Vivimos unos tiempos en los que la testosterona ya no es la reina de la pista. Los machitos de turno creen que pueden seguir manejando los deseos de las mujeres si se ponen en complicidad en el ruedo de la carne. Pero, el cuento ya no es como lo contaban y los cazadores, a menudo se convierten en la presa de la cacería. La pieza tiene su temblor para mostrarnos que, en el fondo, lo que esconden los personajes son sus complejos de inseguridad que resuelven mirando quién la tiene más grande dentro del slip. Que Aitana Galán dirija la pieza da garantías para que no se caiga en el mal gusto de estos travoltas trasnochados.
Adolfo Simón
¿Cómo surge el proyecto que presentáis en el Teatro Lara?…Háblanos del montaje, del texto…
El proyecto surge con la idea de formar un equipo con Adriana Roffi, donde realizamos una etapa de dramaturgia juntos y luego una segunda etapa donde ella dirigió y yo formé parte del reparto de actores.
Yo propuse como punto de partida un cuento de Borges, «La Intrusa», empezamos trabajando con una escaleta con la historia que queríamos contar y fuimos desarrollando el texto con a partir de ella, escena por escena. La base la teníamos clara una relación fraternal que compartían el amor de pareja. En seguida nos dimos cuenta que era mejor dar vuelta el género de los personajes del cuento de Borges, es decir en lugar de dos hermanos que compartían una mujer, pusimos dos hermanas que compartían un mismo hombre. Nos parecía más interesante, más rebuscado y sobre todo nos alejábamos de la violencia de género que hoy por hoy es tan actual.
En relación al montaje fue muy fluido, un proceso creativo muy intenso donde los actores aportamos muchas cosas, incluso los autores modificamos ciertas escenas para favorecer el avance de la acción y la historia que queríamos contar.
¿Hubo ocasión durante el proceso para que las actrices aportasen ideas en la puesta en escena?…¿Cómo ha sido el trabajo con ellas?…
Sí hubo muchas ocasiones donde aportaron ideas las actrices, por ejemplo las transiciones entre escenas son importantes ya que tienen que ver con el paso del tiempo, lo cual una de las actrices propuso cantar e incluso las elecciones de las canciones salió como propuesta de la actriz. Otro tema fue el vestuario, que surgió como parte del proceso creativo por parte de los actores. Hay propuestas musicales que aporté yo como actor, vamos que hubo mucho de creación en el montaje por el equipo de actores.
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear esta propuesta?…
Sí, Borges ha sido además referencia en la forma de contar la historia, la obra abre con un monólogo de un relator que introduce al público en los datos y pormenores de la obra que van a ver, lo hace a modo de mito, de leyenda… comienza diciendo «me lo contó un compañero de gimnasio donde entrenaba boxeo; su hermano mayor era compañero del instituto de los primos Rivas…» ahí está la clave, un relato transmitido de alguien a su hermano, que conoció a dos primos que se apellidaban Rivas, como las protagonistas de la obra, y que a su vez se lo contó a quien nos viene a presentar la obra, es decir está la deformación de historia, del mito, de lo transmitido en boca en boca hasta lo que llega a nuestros oídos hoy por hoy.
Creo también que hay claras influencias de Veronese, Daulte y Spregelburd. Dramaturgos y directores con los cuales Roffi y yo nos hemos formado y vinculado.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?¿Por qué haces teatro?…
Mis inicios fueron en Argentina, algo vocacional y pasional. Comencé estudiando interpretación mientras estudiaba derecho y trabajaba vendiendo viajes y luego teléfonos móviles. Un buen día decidí apostar el todo por el todo por el teatro y dejé la carrera de derecho, asustando mucho a mis padres que son universitarios, jeje.
Luego poco a poco me fui vinculando a compañeros, conociendo directores, haciendo castings, etc. etc.
Varios años después, ya en España, comencé a escribir y a dirigir merced a una beca que me otorgó Casa de América para hacer un curso de 2 meses con prestigiosos autores y directores, ahí empezó un camino diferente para mi.
¿Por qué hago teatro? mmm… ¡Qué pregunta! Lo primero que quiero decir es: simplemente porque me apasiona. Me mueve sensaciones y emociones interiores que no me mueve ninguna otra cosa.
Yo creo que el teatro es reflexión, emoción y posibilidad de hacernos preguntas, y un excelente vehículo para soñar e imaginar; incluso lo que no podemos o no nos animamos… Ahí lo dejo.
¿Qué balances haces de tus trabajos como director-actor de teatro?… Háblanos de los más recientes…
Eso depende del día, de mi ánimo. Hay días que me levanto pensando que lo que hago no tiene ningún valor, que no le interesa a nadie y otros me doy cuenta o recibo respuestas que me hacen sentir que mi camino está siendo interesante.
Mis trabajos todos han sido sacados adelante con mucha tenacidad, con mucho esfuerzo. Tengo claro mi convicción y no me detengo. Sí hay algo que me dices es que no paro, que siempre estoy haciendo, sé que es cierto, pero no me conformo con eso, la verdad.
Cuesta mucho que las personas que cortan el bacalao, me refiero a los productores y programadores te escuchen, te lean y se interesen por ver que estás haciendo. Todo lo que voy logrando tiene que ver con formar parte de una productora, con saber un poco de producción y de haberme autoproducido mucho.
Siento que cada vez voy definiendo mi estilo, donde se puede ver que eso lo he escrito o dirigido y me parece que tener un sello que ha uno lo identifique es interesante.
Las Hermanas Rivas me ha dado muchas satisfacciones, que Javier Yagüe lo haya leído en mitad del proceso de escritura y me diga que le gustaba y que quería que lo estrenemos en La Cuarta Pared, fue algo que me llenó de orgullo. Luego vino la temporada en el Teatro Del Arte y el placer de ser programados en la Red de Teatros de La Comunidad de Madrid. Entrar ahora al Teatro Lara lo vivo como un enorme logro, sabemos que hoy por hoy es un espacio que casi todos quieren entrar y que no es nada fácil.
Me espera un otoño-invierno dulce, cosechando muchas cosas que sembré hace mucho tiempo. Mi obra «Pieza Inconclusa Para Sofá y Dos Cuerpos» la cual además dirigí con la prestigiosa actriz Blanca Oteyza sale de gira nacional y será editada por ediciones Antígona en finales de septiembre, con el sentido honor de contar con un prólogo de Pepe Henríquez, una de la súltimas cosas que ha escrito; Aitana Galán estrenará en noviembre un texto mio, «Sin Anestesia» en el Teatro del Arte, hay varios bolos cerrados de «Las Hermanas Rivas» y apostando para poder lograr producir «Noches de Hotel» una obra que escribí hace 2 años y que enamora a todo el mundo pero por diferentes circunstancias no he podido estrenar, sólo hacer una lectura dramatizada en el Matadero que fue un placer y la constatación del interés que genera ese texto. ojalá 2016 sea el año de su estreno.
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
Emocionar, reflexionar y hacernos sentir que estamos vivos. No creo que el teatro tenga ni vaya a cambiar el mundo. Lo único que no puede pasar en teatro es generar aburrimiento. Eso es insoportable.
¿Cómo crees que está afectando la subida del I.V.A. y los recortes al teatro?…
Un genocidio cultural. Algo injusto cuando lo comparas con el fútbol, los toros o el porno, actividades que tienen un IVA muy peor que muy inferior. Los 13 puntos que subieron al IVA cultural es insostenible y elimina cientos de miles de puestos de trabajo y si lo comparas con el resto de Europa dan ganas de o irte o de salir a prender fuego. Te da la sensación que la cultura, más precisamente el teatro y el cine, están siendo asfixiados a propósito, para que no sean espacios de reflexión. Yo no puedo entender que dejen de apoyar festivales y que por ejemplo los toros y si hilo más fino El Toro de La Vega estén subvencionados. Yo creo que la cultura tendría que tener un IVA reducido no superior al 10%, sinceramente no puede tener el mismo gravamen tomarte una copa o comprarte un coche que una entrada de teatro o cine.
¿Qué obra de teatro has visto últimamente?¿Qué te pareció?…
Veo mucho teatro. sinceramente son pocas las obras que me encantan. Lo último que me fascinó fue «Un Hombre Con Gafas de Pasta», una delicia de texto, dirección e interpretación.
¿Proyectos?…
Además de intentar sacar adelante «Noches de Hotel», tengo una propuesta como actor para 2016, un drama que me obligará a bajar a mis mas profundas miserias. Quiero dirigir algo y acabar una obra que me está costando hacerlo, algo de la temática se me resiste.
¿Se pueden hacer propuestas combativas hoy en día?…
Deberíamos definir «combativas», sí te refieres a un teatro que agite consciencias, no lo creo. Me parece que una persona frívola, poco interesada por la cultura, que nunca va al teatro o rara vez va a ver a la estrella de televisión de turno, no podemos convencerla, combatirla, simplemente porque no estará ahí, sentada en el patio de butacas. Yo no tengo que ir a ver una obra que combata la religión o la intolerancia o el problema de la atención sanitaria de los sin papeles, ya soy consciente como casi toda la gente del mundo del teatro. A la persona ficticia que ponía de ejemplo antes, sinceramente le da igual. Yo creo que el teatro es algo que debe estar en la cultura de base, en los colegios primarios y sobre todo secundarios, me parece que es una buena manera de abrir mentes y corazones; que las cosas que esencialmente importan tengan el lugar que merecen, eso es hacer propuesta combativa y cultural.
Aitana Galán, la directora de esta obra opina que vivimos momentos de un retroceso social inusitado, en el que se cuestionan todas nuestras libertades a través del miedo y la «mordaza» y por eso poner en escena «Las neurosis…» es un acto de liberación y subversión. Y tiene toda la razón. Vivimos encerrados en millones de leyes no escritas, estamos limitados por prejuicios y por la pacatería de la mayor parte de la población. La elección de la obra de Lukas Bärfuss, autor suizo contemporáneo, es más que acertada para protestar contra esta vuelta atrás de la sociedad y de sus convencionalismos. Bärfuss visitará el montaje en estos días y vendrá a compartir sus opiniones y creencias con el público, lo que supone toda una oportunidad de sumergirnos de lleno en su obra, bastante importante y en concreto en esta pequeña joya que nos hace remover nuestro culo de los asientos cuando contemplamos varias escenas con incredulidad, escrúpulo y sorpresa.
Así que es una suerte ver de nuevo repuesta, tras pasar por Cuarta Pared, «Las neurosis…» porque a través de una puesta en escena muy sencilla y de una interpretación comprometida y de calidad de los actores se nos golpea en lo más hondo de nuestra psique.
Luis Mª García Grande
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Dora sufre una extraña enfermedad mental que le ha obligado a vivir medicada durante toda su infancia. Una vez adulta, su madre, apoyada por el médico, decide retirarle la medicación para que recupere la conexión consigo misma y con la vida. Libre del adormecimiento de las pastillas, Dora se enfrentará de manera brutal al despertar sexual, provocando en su entorno un desconcierto inusitado que destapará los tabúes y las hipócritas contradicciones en las que se mueve la sociedad europea actual.
El sexo, la libertad, la salud y los límites, son los temas en los que ahonda este perturbador texto de Lukas Bärfuss, referente imprescindible en la dramaturgia europea contemporánea
Las neurosis sexuales de nuestros padres habla de sexualidad, salud, libertad y límites. En la sexualidad, la pasión hace que nos distanciemos de un núcleo social. En realidad, buscamos expandir nuestros límites para ir a algún lugar donde no estamos, buscamos saltar los condicionamientos sociales; y a través de la confianza que nosotros construimos en la sexualidad, tenemos la posibilidad de abandonar esta pequeña cárcel que nos hemos construido. A mí me interesaba saber qué pasa cuando un ser se para en los límites como, por ejemplo, Dora (una retrasada mental en pleno descubrimiento de su sexualidad) que quiere ir más allá. Nosotros generalmente estamos en el centro, cuando tenemos un sexo fabuloso nos alejamos un poco de ese núcleo, cuando tenemos aún mejor sexo estamos aún más lejos, y cuando nos perdemos totalmente –sólo unas pocas veces- estamos exactamente en el borde, y entonces después volvemos corriendo al centro. Pero Dora está siempre en la periferia. Eso quiere decir que tiene algunos aspectos que le impiden estar en el centro. Y ¿adónde va? Ella, en realidad, debería normalizarse en la sexualidad, pero eso no es posible. Y por eso la idea de la sociedad liberal de encontrar una expresión a través de la sexualidad funciona solamente cuando hay límites muy precisos, y cuando alguien busca correr esos límites recibe la violencia de la sociedad, como es el caso de los homosexuales y de tantos otros, porque esos límites no fueron siempre los mismos. En Tolstoi es Ana Karenina, en Flaubert es Madame Bovary, y en esta obra es Dora. Aunque Dora, aparentemente, tiene una discapacidad, aquí no se trata de cómo afrontar la sexualidad de estas personas. Lo que vive Dora es el descubrimiento de que no puede disponer total y libremente de sí misma y este descubrimiento lo hacemos todos los seres humanos en algún momento de la vida. Tenemos que aceptar nuestra propia falta de libertad. Y eso no puede enseñarse. Dora es una alumna demasiado buena, lo que la convierte en monstruo y en escándalo. A ella le gusta lo que le están haciendo. Y no tiene ningún problema en verse a sí misma como víctima. Gracias a eso consigue libertad, pero una libertad, por supuesto, terrible.Lukas Bärfuss
Las neurosis sexuales de nuestros padres de Lukas Bärfuss en Cuarta Pared es una propuesta necesaria para la cartelera de Madrid y de cualquier teatro que tenga un compromiso con el público de hoy y de mañana. Aitana Galán sigue abordando textos que nos hablan de hoy de manera sesgada, para no caer en la complacencia ni la distancia ética. Por segunda vez aborda un texto de este autor, sorprendentemente desconocido en nuestro país como tantos autores europeos a los que nunca se ha montado. En un espacio despojado donde solo unas líneas conceptuales delimitan los pensamientos y pasiones de un grupo de individuos que terminan amando, odiando…comunicándose o no sobre una mesa, que es la metáfora de ese lugar donde todo puede ocurrir, incluso aquello que soñamos o aborrecemos. El elenco al completo está entregado a una propuesta donde son público de sus miserias y protagonistas de su purga. Aire fresco para la escena que termina sus funciones este fin de semana en Madrid.
Adolfo Simón
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…¿Realizaste otras facetas además de la actuación?…
Cuando era pequeño mi pasión era el ballet. Mis hermanas bailaban y a mi me apasionaba pero en los años 80 en una pequeña ciudad de provincias como Oviedo bailar para un chico no era fácil en ningún sentido. Así qué cuando me hice adolescente busque algo parecido y entré en el grupo de teatro del instituto. De ahí a las escuela de teatro de Gijon ITAE y dos años después a la RESAD de Madrid.
En la RESAD te educan para que cuando termines la escuela te sientes en tu casa a esperar que te llamen de un nacional para hacer cuatro frasecitas ( cosa que rara vez pasa) no te dan herramientas para defenderte en la profesión ni te enseñan nada útil. No piensan que el actor sea un creador. Por eso los primeros años estuve un poco paralizado a expensas de los proyectos que me llamaban. Y, como me llamaban con cierta regularidad, me acomode a esa situación y me dedique a gastarme el dinero por las discotecas. Con el paso del tiempo me di cuenta de que mis necesidades eran otras y empezó a dirigir escribir, producir, enseñar, investigar, estudiar….
¿Qué es el teatro para ti?…¿Por qué haces teatro?…
Una ensalada muy mal aliñada. Por qué quiero adelgazar
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?…
No hago balances por qué me mareo.
¿Qué función crees que ha de tener el teatro para la sociedad de hoy?…
El teatro puede ser útil para muchas cosas: educar, integrar, reivindicar, ganar dinero.. Pero esa no es su auténtica función. Creo que el teatro, como todas las artes, debe proponer disidencias estéticas que nos ayuden a percibir la realidad de una forma diferente y construir así un mundo nuevo. El teatro es siempre un gesto político y una forma de conocimiento palpitante, poético, trascendente.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…Háblanos de ellos…
Llevo dos años trabajando en esta pieza que presento en Kubik Fabrik. También durante el año pasado trabaje como actor en «Algunas especies en vías de extinción» producida por el Centro Dramático Nacional y dirigida por Aitana Galán para el María Guerrero. Colaboré con el Grupo de Teatro Yeses integrado por internas del centro penitenciario Alcalá Meco. Formé parte del cursos de estudios avanzados Teatralidades Expandidas Redes de Afecto dirigido por José Antonio Sánchez en el Centro de Arte Reina Sofía. Y trabaje como cuentacuentos infantil con mi propio espectáculo. También alguna aparición televisiva y esas cosas. Diversificarse o morir.
¿Cómo surgió la propuesta que presentas en KUBIK?…Háblanos de ella…
Esta pieza viene de un proyecto de investigación más amplio con el que he estado en residencia en Matadero Madrid y en L’Estruch en Sabadell entre otros sitios. Es un trabajo sobre lo común y lo colectivo, y propone un cambio ontológico en la idea del individuo .Este es un proyecto largo y complejo en el que intervienen varios performers. Llegado un determinado momento sentí la necesidad de presentar mi trabajo ante los espectadores, ganar visibilidad y hacer algunos bolillos. Así que con los descartes de este proceso de investigación y otros materiales forcé un poco el proceso y saque esta pieza en la que actúo solo aunque he tenido la inestimable ayuda de Raúl Marcos, Ricardo Santana y Jesús Tejido en la parte técnica (no se trabajar sólo).
El trabajo final es una reflexión sobre la construcción de la identidad a través de los códigos sentimentales (sobre el capitalismo sentimental).
¿Cuál es tu método de trabajo?¿Cómo creas tus personajes-propuestas?…
Para mí la metodología es algo flexible, poroso, amoldable. Por eso en cada trabajo desarrollo dispositivos específicos para cada línea de investigación.
Dentro del proyecto La Casa en el Árbol he trabajado hasta ahora con el video y los lenguajes audiovisuales siempre desde un perspectiva teatral. Me interesa todo lo que ocurre en el fuera de campo. Digamos que trabajo con la disolución del cine en la práctica escénica.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Lo del IVA es terrible pero no creo que sea un problema específico del teatro. Si seguimos protestando por el IVA corremos el riesgo de que lo bajen y seguir igual de mal. Pelear por el IVA es aceptar (aunque sea de manera implícita) las políticas de industria cultural que han destrozado la profesión, es aceptar esa posición. El señor Pedro Sánchez ya ha dicho que nos lo va a bajar si gobierna. ¿Alguien se cree que este señor va a solucionar la problemática del teatro o del arte en este país? .
Nuestra lucha es mucho más profunda, más terrible, más desgarradora. No se puede nadar y guardar la ropa.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
La Opera Orfeo y Euridice de Gluk dirigida por Romeo Castellucci. Una absoluta obra maestra. Lo mejor es que alguien colgó en facebook el link y la vi completamente gratis. Te lo puedes creer?? Es absolutamente maravilloso. Tener acceso a ese material que ha modificado mi perspectiva sobre el teatro de una forma tan sencilla y gratis!. Estas son las maravillas de los tiempos moderno, para mi es algo como el descubrimiento del fuego. Cultura libre! Algo que nos quieren quitar. A eso me refiero cuando digo que nuestra lucha es mucho más profunda, más compleja.
¿Proyectos?…
Ahora mismo estoy dirigiendo el proyecto de teatro comunitario del Corral de Alcalá dependiente de la Abadía que presento los días 9, 10, 11, 12 de octubre “Viejos soldados hidalgos y pobres”. El día 16 de octubre estreno en Cuarta Pared “Las Neurosis Sexuales de Nuestros Padres” de Lukas Bärfuss en la que trabajo como actor y con la que estaremos tres semanas. A principios de 2015 en colaboración con Armadillo realizare el trabajo escénico “Un Alma Buena” inspirado en el “El Alma Buena de Sesuan” de Beltor Brecht producido por Oxfam Intermon. En Noviembre estaré con mis cuentos en Kubik Fabrik. Creo que volveré a colaborar con el grupo Yeses. Me han ofrecido ser el director artístico de toda la animación del parque Tivoli. Y, si nada se tuerce, este año empiezo a escribir mi tesis doctoral que me hace muchísima ilusión. Aaaa y espero hacer algunos bolos con La Invasión de los Ladrones de Cuerpos que presento ahora en Kubik Fabrik. Como comentaba antes diversificarse o morir.
¿Cómo fueron tus inicios en el teatro?…¿Realizaste otras facetas además de la dirección?…
Hice mucho teatro como actriz, de niña, en compañías de teatro aficionado; y de adolescente en el instituto. En mi familia, casi todos profesores, nadie se había dedicado nunca al espectáculo, pero ese encuentro casual que tuve de pequeña con el escenario me cambió la perspectiva de la vida: Existía un espacio donde todo estaba permitido y donde se podía ir más allá de las absurdas y aburridas convenciones sociales…. y encima te aplaudían… A los 15 años empecé a formarme profesionalmente. Di clase con mucha gente, hice muchos cursos, pero mi maestra fue Cristina Rota, con la que estudié cuatro años y a la que le debo también mi formación en tai-chi, danza, acrobacia, voz… (allí te conocí a ti, en clase de contact-dance, con Bellusci ¿te acuerdas?)…Trabajaba en su escuela y a cambio podía asistir a todas las clases y a todas las asignaturas de todos los profesores. Siempre se lo agradeceré, porque, como sabes, las clases son caras y en ese momento (y supongo que en este) yo no habría podido acceder a tener una formación tan completa si hubiera tenido que pagarla. Empecé a escribir y dirigir muy joven, a los 23 años, cuando terminé la escuela y, poco después, me puse a estudiar dramaturgia en Roma y dirección, más tarde, en la RESAD de Madrid. Creo que en el teatro he hecho de todo: actriz, ayudante de dirección, producción, espacio sonoro, dramaturgia, coordinaciones, dirección… y muchas de estas actividades las sigo alternando.
¿Tu trabajo en el teatro lo has compatibilizado con otros cometidos?…Háblanos de ello…
Estudiaba interpretación y, a la vez, Periodismo y Filología en la Complutense y, como tantos de mi generación, he sobrevivido a base de trabajos basura: he sido encuestadora, camarera, payaso, go-gó, animadora, profesora particular… Periodismo y Filología se fueron quedando por el camino a medida que conseguía trabajos remunerados en el ámbito teatral. A partir de los 26 o 27 años más o menos comienzo a vivir exclusivamente del teatro, ya sea como actriz, como directora, como profesora, como ayudante… No descubro nada nuevo si digo que esta es una profesión inestable y que no siempre se corresponde un “éxito” en un escenario con lo que verdaderamente te da de comer… Paralelamente a la dirección escénica y la dramaturgia he desarrollado la docencia, que es una actividad que no creo que abandone nunca, la producción (necesaria para poner en marcha proyectos por los que otros no van a apostar) y la… no me gusta la palabra, pero no encuentro otra, “gestión”… En este sentido, mi último trabajo ha sido como Coordinadora Artística del CDN, una experiencia muy interesante y enriquecedora que no prolongué más porque despertaba suspicacias el hecho de que además fuese directora y estuviese en activo. Decidí marcharme y apostar por mi trabajo artístico, al que, por otro lado, nunca dije que fuera a renunciar.
¿Qué balance harías sobre tu trayectoria?…
Me siento una privilegiada por trabajar en esto y por haberlo hecho desde una sana, y a veces castigada, independencia. He ido de aquí para allá; he colaborado con un montón de gente, he dirigido en compañías distintas, en el ámbito institucional, alternativo y en la privada, he participado en proyectos estupendos y en otros estrafalarios… Y me he mantenido al margen de los grupos muy cerrados, de los gurús, de los clubs de amigos o de los clanes… Esto me ha dado perspectiva y libertad de acción, por un lado, y por otro ha despertado antipatías… Qué le vamos a hacer… En estos 20 años he aprendido a sobrevivir a las críticas y a la indiferencia de un sector muy cerrado y extrañamente conservador. También he aprendido que muchos de los males que aquejan a la profesión se los ocasiona ella misma y que hasta que no haya una necesidad de cambio y autocrítica seria… esto es lo que hay y lo que va a seguir habiendo.
¿Cómo surgen las ideas y los proyectos en los que te embarcas?¿Qué te anima a participar en ellos?…
Sean propios o ajenos necesito que algo me enganche con la realidad social, política, estética, emocional o sensorial que estemos viviendo. Trato de ser honesta conmigo y si un proyecto no lo veo claro, no lo hago. Esto no garantiza quizá conectar con una mayoría, pero sí me conecta conmigo y tal vez con otros que, como yo, no comparten las corrientes estético-ideológicas alabadas normalmente por los medios.
¿Ha sido importante tener unos colaboradores habituales en los equipos artísticos y técnicos?…
Es fundamental contar con equipos cómplices. La creación exige riesgo, libertad y permiso para poder equivocarse y eso no se puede hacer en un entorno hostil, que te juzga, o al que “tienes que demostrar” algo. La afinidad estética también es necesaria, porque muchas veces la falta de comunicación se debe a que estás en las Antípodas del otro… Yo he crecido mucho, por ejemplo, teniendo cerca a Raymond, que es un maestro del espacio y de la profesión y tiene un gusto exquisito… Seguramente no trabajaría de la misma manera si no hubiera contado con su colaboración tantas veces.
¿Cómo surge tu participación en Sobre algunas especies en vías de extinción?…
Ernesto Caballero me propuso que realizara esta dirección y dije que sí, sin dudarlo. Había leído todo el teatro de Morales y esta pieza en concreto me interesaba mucho: es rara, inquietante… es una obra de final de vida y se nota. Y dirigir en el Centro Dramático… qué quieres que te diga… es una oportunidad que no ocurre todos los días, si ocurre alguno… Le agradezco mucho a Ernesto este voto de confianza.
¿Cuál ha sido tu planteamiento de puesta en escena?…
En el proceso previo a los ensayos y a la selección del equipo, recordaba una y otra vez una frase del texto: “…el fallecimiento de todos y de todas los que componen, componemos, el coro lamentable de la sufrida humanidad”. En estas líneas descubrí que tenía que crear un coro y que tenía que hablar, con ironía, de “la sufrida humanidad”. Decidí desde el principio incorporar música en directo (el autor define la obra como una “cantiga”) y proyecciones, porque el texto habla, entre otras cosas, de un mundo que es la imagen de sí mismo. Morales es un autor difícil de clasificar, pero no hay duda de que es irreverente, subversivo y tiene mucho sentido del humor… qué mejor manera que construir la puesta en escena como si se tratara de un “Cabaret Metafísico”. He tratado de ser fiel a los postulados ideológicos y artísticos del autor a través de una estética contemporánea.
¿Cómo ha sido el trabajo con los actores y el resto del equipo artístico?…
Intenso, exigente, estimulante… El proyecto se enmarcaba dentro del Laboratorio Rivas Cherif lo que nos posibilitaba y exigía asumir riesgos artísticos y desafíos escénicos. Los planteamientos estéticos se fundamentaron en la creación de un universo apocalíptico, post-punk, con referentes en Blade Runner o Mad Max. Y con los actores hemos viajado desde el expresionismo alemán hasta el tratamiento de la palabra tomando referentes no habituales como Albert Pla, los Polipoètics, Sid Viciux, o El Noi del Sucre, entre otros: queríamos trabajar una palabra con intención, elaborada y nada casual o ingenua. Ha sido un trabajo apasionante, arriesgado y siempre en el filo. Al tratarse de una producción del Laboratorio no he contado con muchos de mis colaboradores habituales. El proceso de selección de los actores se hizo a través de audiciones (intensas) y el equipo artístico procede también de los creadores del Laboratorio. Ha sido una experiencia fantástica porque hemos hecho un trabajo de compañía pero con las condiciones de un Centro Dramático Nacional y eso, que no debería ser tan raro, es algo inusual todavía en este país. Estoy muy contenta, pero mucho: hemos vivido un encuentro artístico y humano que, probablemente, no quedará reducido sólo a este espectáculo.
¿En qué proyectos has participado durante el último año?…
Dirigí una lectura dramatizada para el Instituto Goethe, “El niño que vuela”, de Roland Schimmelpfennig, un autor interesantísimo que me gustaría ver en los escenarios madrileños; hice la coordinación y asesoría de “Haz clic aquí” el “Escritos en la Escena” de José Padilla para el CDN; he estado escribiendo y poniendo en marcha una compañía de teatro, “La Radical”, con la que voy a estrenar, entre otras cosas, “Las neurosis sexuales de nuestros padres”, de Lukas Bärfuss y “El mal de la piedra”, de Blanca Doménech. También he impulsado, con otros compañeros, La Liga de las Artes, un colectivo de profesionales, empeñados en recuperar el uso y buen uso de los espacios públicos.
¿Cómo crees que están afectando los recortes y el aumento del I.V.A. a los proyectos de teatro?…
Que nadie se lleve a engaño: los recortes están afectando fundamentalmente a los creadores y a las empresas pequeñas e independientes. La gran mole administrativa, que más que administrar parece pensada para ahogar y sofocar la creación, continúa casi intacta. De “la cultura” viven, y siguen viviendo, políticos, cargos, altos cargos, programadores, funcionarios, vividores, periodistas, empresarios de la construcción o de la hostelería…. La mayoría de los creadores y profesionales del sector, no: viven, vivimos, muy mal.
Los recortes han hecho visibles las carencias estructurales del tejido teatral español. Antes había más dinero y se disimulaba o se callaban más bocas, pero las cosas nunca han estado bien. En España sigue vigente un modelo cultural franquista: clientelismo, amiguismo, sectarismo… y detrás de las mínimas estructuras creadas en la transición subyace un pensamiento arcaico que desprecia al creador (si no es famoso) y lo considera un muerto de hambre que vive del cuento, al que hay que dar algo de dinero como el que da una limosna. Así, la relación entre profesionales y administraciones será siempre difícil.
¿Qué montaje que hayas visto últimamente, te ha interesado?¿Por qué?…
Todos los del ciclo “Una Mirada al Mundo”, en especial “Julia” de la brasileña Christiane Jatahy: atrevido, comprometido, formalmente deslumbrante. Me lo pasé muy bien también con “Manifestaciò” de Albert Pla y con lo último que he visto, “La corrupción al alcance de todos”, donde Víctor Velasco ha hecho una apuesta formal arriesgada y muy bien resuelta.
¿Alguna sugerencia para seguir creando y haciendo teatro en tiempos de crisis?…
Artísticamente hay que seguir haciendo buenos espectáculos, el problema es cómo. Desde mi punto de vista necesitamos espacios grandes que nos permitan establecer otra relación con el público y que posibiliten el poder vivir realmente de la taquilla. Estos espacios existen, son públicos y están cerrados o en desuso. Mi opción es la de ocuparlos, programarlos y defenderlos como espacios de bien común. Creo que debemos recordar que a nosotros no nos pagan ni la administración ni los programadores. Nuestros salarios provienen del dinero de los ciudadanos, ya sea a través de las entradas que compran o de sus impuestos, y es con ellos con los que tenemos que ser responsables. Hemos convertido a los intermediarios en los reyes de la fiesta y a los profesionales, en los camareros. Y deberíamos darle la vuelta a esta situación no aceptando la infinidad de condiciones, incompatibles con el teatro, que impone muchas veces la administración.
Si esta postura parece demasiado radical siempre se puede seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora… invierte tu dinero, trabaja en salas reducidas, no cobres o arruínate, llora o seduce al programador, aguanta y calla y, si algún día te va bien, “pilla lo que puedas y que te quiten lo bailao”.
Una tercera opción es irse del país. Muchos lo están haciendo y, lamentablemente, creo que algunos son de los mejores que tenemos.
El Ciclo José Ricardo Morales forma parte de la línea de programación del CDN que recorre el teatro español más relevante de los últimos cien años. José Ricardo Morales es un destacado dramaturgo que se vio obligado a abandonar nuestro país en 1939, al término de la Guerra Civil. Se instaló en Chile donde ha escrito y publicado la mayor parte de su amplísima producción. Dentro de este marco conmemorativo, se presenta un segundo programa: Sobre algunas especies en vías de extinción, dirigido en esta ocasión por Aitana Galán. Es un texto abierto en el que se va describiendo paso a paso el funeral de algo o alguien que ha debido ser muy importante, poco a poco vamos descubriendo que el muerto es el teatro y su función social, al final, el féretro está vacío y no sabemos si es porque se ha salvado el insigne fenecido o porque alguien ha robado la reliquia. Desde la dirección se plantea un funeral esperpéntico en el que varios personajes van mostrando la teatralidad y el absurdo de las situaciones planteadas. La poética de la puesta en escena está enfocada para mostrar la rabia que en estos momentos amordaza la sociedad que vivimos, situando de este modo la acción en un lugar y momento concreto. En las dos propuestas vistas hasta ahora de este autor descubrimos una escritura abstracta e intimista, fruto tal vez del exilio que ha vivido.
Adolfo Simón
¿Cómo surge tu participación en el proyecto del Laboratorio del CDN?…
Me llama Aitana Galán en representación del CDN para proponerme el proyecto. Tres textos diferentes del mismo autor, con tres directores diferentes, y tres propuestas diferentes… Me interesa desde el primer momento.
¿Qué balance haces de tu trayectoria como iluminador?…
El balance es muy positivo. LLevo casi veinte años vinculado al mundo del teatro, al mundo de la iluminación teatral. Mis inicios se remontan al Teatro Universitario de Murcia. El balance profesional ha sido muy bueno. Desde mis comienzos, cuando llego a Madrid, como técnico de luces en compañías privadas, pasando por mi estancia en el Teatro de la Abadía durante ocho años y ahora trabajando como diseñador de iluminación para diferentes directores. Es totalmente satisfactorio.
¿Cuáles han sido los proyectos para los que has realizado un diseño de iluminación en el último año?…
«Julio César» con dirección de Paco Azorín. He trabajado en la CNTC, realizando «El Lindo Don Diego» con dirección de Carles Alfaro. «Esperando a Godot» para el CDN con dirección de Alfredo Sanzol. «Días sin gloria» con dirección de Fefa Noya para el CDG. «No se elige ser un héroe» con dirección de Roberto Cerdá, producción de Mutis a Escena. Con la compañía Nao d´ Amores «Penal de Ocaña» con dirección de Ana Zamora. «Ejecución hipotecaría» de K Producciones, dirigido por ADolfo Fernández… Entre otros proyectos.
¿Cuando te llega la propuesta de un proyecto te dejan margen de creación o te piden lo que necesitan?…
Si. Es una combinación entre lo que te piden y lo que tu puedes aportar al proyecto. Considero que un proyecto teatral surge de una combinación de disciplinas artísticas que están coordinadas por el director. En lo que concierne a la iluminación intento aportar todo aquello que pueda ayudar al espectáculo en su conjunto.
¿A partir de qué creas los diseños de iluminación?…
Son muchos los factores que inciden para la creación de un diseño.
Comienzo el trabajo por una primera lectura del texto, una aproximación, llamémosle, limpia de intenciones, un dejarse impregnar por lo que el texto nos dice. De esta lectura se van a desprender las primeras impresiones generales, a la búsqueda de una perspectiva necesaria para más tarde, a posteriori, adentrarme en un análisis más profundo y pormenorizado.
El texto, de primeras, suele darnos un espacio y tiempo determinados que, en su interpretación, el director podrá modificar en mayor o menor medida. Será también el director el que establezca, sobre todo en el transcurso de las primeras reuniones de equipo, las pautas a seguir para mostrar lo que él defina como lo esencial del montaje. Partiendo de esta base, el devenir del proceso creativo se irá trazando en posteriores reuniones y, fundamentalmente, durante los ensayos, que para mi son esenciales para el trabajo de creación, y consistentes en lo que su propio nombre indica: ensayar, probar para desechar, y así poder encontrar los elementos artísticos que puedan confluir en la puesta en escena final. Los utilizo fundamentalmente, para hacer el guión o la dramaturgia de la luz que más tarde plasmaré en la puesta en escena, es decir, realizo bocetos de guión, una especie de story board, que durante el montaje iré perfilando hasta el mismo día de el estreno. En esta parte del proceso, el papel de la dirección artística es crucial para llegar al final del camino con una estructuración de imágenes e ideas subyacentes que estén al servicio de esa esencia del trabajo que mencionamos.
También la documentación, es decir, recabar la información que considero necesaria para el proyecto, supone uno de los puntos más importantes y divertidos a la hora de desarrollar el trabajo.
En sentido, suelo trabajar mucho con imágenes, sobre todo pintura, fotografías, y también con videos y películas que puedan estar relacionadas de alguna manera con el tema que trate el texto.
¿Qué iluminadores tienes como referencias?¿Por qué?…
Uno de mis primeros referentes cuando empece fue Robert Wilson, quizás por ese universo tan particular que crea en sus montajes, y que en un primer momento llama poderosamente la atención. Visualmente, siempre me han llamado la atención figuras como Vittorio Storaro, Gordon Williand, Gregg Tols, importantes directores de fotografía. Y en España, son referentes para mi trabajo maestros como Juan Gómez Cornejo o Francisco Leal. También lo fue el desaparecido Josep Solbes. Son las primeras fuentes en las que bebí.
¿Hay una carencia de formación a nivel iluminación en la profesión teatral de nuestro país?…
Creo que cada vez está mejor, se lucha para ello. Pero sí, es evidente que estamos muy lejos de disponer una formación adecuada y profesional en el sector del diseño de iluminación teatral.
¿Cuál ha sido tu formación en esta materia?…
Mi formación es y ha sido totalmente autodidacta. Como decía más arriba empece en el Teatro universitario de Murcia (estudiando Filología hispánica), y mis conocimientos los he adquirido a través de mi interés por aprender y por la práctica de mi trabajo, por la experiencia adquirida a lo largo de los años.
¿Qué iluminación has visto últimamente que te haya interesado?…
El último espectáculo de teatro que he visto ha sido «El viaje a ninguna parte», con iluminación de Juan Gómez Cornejo. Me gustó mucho su trabajo.
¿Están bien dotadas técnicamente las salas actualmente?…
Depende. Hay de todo. Pasas del todo a la nada. No existe un equilibrio, lo que implica que los montajes teatrales sufran fuertes adaptaciones para poder moverse.
¿Se nota la crisis actual en la demanda de iluminación?…
Si se nota, como creo que en todo. Seguimos trabajando pero las condiciones económicas y de infraestructura de montaje se han rebajado de manera considerable.
¿Alguna sugerencia para seguir creando en tiempo de crisis?…
Creo que lo importante en nuestro trabajo, tanto en tiempos de crisis como en cualquier otro, es no perder nuestra ilusión y amor por este oficio que considero una profesión tan digna como otra cualquiera, y a la que hay que dedicar todo nuestro esfuerzo.
¿Qué proyectos tienes entre manos?.
Ahora mismo estoy trabajando en el CDN en el Ciclo de José Ricardo Morales, y también en una ópera (coproducción del Teatro del Liceo y el Teatro del Canal), «La voz humana» con María Bayo y dirigida por Paco Azorín. También hay un proyecto para el Festival de Mérida. Para después del verano, una «Carmen» para el Teatro de la Zarzuela dirigida por Ana Zamora y un «Don Juan…» dirigido por Blanca Portillo.
¿Cómo surge tu propuesta para Escritos en la escena?
Hace casi tres años me topé con una noticia que me llamó poderosamente la atención. Se trataba de la caza de brujas a la que unos muchachos se vieron sometidos después de que un abogado colgase el vídeo de una paliza que grabó desde su balcón con el objeto de que los internautas identificasen a los agresores. La respuesta fue inmediata, el acoso a los supuestos culpables fue bestial. Finalmente resultaron ser inocentes, pero el mal ya estaba hecho. Creo que las aristas dramáticas y la ausencia de conclusiones sencillas convierten esta historia en una obra de teatro pidiendo ser escrita. Ciñéndome a esto presenté mi propuesta al CDN y felizmente fue aceptada.
¿Por qué te intereso el tema que tratas en Haz clic aquí?
Por lo que te mencionaba antes: no hay respuestas fáciles en un tema así. Por supuesto, podemos optar por aleccionar, pero creo que eso no conviene a nadie, ni, por supuesto, al público ni tampoco a los que creamos historias. Es mejor proponer un foro de debate y creo que Haz clic aquí responde a este parámetro.
¿Cómo ha sido el proceso de creación del texto?
La palabra que me viene a la cabeza es enriquecedor. Se ha ido conformando en el trabajo a diario con los actores, un elenco fantástico con el que he tenido la suerte de contar. Las situaciones dramáticas que en el texto se dan las hemos encontrado en la sala de ensayos y eso, para un dramaturgo, es muy placentero. De alguna manera las situaciones te sorprenden de la misma manera que más tarde harán con el espectador. Me gusta mucho trabajar así.
¿Cómo ha sido el proceso de creación con los actores y el resto del equipo?
Mediante juegos e improvisaciones fuimos tejiendo una red dramática. Poco a poco los personajes iban adoptando su caracterología y en la interacción con los demás las situaciones iban apareciendo. Mi labor era la de dar forma dramática a todo el material y seleccionar que era susceptible de ser contado en el escenario, pulir y sobre esto rescribir. Pero lo cierto es que todo lo que se creó, lo desechado incluso, de alguna manera aporta al resultado. Con el equipo técnico del CDN, el de producción y desde luego con Aitana Galán, coordinadora de Escritos en la escena, el entendimiento ha sido inmejorable, todos han sumado para que Haz clic aquí se hiciera el mejor texto posible, y las visiones de todos han ayudado considerablemente a mi labor. No les puedo estar más agradecido.
¿En qué punto del proceso has mostrado el texto y la propuesta escénica?
He de decir que el proceso de escritura no acaba hasta que termina el periodo de exhibición ante el público. Esto es un rasgo fundamental de Escritos en la escena y me parece un acierto. El público ha entrado al mes y medio de haber empezado a trabajar, pero insisto, hasta el día 15 de diciembre no termina la labor de escritura.
¿Qué fase de trabajo faltaría a partir de ahora?
Fijar, limpiar… Y dar esplendor. El lema de la RAE entra como un guante en esta fase del proceso.
¿Cómo está siendo la respuesta del público?
Inmejorable. Sabíamos que estábamos haciendo un trabajo honesto, y siendo consecuentes con ello, probablemente la respuesta no iba a ser mala. Pero ha superado todas nuestras expectativas, la respuesta está siendo muy muy cálida. Esto nos anima a trabajar más y mejor.
¿Qué opinas sobre el Ciclo: Escritos en la escena?
Una iniciativa espléndida que espero tenga una vida larguísima. No son muchos los espacios que se brindan a autores emergentes. Que sea el CDN el que dota de medios a las propuestas de autores de nuevo corte es algo magnífico.
¿Cómo ves el teatro no convencional en la ciudad de Madrid?
Boyante. Propuestas interesantísimas en muchas salas. Tengo la enorme suerte de participar de esta corriente.
¿Crees que están surgiendo nuevas promociones de autores y directores?
No lo creo, lo sé. Esas son las mejores noticias posibles. Se nos están cortando las alas desde según qué grupos de poder, pero nos vuelven a crecer rápido. A la vista está. Esta situación cambiará, y cuando el entorno mejore tendremos a una de las mejores generaciones de todos los tiempos entrenados y con propuestas sólidas sobre el escenario. Insisto: buenas noticias.
¿Proyectos?
Inmediatamente entro a ensayar en El Sol de York, un texto que estrenaremos rozando marzo y que, al igual que Haz clic aquí, firmo y dirijo. Un proyecto que me ilusiona muchísimo.
¿Cómo surge el proyecto Málaga?…
Supongo que eso habría que preguntarselo a Aitana Galán y a Luis Caballero, pero por lo que sé, Luis García Aráus, traductor e íntimo amigo de Aitana, estaba traduciendo Málaga, trás unas cuantas páginas leídas y traducidas, se las pasó a Aitana y ella se enamoró al instante de este texto.
¿De qué va la obra?…
Es una situación muy clara y sencilla, casi una anécdota: una pareja en proceso de divorcio tienen cosas que hacer un fin de semana en el que ninguno de los dos puede quedarse con su hija de siete años. Hasta aqui bien, pero Bärfuss hace desde esta instantánea una inteligente reflexión sobre los prejuicios, miedos, egoismos y escalas de valores mal construídas de nuestra sociedad…
¿Y tu personaje?… Mi personaje es Alex y es el canguro que finalmente se queda con la hija del matrimonio ese fin de semana. Es un joven enamorado del cine, se considera un gran director, es inteligente, ambicioso y embaucador… es un reflejo de una parte de la juventud a la que estamos educando, tiene todas las armas para defenderse y desenvolverse en este mundo pero tiene serios problemas para las relaciones humanas…
¿Hubo ocasión durante el proceso para que los actores aportaseis ideas en la dramaturgia y la puesta en escena?…
Los textos de Lukas Bärfuss carecen de acotaciones, marcas e incluso de signos de interrogación, deja en manos del director y del actor todo lo que no sea dialogo… por lo tanto te da la oportunidad de aportar muchísimo, ha sido un trabajo muy duro y muy gratificante poder bucear en unos personajes tan ricos y tan vivos.
¿Hay algún referente técnico o artístico del que has partido para crear el personaje?…
Realmente no… siempre trabajo desde las herramientas que tengo más a mano, es decir, de mi mismo… sin embargo este Alex me quedaba un poco alejado asi que he buscado en amigos (jovenes directores que se consideran artístas). Aparte de esto, el referente artístico para este autor se acerca bastante a Michael Hanneke o los textos de Ibsen.
¿Cómo ha sido el proceso de creación con la directora durante los ensayos?…
Basicamente… probar, fallar y volver a probar… esto no es ciencia pero la ley de ensayo-fracaso es la única manera de trabajar en el teatro, creo…
El teatro…¿Es importante para ti?…
Creo que es uno de los pilares de mi vida… hoy en día no entiendo la vida sin subirme al escenario, porque en él aprendes a vivir contigo mismo y con lo que te rodea, es una meditación, es casi (o sin el casi, pues tambien tenemos nuestros dioses) una religión. Un amigo me dijo un día que los actores somos enfermos y que lo seremos hasta que nos curemos… no sé cual será la cura, pero la única medicina paliativa es el escenario.
¿Qué balances haces de tus últimos trabajos como actor en teatro?…
No pienso mucho en ello… ni siquiera sé si crezco mucho, poco o nada hasta que ha pasado mucho tiempo… realmente no hago balance de mi trabajo.
¿Te preparas de manera distinta un personaje para tv o teatro?…
El trabajo es el mismo… sólo que en televisión el proceso de ensayos ocurre en casa, buscando y elaborando el papel, también es cierto que una vez empiezas a rodar el personaje debe quedar cerrado y terminado… en teatro el personaje crece y evoluciona tras cada función.
¿Usas algún método?…
Si cada maestrillo tiene su librillo, supongo que cada alumnillo escribe su cuadernillo y en esas estamos, he pasado por muchas escuelas y he cogido cosas de unas y otras, pero al final creo que cualquier método debe pasar por el filtro de uno mismo para ser efectivo.
¿Qué función crees que ha de tener hoy el teatro para la sociedad en la que vivimos?…
Bärfuss dice algo muy interesante y es que «vamos al teatro a disfrutar de lo horribles que somos…», es muy hermoso ver al teatro como una gran universidad de los sentimientos y las emociones… creo que esa debería ser su función principal.
¿Crees que afectará mucho la subida del I.V.A. y los recortes al teatro?…
Creo que no tiene sentido hacer lo que se hace con la cultura en este país… afecta al teatro la poca importancia que se le da… y es una lástima, ahora que el público estaba valorandolo como se merece, ahora que la gente estaba interesada por lo que ocurría en las tablas y en las tarimas españolas, que nuestras autoridades mantengan su desdén hacia nuestra profesión… es una lástima porque sólo con ver hablar a nuestro ministro descubres que no ha ido ni ha leído mucho teatro… no debo hablar de este tema porque me enciendo en exceso.
¿Qué obra has visto últimamente que te haya interesado?…
El otro día me quedé a ver «Absolutamente comprometidos».
¿Por qué?…
Porque Kike Guaza es un animal… es esquisitez interpretativa…
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