avecina bajo la firma de Big Bang Boka. Presenté un concurso para televisión Canaria llamado Locos de la cabeza en el que también firmaba la música y cantaba con los artistas invitados.
Realizé locuciones para empresas nada mas llegar a Madrid y por tonterías de la edad no aproveché el tirón.
Por supuesto también trabajé de camarero nada más terminar mis estudios en la R.E.S.A.D. hasta que Ernesto Caballero me ofreció el papel de Azolán en Las amistades peligrosas.
En mi juventud fuí jardinero, primero como acompañante de mi padre que también era operador del cine del pueblo ( Mi infancia fue un poco Cinema Paradiso) y luego como extra en verano para mis gastos. De esa etapa conservo unas manos de labrador encallecidas por las azadas, la tierra, la lluvia y el calor. De hecho me veo a mi mismo como un hombre de campo.
¿Qué es el teatro para ti?…
Mi profesión, mi manera de ganarme la vida. Aquello para lo que me he formado. El trabajo con el que mantengo a mi familia y pago mis impuestos. Mi vocación y uno de los motores más importantes de mi vida.
¿Por qué haces teatro?…
Porque se me da bien y porque me gusta.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?…
He logrado más de lo que esperaba en algunas cosas y mucho menos de lo pensé en otras. Estoy contento con lo que he logrado pero en absoluto conforme. Tengo muchísimo más que ofrecerme a mí mismo y a los demás.
¿En qué ha cambiado el teatro de tus inicios a hoy?…
Antes los espectáculos tenían más vida. Sobre todo en gira. Tal vez ahora haya más medios donde hacerse ver y eso es de agradecer. Siempre ha existido el off pero antes se tendía a lo macro. Grandes salas, grandes producciones, grandes giras. Ahora todo es micro. Se busca la intimidad, la exclusividad. Las giras son más cortas. Es un momento interesante en el que compiten modelos distintos. Mientras se respeten los convenios laborales todo me parece estupendo.
Hay que intentar generar y sobre todo mantener modelos sólidos y que se entienda de una vez que siendo fuertes generamos riqueza.
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
Soy un gran defensor del entretenimiento, del “pasarlo bien”. Uno va al teatro para descubrir algo nuevo, o para evadirse, desconectar del día a día y entrar en otra realidad. El espectador desea sorprenderse y en el fondo está deseando ser cómplice de lo que le proponemos. Ahora bien, cuanto más y mejor trabajado está un espectáculo más se abandona y disfruta un espectador.
¿En qué proyectos has participado durante el último año? Háblanos de ellos…
Arranqué la temporada con la gira de Montenegro, Las Comedias Bárbaras bajo la dirección de Ernesto Caballero para el Centro Dramático Nacional donde disfruté de primera mano al Premio Nacional de Teatro Ramón Barea. Todo un ejemplo de saber estar, saber hacer y saber liderar.
Luego vino Rinoceronte de Ionesco de nuevo bajo la batuta de Ernesto y el C.D.N. Representaba el papel de El Lógico. Una parodia de los ideólogos que generan las corrientes de pensamiento. Hacía pareja con el gran Juan Antonio Quintana con quien coincidí en Esperando a Godot. Realmente hicimos un grupo humano formidable. La compañía era sobresaliente (Pepe Viyuela, Fernando Cayo, Fernanda Orazzi…). Con Ernesto Caballero trabajo muy a gusto porque me da mucha libertad. Terminé rapeando un monólogo por petición suya lo que terminó siendo un regalo inesperado.
Participé en un ciclo de radioteatro en la Ser de la obra Sí, pero no lo soy de Alfredo Sanzol, dirigido por Lucía Quintana y Sánchez Cabezudo. Y he picoteado algo de televisión. Como actor un abogado sin escrúpulos en Vis a Vis, un reportero comprometido en Sin identidad y un presentador superado por las circunstancias en Anclados.
Como músico e interprete se me puede escuchar en la cabecera de la serie Aquí Paz y después Gloria. Proyecto que no firmo pero en el que participé activamente todo el verano. Finalmente desembarqué en el Teatro de la Ciudad.
¿Cómo surgió tu participación en Edipo…?
Hace quince años Alfredo montó como trabajo de fin de curso Como los griegos de Berkoff (texto inspirado en Edipo Rey). Alfredo quiso montar este Edipo con el mismo reparto. Un fin de ciclo y un inicio de otro.
Háblanos de este trabajo…
Edipo Rey habla sobre el destino, sobre lo inevitable del mismo y sobre cómo la naturaleza de cada uno nos lleva a un lugar que no podemos evitar.
Este mes se cumplió un año desde que hicimos nuestro primer taller (tuvimos tres) antes de comenzar los ensayos oficiales. Eso nos permitió tanto a los actores como al director ahondar en el estilo y en el sentido del texto.
El resultado es una representación de una hora de duración sin transiciones que produce un efecto hipnótico en el espectador ya que no te permite abandonar la atención en ningún momento. Con sólo cinco actores (Juanan Lumbreras, Eva Trancón, Elena González, Natalia Hernández y servidor) y respetando el texto original (versión de Alfredo Sanzol) se cuenta y representa al público esta historia mítica sin artificios de ningún tipo. Una mesa, cinco sillas y el escenario son nuestros elementos de trabajo. El texto queda así desnudo al servicio del público. Ha sido un reto para todo el equipo.
¿Cómo creas tus personajes?…
Cada uno es diferente. Te voy a decir cómo he creado a Creonte. Alfredo se preguntaba qué entendíamos hoy en día por personaje trágico, así que en el proceso de creación de los personajes partimos de referentes reales. Buscamos en nuestro pasado situaciones de personas cercanas que nos resultaran trágicas o que no hubiesen quedado resueltas en el pasado, improvisamos con esas situaciones y luego hicimos una segunda ronda de improvisaciones en la que defendíamos la dignidad de esas personas o de los actos que en un principio no comprendíamos. De esa defensa surgió la dignidad a partir de la cual uno justifica su manera de actuar ante el mundo. Esa dignidad fue el primer motor que tuvo cada uno de nosotros para enfrentarse a los personajes. Nuestro vestuario por ejemplo esta basado en fotos de las personas que habíamos escogido. Yo en mi caso trabajé con la figura de mi padre ( ya fallecido ). Él me acompaña cada noche cuando interpreto a Creonte y también le invito a sentarse a la mesa. Como buen jardinero llevo un ramo de flores en la mano como lo podía haber llevado él mismo.
¿Tienes un método?…
Lo primero que hago es aprenderme el texto en su totalidad para no tener que pensar en él durante el ensayo. No soporto como espectador no entender a un actor así que me esmero en desgranar lo mejor posible el texto y cada palabra. Por lo demás trato de escuchar al director e intentar comprender qué es lo que quiere y a partir de ahí me dejo llevar por mi instinto o por la técnica adquirida en los procesos anteriores.
Dentro de mis métodos sobre todo en función sigo una pauta:
-Me gusta escribir todo mi texto como si fuese un monólogo y me lo aprendo de carrerilla. Lo recito completo antes de hacer la función una, dos o tres veces depende del tiempo que tenga. Esto me sirve para que la boca «no piense» lo que va a decir y me sirve para “resetear» la línea de acción del personaje desde su aparición hasta su última salida.
-Me gusta recitarlo en la sala para afinarme con ella porque entiendo que soy un instrumento pero mi caja de resonancia es el teatro en el que voy a actuar esa noche.
-Hago unos masajes para relajar mis cuerdas vocales y al ataque.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Los recortes en nuestro sector han sido un atentado injustificado y absurdo al tejido laboral que teníamos creado. El consumidor no debe pagar un 21% de IVA por la entrada de los espectáculos que además no le desgrava lo más mínimo. Es un atraco a mano armada y obliga al sector a la precariedad constante. Está más que demostrado que el gobierno recauda menos con la subida de este impuesto y con ello han borrado el tejido laboral que teníamos construido. Con respecto a la media europea es desorbitadamente alto y sinceramente lo interpreto incluso como un impedimento para que el ciudadano tenga acceso al ocio y la cultura. Sólo la cultura aporta el 4% del P.I.B. y podría aportar mucho más si se apoyase al sector porque tiene capacidad de crecimiento y es una fuente de riqueza para todos.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado? ¿Por qué?…
Por motivos obvios Medea y Antígona.
De Medea por supuesto me cautivó su protagonista ( Grande la Medea de Aitana ) y la fuerza plástica e indómita que caracteriza el teatro de Andrés Lima.
De Antígona me sorprende una vez más el talento innato de Miguel para acceder al gran público con un espectáculo total. El Creonte de Carmen Machi fue una inspiración para mi, una experiencia liberadora.
¿Proyectos?…
Los que vengan.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
Seguir creando. Los creadores generan riqueza porque sus mentes esconden tesoros.
¿Cómo surgió Meridional?…
En el verano de 1991, Julio Salvatierra y yo, que estábamos estudiando en la RESAD, nos fuimos a Reggio Emilia a aprender Commedia dell’Arte con Antonio Fava. Allí coincidimos con actores de medio mundo y, al finalizar el curso decidimos con Miguel Seabra (portugués) y Stéfano Filippi (italiano) juntarnos al verano siguiente para iniciar un proceso de trabajo basado en las técnicas que habíamos aprendido. Así surgió nuestro primer espectáculo “Ki fatxiamu noi kui” que significó el pistoletazo de salida para nuestro Teatro Meridional y con el que tuvimos la fortuna de girar por medio mundo.
¿Cuáles son las premisas para seleccionar los proyectos de la Compañía?…
No hay una forma establecida de iniciar un proyecto. Cada uno de los montajes ha tenido un inicio particular. Alguno de nosotros tres (Julio Salvatierra, Marina Seresesky o yo) comparte con los otros una inquietud, una idea que le emociona y cuando la rueda empieza a girar ya no hay quien la pare.
¿Qué balance haces de estos años de existencia de la Compañía?…
Los que me conocen saben de mi naturaleza optimista pero es que ni en el mejor de mis sueños me hubiera imaginado así, trabajando en lo que me apasiona y con una estructura donde poder hacer realidad tantos y tan diferentes proyectos. Me siento enormemente afortunado y no lo oculto. Ahora, trabajo día y noche, te lo puedo asegurar.
¿Qué evolución ha hecho la Compañía a lo largo de las diferentes producciones realizadas?…
Creo que la evolución de Meridional ha ido pareja a nuestro crecimiento como personas. Siempre hemos entendido que la estructura que habíamos creado tenía que estar a nuestro servicio y nunca a la inversa. Eso nos ha dado una enorme libertad a la hora de afrontar nuevos proyectos. Empezamos montando espectáculos gestuales, onomatopéyicos casi, saltamos al teatro de texto, luego comenzamos a producir adaptaciones de autores clásicos, llevamos a escena nuestros propios textos (Julio Salvatierra), iniciamos una rudimentaria experimentación con la imagen en el teatro y hace 6 años, gracias al empuje creativo de Marina Seresesky, empezamos a producir cine. Ojalá que como personas hayamos sabido aprovechar todo lo que estas producciones nos han legado.
¿Es importante tener unos colaboradores habituales en el equipo artístico y técnico?…
Siempre digo que es fundamental rodearte de creadores con tanto talento que te hagan aparecer ante los demás mejor de lo que realmente eres. Sinceramente, me veo así. No solo tengo los mejores compañeros de viaje en Marina Seresesky y Julio Salvatierra, a los que admiro y con quien continuo disfrutando como el primer día, es que durante estos años, han ido acercándose a Meridional una serie de artistas con mucho talento sin los cuales todo este tiempo hubiera sido no solo diferente sino mucho más aburrido. Gente como Luis Perdiguero, Mariano Marín, Tomás Charte, nuestros compañeros Chani Martín, Elvira Cuadrupani, Eugenio Villota, Iván Villanueva, etc, etc
¿Cómo ha influido tener un autor que colabora en los proyectos desde su origen?…
Influye enormemente en todas las etapas de la creación de un nuevo montaje. La dramaturgia y la puesta en escena siempre las hemos entendido como algo de lo que se puede y se debe debatir para mejorarlo. Empezamos con un texto que se va transformando durante los ensayos gracias a las aportaciones y sugerencias del director y de los actores. El trabajo del dramaturgo también consiste en terminar de dar forma a esa transformación y en ayudar a encontrar una manera propia de contar historias.
¿Os ayuda tener un espacio estable de trabajo para realizar los procesos de creación?…
Sin duda alguna. Para nosotros no hay nada mejor para trabajar que la tranquilidad. Y tener nuestro local de ensayos nos ayuda a crear las condiciones necesarias para iniciar cada proceso. Hace años un buen amigo nos aconsejó que buscáramos un lugar donde poder encontrarnos cada vez. Tuvimos suerte en seguir su consejo.
¿Se trabaja así con menos presión?…
Imagina no tener a nadie que te diga cuando terminar un ensayo o cuando empezarlo. Ese lugar te permite poder acompañar las aportaciones de los actores sin presiones innecesarias. Además de acoger los procesos de trabajo de otras compañías, amigos…
¿Cómo es el trabajo con el equipo artístico durante los procesos?…
Como director, el tiempo me ha ido enseñando que lo más inteligente es abrir bien las orejas para poder escuchar con claridad lo que los demás piensan y así, mejorar tu trabajo. Y es lo que hago, intentar dar a cada uno su espacio para que se sienta confortable y aporte. Desde luego no siempre lo consigo, claro está. En teatro no existe la fórmula exacta que te permite ser cómplice de todo el mundo.
Cuando hay que tomar una decisión definitiva, esa me corresponde a mi, aún a riesgo de meter la pata hasta el fondo.
¿Se pueden realizar propuestas combativas y alternativas en estos tiempos de crisis?…
Creo que debemos llevar a cabo proyectos que nos ilusionen, que nos sean necesarios, que nos permitan opinar, proponer, independientemente de la situación en la que nos encontremos. Siempre, pero sobre todo en estos momentos de tantas dificultades para toda la sociedad, las gentes que trabajamos en el sector cultural tenemos la “obligación” de utilizar todos nuestros recursos artísticos para intentar mejorar la sociedad en la que vivimos.
¿Cuál ha sido el recorrido del montaje que presentáis en Cuarta Pared?…
“Qfwfq. Una historia del universo” se estrenó, en su primera versión, el año 1999. Ese montaje recorrió toda la geografía española e hizo numerosas giras por Latinoamérica.
Ahora, con este “Qfwfq” revisitado, desde su estreno a final de enero en el Teatro El Castillo de Villafranca del Bierzo, hemos girado ya por la Comunidad de Madrid, Canarias, País Vasco, Valencia y hemos hecho una pequeña temporada en Barcelona.
Para presentar el espectáculo en Madrid siempre pensamos que la Cuarta Pared era el espacio natural para esta función por la complicidad y amistad que tenemos desde hace años con todo el equipo de la sala y porque, como ellos disfrutan tanto con su trabajo, te hacen sentir en casa. Y no hay nada mejor que hacer teatro en casa, rodeado de amigos y “familia”.
¿Tenéis otros espectáculos en repertorio?…
Meridional nación como una compañía de repertorio, viajera. Seguimos representando los espectáculos que continúan emocionándonos. Es verdad que las obligaciones profesionales de cada uno de nosotros son cada vez mayores pero intentamos mantener vivos nuestros trabajos más representativos (“Miguel Hernández” “Calisto. Historia de un personaje” “Negra!”)
¿En gira?…
“Romeo. Versión montesca de la tragedia de Verona” continua su gira por España y en septiembre viaja al Festival Internacional de Teatro de Nuevo León que se celebra en Monterrey, México. Continuamos también representando “Miguel Hernández” y “Qfwfq” viajará pronto por Galicia, Aragón, vamos a Málaga, y de nuevo al País Vasco. Esperamos mantenerlo vivo mucho tiempo.
¿Cómo surgen los trabajos audiovisuales realizados por el equipo de Meridional?…
Desde hace tiempo nos interesa la idea de jugar con las imágenes en nuestros montajes teatrales. Empezamos incluyendo fotografías en “Miguel Hernández”, imágenes en movimiento en “Como ser Leonardo”, películas propias en “La verdadera historia de los hermanos Marx” y cuando hace unos años Marina Seresesky empieza a presentarnos sus guiones de cortometrajes nos entusiasmamos al instante y decidimos producirlos. Sus trabajos han ido teniendo cada vez más proyección hasta el punto de haber sido nominados a los Premios Goya con “La boda”, nuestro último corto. Lo natural era continuar produciendo y en esas estamos. En un futuro próximo rodaremos nuestro primer largometraje de ficción, escrito y dirigido por Marina, titulado “La puerta abierta” y que protagonizarán Carmen Machi, Amparo Baró y Asier Etxeandía.
¿Están conectados con la teatralidad de la Compañía?…
Nuestras producciones teatrales descansan fundamentalmente en el trabajo de los actores. Todos somos actores, sobre todas las cosas. Trabajamos con un dramaturgo que no solo escribe para nosotros sino que, mientras lo hace, ya sabe qué actor va a interpretar cada uno de sus personajes. Y creo que el trabajo que Marina desarrolla en nuestros proyectos audiovisuales tiene una de sus características principales (aunque no es la única) en la relación que desarrolla con los actores a los que dirige.
¿Qué proyectos tenéis entre manos?…De Meridional o con otras compañías…
En cine, además de “La puerta abierta”, ya casi en fase de preproducción, estamos desarrollando otros tres proyectos de largometraje y una coproducción de un guión ajeno. En breve soñamos con grabar el piloto de un serie para televisión también escrita por Marina.
En teatro estrenaremos una nueva producción en el segundo trimestre del 2015. Un texto original de Julio Salvatierra que seguramente coproduciremos en varias autonomías. También trabajamos en una adaptación del “Rey Lear” que, desde hace un tiempo, queremos producir.
Pondremos todo nuestro empeño en sacar adelante estos proyectos y si no lo conseguimos seguro que sacaremos algo grande del tiempo que les estamos dedicando. Voluntad no va a faltar.
¿Cómo están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
No hay más que ver todas las compañías que se van quedando en el camino. Estructuras de producción artística que además eran una fuente constante de creación de empleo en un sector tan precario como es el nuestro. Por no hablar de todas aquellas que ni siquiera han tenido la oportunidad de nacer.
Con la situación actual es de locos hacer temporadas en ciudades que no sean aquellas de donde son las compañías. El margen de beneficio, si lo había, desapareció con la brutal e insensata subida del IVA. No me explico como los responsables de estas decisiones que se han demostrado erróneas no rectifican inmediatamente para intentar subsanar las enormes consecuencias negativas. Y si en teatro estamos sufriendo, en el cine la situación es catastrófica con las pocas productoras que se atreven a rodar produciendo sus películas en el extranjero donde se sienten mucho más cuidadas y protegidas.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
“Misántropo” de Kamikaze Producciones. Me dejó sin palabras.
Nacemos con las manos manchadas de sangre y por más que tratamos de limpiarlas, no lo conseguimos. Hay algo en el ser humano que le inhibe de la evolución y le vuelve a la animalidad, seguramente es lo mágico, el poder y el sexo. Y todo esto está expuesto en Mácbez, en esa ceremonia de laboratorio donde el sexo y la sangre se dan la mano en un coito sin fin. Por el espacio frio y opresor que ha imaginado Beatriz San Juan, inquietantemente iluminado por Valentín Álvarez, deambulan seres que parecen recortables y clones del tópico de lo que entendemos por un mediocre que ambiciona salir de sus miserias personales a costa del sufrimiento de los otros. Ese coro de seres degenerados que visten pulcros trajes es dirigido por los dos protagonistas de la obra, Mácbez y Señora; son los únicos que no cambian de máscara, todo el tiempo están cambiando de piel pero siguen siendo los mismos perros con distintos collares. La versión de la obra de Shakespeare es libre y así ha de ser si así se nombra en el programa de mano, por tanto, no hay engaños para el espectador. Se agradece que las situaciones y personajes de la obra original se crucen con seres de nuestra actualidad más rabiosa, creo que es un gran acierto. Pero el montaje está lleno de riesgo, en ningún caso gratuito, siempre expuesto con aplomo. Y hay un equipo de actores…Chema Adeva, Jesús Barranco, Laura Galán, Javier Gutiérre4z, Carmen Machi, Rebeca Montero y Rulo Pardo que se multiplican en todo lo que precisa cada momento, olvidando que la belleza es el motor del mundo, aquí, todo es horriblemente hermoso, como es la realidad, como somos en nuestro interior.
Adolfo Simón
El próximo lunes 14 de abril en Casa del Libro Fuencarral podréis disfrutar con la lectura dramatizada y firma de ejemplares de «JUICIO A UNA ZORRA» de Miguel del Arco. A las 19.00 h. (C/ Fuencarral 119, Madrid).
La interpretación correrá a cargo de Carmen Machi.
Sigue su andadura con paso firme el ciclo de lecturas de clásicos, titulado: Cómicos de la Lengua. Rica experiencia creada por José Luis Gómez para celebrar el Tercer Centenario de la Real Academia Española. En esta ocasión, el Teatro Español de Madrid se ha vestido de gala para recibir a La Celestina o Tragicomedia de Calixto y Melibea de Fernando de Rojas. La lectura de pasajes de la obra leídos con dicción perfecta y excelente actuación por parte de Carmen Machi, Beatríz Argüello e Israel Elejalde ha hecho las delicias de los asistentes. En dos ocasiones, el Académico José Antonio Pascual ha comentado los orígenes y peculiaridad de esta obra que, aunque fue ideada para ser leída, se ha llevado a la escena y la pantalla en múltiples ocasiones.
Adolfo Simón
El genio de Lope de Vega nos legó una de las más hermosas tragedias de nuestro siglo de oro y ahora Lluis Pascual lleva a escena la versión de Francisco Rico dirigiendo a la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico-La Kompanya con la que nos presenta “El Caballero de Olmedo” de forma magistral, una puesta en escena sugerente y atractiva, con una escenografía de Paco Azorín sencilla y aparentemente simple; sillas que van conformando las distintas zonas de la escena, augurando un triste velatorio y una pantalla que muestra el devenir de los días. Los versos deliciosos se desgranan en la voz de tantos personajes; qué placer oír el verso como debe ser, como se llenan el cuerpo y el alma con su cadencia y su armonía, como todo se entiende y todo parece natural. Un elenco encabezado por la siempre brillante Carmen Machi, que está como en su casa y unos actores jóvenes que, si bien deben seguir creciendo por poner un pero, se ganan al público por su entrega y bien hacer, destacar a Pol López, ágil y simpático donde los haya, Javier Beltrán, un apasionado don Alonso, Laura Aubert, hermosa y enamorada y unos músicos Pepe Motos y Antonio Sánchez que enmarcan perfectamente con su música la propia música del texto de Lope, Una representación magnífica, con risas y emociones que me llenaron los ojos de lágrimas. El público abarrotando la sala aplaudió a rabiar y el cartel de no hay localidades para el resto de funciones… y en el oído el quejío de una voz que canta la gala de medina, la flor de Olmedo.
Ángel Savín
Tras el éxito cosechado la anterior temporada en La Abadía, en la que muchas personas se quedaron sin verla podremos volver a disfrutar de esta obra que ha creado y dirigido Miguel del Arco hasta el 5 de Mayo. Una monólogo que acumula 3 nominaciones a los premios Max que se entregarán el 13 de mayo.
Carmen Machi se mete en la piel de Helena de Troya, la primera, considerada, gran puta de la historia y sobre la que se han escrito ríos de tinta. ¿Cómo puede ser la bella Helena a una edad ya madura, en la que ha ya vivido toda clase de tropelías y que ahora las ahoga en alcohol? ¿Qué le reprocha a la vida? ¿Ha sido un error amar a Paris?
Machi encarna perfectamente a esa Helena madura, destrozada, humillada, apasionada, tierna en ocasiones y retorcida de dolor en otras. Una mujer que el único error que cometió fue el de amar y que por eso, «ha sido la mujer más vilipendiada de la historia». No sabemos si Machi se ha metido en el papel o el papel se ha hecho a medida para ella pero está sencillamente espectacular y no nos extraña esa nominación a mejor actriz.
Le acompaña una escenografía y vestuario a la medida de sus posibilidades y que hacen de este monólogo algo casi perfecto.
¿Quién teme a Virginia Woolf? de Edward Albee. Dirección: Daniel Veronese. Teatro de La Latina
Este texto es de una carpintería teatral perfecta, nada está de sobra, todas las piezas van encajando para hacer que la acción dramática crezca hasta el desolador final. También es un ejercicio perfecto para un buen director de escena y sobre todo de actores…En realidad da igual el aparato escénico que se articule, lo importante es tener cuatro intérpretes dispuestos a dejarse la piel en escena, en dos planos diferentes pero perfectamente conectados. Sin los dos personajes secundarios, el combate a fondo de la pareja protagonista no se podría realizar, son las cuerdas contra las que rebotan en ese ring personal imaginario, en ese juego cruel en el que están acostumbrados a vivir y sufrir día a día. Aquí el reparto es perfecto, Mireia Aixalà e Iván Benet son ese coro perplejo que sobrevuela alrededor de los protagonistas trágicos…Pere Arquillé y Carmen Machi hacen un despliegue interpretativo que no es habitual en la escena contemporánea, algo que el público agradece al final, aplaudiendo puesto en pie.
Adolfo Simón
Miguel del Arco nos responde a unas preguntas en las que reflexiona sobre sus últimos proyectos como autor y director…y sobre los que está preparando…
¿Qué balance haces de tus últimos trabajos de dirección estrenados en Madrid?¿Que les ha diferenciado?…
Si hago un pack con los tres últimos: Juicio a una zorra, De ratones y hombres y El Inspector creo que las diferencias están claras. El primero es un monólogo y el primer espectáculo que firmo como director y autor. Los otros dos son montajes muy grandes por número de actores y despliegue escenográfico, pero uno es oscuro como un tragante y la dramaturgia está pegada al original y el otro, ha sido mi primera comedia pura con una adaptación bastante libre. Me motivan los cambios de registro.
¿Cómo has vivido este éxito tan mediático tras tantos años como llevas trabajando en el teatro?
Como la constatación de que esta es una carrera de fondo donde la fortuna tiene mucho que ver pero también la persistencia y el trabajo duro. Pero sobre todo vivo con alegría la posibilidad de aprender, investigar y seguir trabajando en la profesión que elegí y que me apasiona. ¿Qué hace que te decantes por un proyecto u otro a la hora de elegirlo?
Supongo que cada uno tiene su propia historia. Hay encargos que se convierten en elección como De ratones y hombres. O decisiones como montar Veraneantes que tienen que ver con mi formación y el deseo de contar el mundo en el que vivo. O felices casualidades como decidir escribir Juicio a una zorra porque me dio un ataque de la risa pensando en Carmen Machi presentándose como tal en un escenario. El encargo es muy importante, sobre todo en la dramaturgia, porque te moviliza y te hace explorar caminos que, tal vez, nunca hubieras elegido. Y además te pagan… cuando te pagan.
¿De momento vas a seguir como director/autor o contemplas la posibilidad de volver a actuar?
No me veo, hoy por hoy, en el escenario como actor. Siempre he sido propenso al pánico escénico. Ahora que llevo una temporada detrás me resulta casi imposible imaginarme de nuevo sobre las tablas. ¿Qué proyectos tienes entre manos para que vean la luz en los próximos meses?…
Voy a dirigir un texto mío con producción de Pedro Larrañaga que esperamos estrenar en enero. El único actor confirmado de momento es Luis Merlo. Y profundizo en mi colaboración con La Abadía donde se van a reponer Juicio a una zorra y La función por hacer, al mismo tiempo que le damos forma con la misma compañía a un nuevo espectáculo en coproducción de La Abadía y Kamikaze producciones que se estrenará posiblemente el próximo verano. ¿Cómo ves la situación cultural en nuestro país después de tanto recorte?…
Apenas estamos arrancando la nueva temporada y es muy pronto para saber cómo nos va a afectar. Para bien, seguro que no. Lo que sí sabemos ya es que la subida del IVA y las dificultades económicas de los ayuntamientos y comunidades van a hacer muy difíciles las giras. Los teatros están programando muy poco y con esa mentalidad de «ir a lo seguro» van a provocar la destrucción del tejido teatral de las compañías pequeñas con circuitos alrededor de sus respectivas comunidades. Eso es reventar la cantera. Me parece un error, un error descomunal. ¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
No tirar la toalla. Si tienes una historia búscate la vida para contarla. Afortunadamente para el teatro si tienes una historia y actores tienes casi todo lo imprescindible.
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