Tierra del Fuego en el Teatro Español
Alicia Borrachero, Tristán Ulloa, Abdelatif Hwidar, Juan Calot, Malena Gutierrez y Hamid Krim son los protagonistas de esta escalofriante pero cierta historia que llega a las Naves del Español de la mano de Claudio Tolcachir. Con honestidad y respeto Tolcachir ha puesto en escena una obra que supera con creces las expectativas que muchos nos poníamos antes de entrar a la sala. Una obra que nos hace toparnos con la realidad desde un punto de vista muy diferente, Un encuentro íntimo y vertiginosos entre la victima Yael, una joven azafata de vuelo israelí y él terrorista que lleva 22 años encarcelado por cometer un atentado dónde Yael saldría herida y su compañera y amiga moriría. Esta entrevista se convertirá en la trama principal que Alicia Borrachero es la encargada de dar vida a Yael, defiende y capitanea con sus propias armas, las palabras con un discurso valiente pero muy cuestionable que en todo momento trata de buscar respuestas. Una historia con idas y venidas en medio de un conflicto velico, un recuerdo que se ha ido diluyendo con el tiempo pero que más allá de nuestras fronteras sigue presente cobrándose vidas. Como el propio director relata “Tierra de Fuego es una oportunidad de entrar en la historia, en la eterna esperanza de lograr el encuentro en medio de tantos años de dolor”.
Tierra de Fuego se maneja con habilidad y sutileza por tierras movedizas entre la verdad escénica, lo formal y la realidad de la historia a la hora de contar un hecho verídico mezclado con la ficción. Un texto que trata el dolor de la contienda desde el mayor de los respetos y que ofrece la oportunidad de conocer las dos caras de un mismo problema. Una escenografía minimalista pero muy dinámica que sintetiza junto a los actores, los diferentes espacios que se habitan sin necesidad de grandes modificaciones. Un excelente ambiente sonoro creado música en directo y una cuidada iluminación completan la puesta en escena que se podrá disfrutar hasta el próximo 5 de junio.
Pablo Cano
Gloria Muñoz: El teatro, para mí es…Crear preguntas en la cabeza de los espectadores y provocarles para que busquen respuestas.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
Mis inicios se remontan a mis seis años haciendo de Mariposa en la obra «Lentejita» de la Galería Salesiana.
Después, mis inicios profesionales se dan en 1965, primero en el Festival de Hita y enseguida en la Compañía de Amelia de la Torre y Enrique Diosdado.
Luego, en un giro fundamental para mí en 1970, me incorporo a Tábano y al Teatro Independiente.
Allí todos realizábamos otras facetas…yo estuve llevando la pasta (me refiero a la economía de la compañía) unas veces, preparando las giras otras, ayudando a montar los focos, ayudando en la realización de vestuario…y en dos montajes formé parte del equipo de dirección.
¿Qué es el teatro para ti?…¿Por qué haces teatro?…
Para mí el teatro es básicamente mi profesión, una profesión con la que me gano la vida trabajando mucho (cuando hay trabajo), pero pasándolo muy bien.
Dentro de eso, es una forma de hablar de la realidad, de crear preguntas en la cabeza de los espectadores y de provocarles para que busquen respuestas.
Hago teatro porque es lo que he querido hacer desde mi adolescencia y he ido aprendiendo a hacerlo y a disfrutarlo.
¿Qué balance harías sobre tu larga trayectoria?…
Cuando trato de hacer un balance, siempre tengo una extraña sensación de que estoy empezando…de que aún no he dado el paso importante para estar plenamente dentro del teatro.
Pero, aparte de esa impresión, creo que he tenido la suerte de hacer personajes muy hermosos, muy complejos, en funciones casi siempre estupendas, la suerte de trabajar con directores extraordinarios que me han enseñado muchísimo y con textos de autores de los que saben crear personajes de verdad.
¿En qué ha cambiado el teatro de tus inicios a hoy?…
En el terreno formal, el desarrollo de las tecnologías ha ido añadiendo posibilidades que, cuando están bien empleadas, sea con grandes presupuestos o con pocos medios, ayudan al desarrollo de las funciones, aunque a veces no son más que fanfarria que entorpece el buen desarrollo del texto.
Un cambio muy importante es la desaparición de la censura explícita. Quiero decir que ahora los que hacemos una función de teatro, desde el autor al actor…nos autocensuramos, demasiado diría yo, y después los productores y los programadores ejercen otra censura a la hora de llevar una obra a la cartelera. Pero, cuando yo empecé las funciones tenían que ser revisadas varias veces por la censura propiamente dicha: eso provocaba ejercicios maravillosos de ingenio para sortearla, juegos de palabras, dobles sentidos, guiños continuos al espectador que se convertía en cómplice.
Hay otro cambio en el terreno profesional. Mis inicios fueron en una época en que luchamos mucho por conseguir derechos laborales. Luego hubo un tiempo en que éstos se respetaron. Pero ahora, como ocurre en todas las profesiones en este país, ha habido un retroceso que aprovecha el miedo a no tener o a perder el trabajo, de manera que se trabajan más horas, los salarios han bajado, muchas veces no se respeta el día de descanso, o se olvida que somos trabajadores por cuenta ajena…en fin que hay que volver a empezar.
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
Sobre todo la de ser un reflejo vivo de la propia sociedad. Que la gente se reconozca y llegue a conclusiones.
Es muy importante que esté muy vivo, porque ese es el interés actual del teatro frente al cine, la tele o, como dicen los contratos actuales, cualquier otro dispositivo inventado o por inventar. En el teatro el espectador respira y siente al mismo tiempo que el actor y así reconoce los sentimientos y las emociones de una forma más directa, se siente implicado en lo que está viendo y reflexiona.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…Háblanos de ellos…
Este último año, tomado a fecha de hoy, he estado de gira con «Emilia» , una función escrita y dirigida por Claudio Tolcachir, que nos ha dado muchas satisfacciones. Era un trabajo muy emocional y muy sincero donde lo pasábamos muy bien sufriendo mucho.
He participado en una serie de TV, «Bajo sospecha» que ha sido un gran éxito de audiencia.
Y desde febrero estoy inmersa en esta función «El señor Ye ama los dragones» que nos está proporcionando muchas alegrías a todo el equipo.
¿Cómo surgió tu participación en El señor Yi…?…Háblanos de este trabajo…
A mediado de Enero me llamaron del Español para proponerme esta función. Nada más leerla, dije que sí. El texto de Paco Bezerra me pareció excelente, original, que habla de la actualidad, de lo que está pasando, incisivo y muy divertido y el personaje estupendo, con muchas capas y un lado muy oscuro que me apeteció muchísimo. Y además tenía ganas de trabajar con Luis Luque, así que, de cabeza…
Ha sido un trabajo muy interesante, partiendo de crear equipo… porque ninguno habíamos trabajado juntos antes y el resultado en cambio, es muy empastado como sí lleváramos toda la vida haciendo funciones. Tuvimos que ponernos de acuerdo en desde dónde íbamos a trabajar, con qué estilo, aprender a mirarnos y entendernos y desde allí poner de pie una función extraña, parte sainete, parte thriller, parte futurista.
¿Cómo creas tus personajes?…¿Tienes un método?…
Mi método es absolutamente ecléctico. Empecé aprendiendo Declamación, Expresión Corporal (se llamaban así). Luego hice todos los cursos y cursillos que me pasaron por delante, y sobre todo, he absorbido todo lo que me gustaba de las actrices grandísimas que veía y veo.
Luego, cada personaje se crea un poco en función del tipo de obra y del director: no es lo mismo hacer Las Troyanas con Mario Gas que Emilia con Tolcachir ni El señor Ye…con Luis Luque.
Por lo general, y tratando de sintetizar un poco, estudio y analizo muy a fondo el texto, invento una composición más o menos ligera según sea la obra, lo cotejo con el director… y luego me dejo llevar por la intuición y la relación con los otros actores en las situaciones de la obra.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Están afectando de una manera crucial, naturalmente. Las obras con más de cinco personajes o con complicaciones de montaje sólo las pueden abordar los teatros públicos que luego no las hacen girar o algún empresario arriesgado que no recupera la inversión.
Las giras se acortan porque nadie se atreve a ir a taquilla con ese IVA y los teatros que pagaban cachet fijo, no tiene ahora dinero para hacerlo. Los salarios bajan.
Las salas alternativas programan de manera desaforada, varias funciones al día y funciones distintas cada uno de esos días, de muy diferente calidad.
La profesión se precariza….Para eso se han hecho los recortes y ese IVA, ¿no?.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
Últimamente, al estar en el teatro trabajando, voy poco al teatro. Lo último que he visto ha sido «Crímenes de andar por casa» que es uno de esos montajes que se hace un sólo día y a las 11 y media de la noche, lo que es una pena.
Es un montaje muy divertido, pero con un fondo muy ácido, en la línea de nuestros Mihura o Jardiel Poncela y con unos actores estupendos.
¿Proyectos?…
Varios, pero aún no está cerrado ninguno… y de todos es sabido que da mala suerte hablar de ellos.
De momento, viajar y estar con mis nietos que, por cierto, es lo que más vida da para poderla luego poner en escena.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempos de crisis?…
Justamente eso, seguir creando…reunirse con compañeros y hacer cosas y muchos proyectos, pero sin perder de vista que ésta es también nuestra forma de vida, nuestra profesión y hay que pelear para que se mantenga digna.
Claudio Tolcachir nos habla de sus creaciones escénicas
¿Cómo surge el proyecto de Emilia?…Háblanos del montaje…
Yo quería hacer la experiencia de escribir en soledad. Para después formar un elenco.
Los personajes de Emilia están atrapados por diferentes maneras de entender el amor y si bien son concientes del engranaje en el que están sumergidos no pueden escapar. El amor como entrega absoluta, como agradecimiento, posecion, culpa. El miedo a la soledad como justificación para sostener una vida solitaria. Y fundamentalmente la desconeccion. La incapacidad de registrar al otro.
¿Hubo ocasión durante el proceso para que los actores aportasen ideas en la puesta en escena?…¿Cómo ha sido el trabajo con ellos?…¿Qué diferencias hay entre el resultado de los montajes de España y el de Argentina?…
Para mi no hay otra manera de ensayar que no sea nutrirse de la peculiaridad de los actores. Los cuerpos y sus historias son los que verdaderamente construyen los personajes y por lo tanto la historia. Es lo más maravilloso del teatro. El momento en que todas esas energías se entremezclan y florecen. Siempre lo accidental es infinitamente superior a lo previsto y ese es el trabajo del director.
Por esto mismo las dos versiones son absolutamente diferentes. Porque los cuerpos que sostienen el cuento son otros. Si así no fuera sería un trabajo tremendamente aburrido.
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear esta obra?…
Los de siempre: CHEJOV, Beckett, todo el movimiento de teatro que disfruto y me exita. Lo íntimo y lo espectacular.
¿Por qué haces teatro?…
Porque es lo más divertido que conozco. Además es lo único que se hacer.
¿Qué balances haces de tus últimos trabajos como director-autor de teatro?…
Uno es muy crítico con su trabajo. Siempre pienso que podría hacerlo mejor y ser más creativo y sutil.
Más allá de esto siempre soy honesto con mi trabajo. Intentó ser genuino y desafiar mi propio camino sin tener en cuenta las expectativas externas. Busco sobre todas las cosas la libertad. Pero es algo realmente difícil.
En definitiva estoy feliz por haber sido coherente. Y siempre insatisfecho.
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
Removernos, hacernos más grandes. Menos prejuiciosos. Más humanos, sacarnos de la comodidad. Sencibilizarnos en cualquier sentido. Y disfrutar. El teatro tiene que ser atrapante, intenso. Fulminante.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro en España?…
Dificulta la producción. Lo hace todo más complejo. Más duro en un mundo que de por sí es muy complejo. No creo que sea inocente. Pero por suerte la reacción de los teatrístas esta siendo producir más y más. Generar nuevos espacios. Que no resuelven económicamente el problema pero activa un movimiento que siempre es sano.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
Breve ejercicio para sobrevivir. Dirigido y escrito por Lautaro Perotti en La pensión de las pulgas en Madrid. Un trabajo maravilloso de una sensibilidad y una sutileza admirable.
¿Qué diferencia crees que hay a la hora de poner en pie un proyecto en Argentina o en España?…
Adaptarse a las diferentes formas de producción. A los diferentes códigos. Luego. Todo el teatro creo que es sentido común, adaptación. Disfruté ambos proyectos por suerte.
¿Proyectos?…
Mirando el horizonte. A ver que aparece.
Emilia de Claudio Tolcachir en los Teatros del Canal
Las casas son contenedores de muebles y emociones, cuando el tiempo pasa por ellos, se evaporan para dejar paso a los fantasmas. Esta podría ser una breve e improvisada descripción del montaje de Emilia que se presenta durante este mes en los Teatros del Canal; sobre todo por la lectura escénica que nos propia el inquietante espacio que ha diseñado Elisa Sanz. En esa casa hueca transitan los personajes del presente y el pasado para tratar de encontrar las claves de su existencia. De nuevo, Claudio Tolcachir escribe un texto sobre la familia y los misterios que conllevan las relaciones de sus integrantes. Aquí, con un equipo de actores españoles, teje una telaraña inquietante que nos atrapa entre las mil y una preguntas que surgen a cada momento.
Adolfo Simón
Alfonso Lara nos habla de sus proyectos para la escena
¿Cómo surge el proyecto de El divorcio de Fígaro?…Háblanos del montaje…
El proyecto surge en el momento en que leo esa función, hace cinco años o más, y quedo atrapado por ella. A primera vista es un texto monumental, digno -como han dicho algunas críticas y por ello estamos orgullosos en nuestra Compañía- de un CDN. A partir de ahí empezó un largo, trabajoso y apasionante camino, primero con la adaptación, sus correspondientes versiones, convencer a l@s compañer@s de embarcarse en esta aventura, amoldar la producción a nuestras posibilidades, ir cogiendo de aquí y allá músicas, referencias, símbolos, elementos, pequeños fragmentos, etc, etc…
¿Hubo ocasión durante el proceso para que los actores aportasen ideas en la puesta en escena?…¿Cómo ha sido el trabajo con ellos?…
Por supuesto que los actores aportan muchísimo. No concibo un trabajo sin que ellos -parte fundamental del teatro-. No creo que sean simples marionetas. Desde el cariño, la concentración y la armonía, los actores te lo suelen entregar todo. No entiendo este trabajo desde el miedo, el reproche o cosas por el estilo.
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear el montaje?…
Los referentes se encuentran, por así decirlo, unos a otros, y así se va conformando el todo que es el montaje. Una canción mejicana, Zapata, la Revolución, los Balcanes, Centroeuropa, los años 30, el presente, el Circo, el Expresionismo, los Derechos Humanos, Robert Walser, un tema de Baby Dee -transexual de Cleveland-, de Beirut… Todo eso está en El Divorcio de Fígaro y empasta, creo, a la perfección.
¿Por qué haces teatro?…
Porque el teatro es lo más parecido a la libertad y a la felicidad. Esas dos palabras, tan abstractas, se materializan en el teatro para mí.
¿Qué balances haces de tus últimos trabajos en teatro?…
La verdad es que difícilmente podría elegir mejor suerte para un actor que la que me ha tocado en los últimos años en teatro:
– Urtain, con Andrés Lima. Premio Max Mejor Actor Secundario
– Falstaff, también con Andrés en el CDN
– Los Hijos se han dormido, con Daniel Veronese
– El Divorcio de Fígaro
– Emilia, actualmente, con Claudio Tolcachir
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
La que tuvo siempre. La de divertirnos y emocionarnos. La de hacernos reflexionar y ponernos un espejo delante. En otros países esa función, o ese espacio, mejor, es mucho más grande; es más necesario el teatro, es más parte esencial de la sociedad.
Si el espacio que ocupa el teatro fuera una cuarta parte del que ocupa la TV la sociedad sería, con seguridad, mucho mejor, más sana.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro en España?…
Nos está destrozando el IVA. Es una vergüenza que un equipo de fútbol como el Real Madrid -del que, por otro lado, soy seguidor- tenga un aforo de 80.000 personas, pague un 10 % de IVA en sus entradas y sus precios sean de locura, y que nosotros en la SALA TÚ, por ejemplo, de la que soy socio, con un aforo de 60 personas paguemos el 21 %. Señores, dejen que seamos empresarios -¿no quieren crear empresas y apoyar a los pequeños y medianos empresarios?-, dejen que nos ganemos la vida y salgamos a flote con nuestro trabajo.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
Vi «Tirano Banderas», en el Español, sobre todo por ver a mi admirada y querida Susi Sánchez, que siempre está espléndida.
¿Proyectos?…
Seguir con la gira de «Emilia» y presentarla en Madrid en Enero, en los Teatros del Canal. Seguir con El Divorcio de Fígaro. Una TV movie para TVE y ya empezando a dar vueltas seriamente sobre un par de cosas que me ilusionan mucho para el año que viene. Una para la SALA TÚ y otra de formato más grande.
Avance del Festival de Otoño a Primavera
Angélica Liddell inaugurará en octubre el XXXI Festival de Otoño a Primavera
· La última obra de la dramaturga ‘Todo el cielo sobre la tierra (El síndrome de Wendy)’ podrá verse en los Teatros del Canal.
· También en octubre, Pablo Messiez presentará ‘Las palabras (Una historia de amor)’ en Cuarta Pared
· El cómico Patrice Thibaud regresará a Madrid con el estreno en España de ‘Fair Play (Juego limpio’)
06.agosto.13.- La laureada dramaturga, directora y actriz española Angélica Liddell inaugurará el próximo mes de octubre la XXXI edición del Festival de Otoño a Primavera de la Comunidad de Madrid. Su obra Todo el cielo sobre la tierra (El síndrome de Wendy) cierra la trilogía sobre China que la creadora inició con Maldito sea el hombre que confía en el hombre: un projet d’alphabétisation y que continúo con Ping Pang Qiu, ambas estrenadas también en pasadas ediciones del festival. Tras su aclamado paso por el Wiener Feswochen de Viena y el Festival d’Avignon, la artista estrenará ahora en España un montaje que habla de la pérdida de la juventud y del miedo a ser abandonado. La pieza, que podrá verse en los Teatros del Canal, toma como punto de partida el trágico tiroteo sucedido en 2011 en la isla noruega de Utoya, en el que perdieron la vida 69 jóvenes.
En 1993, Angélica Liddell (Figueres, 1966) fundó Atra Bilis Teatro, compañía con la que ha montado creaciones como La falsa suicida (2000), El matrimonio Palavrakis (2001), Once Upon a Time in West Asphixia (2002), Hysterica Passio (2003), Y como no se pudrió Blancanieves (2005), El año de Ricardo (2005), Boxeo para células y planetas (2006), Perro muerto en tintorería: los fuertes (2007) o Anfaegtelse (2008), entre otros títulos. El Festival de Otoño a Primavera acogió en 2011 el estreno absoluto de su montaje Maldito sea el hombre que confía en el hombre: un projet d’alphabétisation y, en 2012, el de Ping Pang Qiu. En 2009 había presentado también La casa de la fuerza, obra que causó un gran clamor dentro y fuera de España, confirmando a Liddell como una de las creadoras más interesantes del teatro contemporáneo internacional.
En palabras del teórico teatral Óscar Cornago, Liddell es acuñadora de un lenguaje de dialécticas imposibles y sus producciones oscilan entre el expresionismo desgarrador, la crítica social, la pureza, la escatología y la búsqueda del significado a través del dolor y la subversión. La artista ha sido merecedora de numerosos galardones, como el Premio de Dramaturgia Innovadora Escena Contemporánea – Casa de América 2003 por Nubila Wahlheim; el Premio SGAE de Teatro 2004 por Mi relación con la comida; o el Premio Valle-Inclán 2008 por El año de Ricardo. En 2012 recibió el Premio Nacional de Literatura Dramática por La Casa de la fuerza y, en 2013, el León de Plata de la Biennale di Venezia de Teatro. La crítica ha dicho de su teatro que es vanguardista y político, lleno de sentido y absolutamente necesario.
Otros dos grandes estrenos del festival en el mes de octubre
Tras su paso por el Teatro Palacio Valdés de Avilés, el dramaturgo, director e intérprete argentino Pablo Messiez presentará en octubre en la Sala Cuarta Pared su última creación, Las palabras (Una historia de amor). La pieza, una parábola cercana y tragicómica, habla con humor, ternura y delicadeza sobre la corrupción del lenguaje y sus consecuencias. Fiel representante de la última y aclamada generación de autores y directores argentinos, como Daniel Veronese o Claudio Tolcachir, Messiez saca de nuevo a escena (tras las exitosas piezas Los ojos y Las criadas, entre otras) su sencillez escenográfica, su particular visión de los cotidiano, la hegemonía del texto en escena y un cuidado trabajo actoral, siempre a caballo entre la comedia y la tragedia.
También en el mes de octubre, el tándem formado por el cómico y mimo francés Patrice Thibaud (heredero del buen hacer de Tati o De Funès) y el virtuoso instrumentalista Philippe Leygnac regresará a los escenarios madrileños con el estreno en España de Fair Play (Juego limpio) en los Teatros del Canal. La obra, elegante y deliciosa, reinterpreta las competiciones deportivas a golpe de carcajadas, eso sí, sin mediar ni una sola palabra en escena.
Lo mejor de la escena internacional en la Comunidad de Madrid
El Festival de Otoño a Primavera lleva más tres décadas acercando lo mejor de la creación contemporánea internacional a la Comunidad de Madrid. En esta XXXI edición, que se prolongará entre los meses de octubre de 2013 y junio de 2014, traerá a los escenarios de región (Teatros del Canal, Sala Cuarta Pared y Teatro Pradillo, entre otros) lo mejor de la escena actual. Por el momento, dentro de su programación se ha confirmado ya la presencia de creadores y compañías de renombre mundial de la talla de Peter Brook, Philippe Decouflé y su Compagnie DCA, Israel Galván y Akram Khan, Piccolo Teatro di Milano y El Conde de Torrefiel.
Desde mediados del mes de septiembre, será posible consultar la programación del XXXI Festival de Otoño a Primavera de la Comunidad de Madrid, la información de los espectáculos, los horarios y la venta de entradas y descuentos en la web oficial http://www.madrid.org/fo
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