Nace «On Bank» el primer banco del teatro en el mundo
Se ha inaugurado un nuevo proyecto cultural de la mano de Luis Álvarez, José Mota y Santiago Segura: El gran teatro Príncipe Pío ha acogido el nacimiento de un banco pensado para las personas que hacen teatro. Su objetivo es financiar el mundo del espectáculo basándose en el talento y no en lo que se posee materialmente. ON BANK nace con vocación de ser parte vital en la industria del entretenimiento en España. Por eso es un proyecto non for profit.
Todo el beneficio que se obtenga de las producciones se reinvertirá automáticamente en futuros proyectos culturales, artísticos y en el lanzamiento de nuevos talentos. Este proyecto es posible gracias a entidades privadas y cuenta con el apoyo de Bankia para ayudar que se haga realidad. Su intención es hacer en 10 años una producción de 10 espectáculos por año y presentar así 100 espectáculos.
Para ello se va a restaurar la vieja estación secundaria de Príncipe Pío que se convertirá en un gran teatro y otras dependencias en las que dar cabida al mundo del espectáculo.
La presentación tuvo lugar en la carpa provisional del Gran Teatro Príncipe Pío, una carpa que rememora el viejo cabaret berlinés con su decoración estilo art decó y en la que ser reunieron numerosas personalidades del mundo de las finanzas y el espectáculo para apoyar el proyecto.
Esperemos que muy pronto podamos contar con los beneficios de esta inversión.



«Proyecto Homero» de #LAJOVENCOMPAÑÍA en el Conde Duque
Es importante poder transmitir a los jóvenes la cultura clásica y sus discursos de alguna manera, ya que son plenamente actuales y nos ayudarán a comprender muchos de los hechos que suceden hoy en día. Hay profesionales que se están encargando de esto a través del teatro, rompiendo moldes y acercando la cultura a los más jóvenes de una manera actual y comprensible.
#PROYECTOHOMERO se compone de dos obras Ilíada y Odisea, adaptadas por Guillem Clua y Alberto Conejero respectivamente, dos dramaturgos contemporáneos que comprenden perfectamente la complejidad que conlleva enfrentarse a los textos de Homero y que han sabido adaptar y transmitir de diferente forma: Clua destripa cada personaje de Ilíada y nos expone de manera esquemática, pero concienzuda, toda la obra a través de las voces de los personajes que van pincelando lo que ha supuesto la guerra para ellos. Con este esfuerzo es fácil atraer a un público acostumbrado a ver Juego de Tronos pero que no conoce el «germen» de su cultura.
Conejero asume el viaje de Ulises y su hijo Telémaco en Odisea de una manera más narrativa, describiendo episodios fundamentales en la mitología y desgranando un recorrido que reflexiona acerca de nuestro propio recorrido vital. Ambas dramaturgias están dirigidas por José Luis Arellano, situándolas en un escenario sencillo, con unas gradas y una plataforma giratoria en medio que provoca la concentración en la actuación y en el entendimiento del mito y ofrece una versatilidad a la hora de enfrentarse a dos obras diferentes sin tener que realizar cambios rotundos.
Es necesario, pues, dar las gracias a #LAJOVENCOMPAÑÍA al tomar este tipo de iniciativas que suple el gran vacío que el sistema educativo no llena con una simple asignatura de cultura clásica y también es necesario recomendar a todos los profesores y educadores que se interesen por el teatro como método de enseñanza y chispa que prenderá la curiosidad por el conocimiento en nuestras futuras generaciones.
Luis Mª García Grande.

«Historias de Usera» en el Español
Poesía y realidad se unen en un testimonio dejado por la sala Kubik para la posteridad. Podría ser cualquier barrio, pero sucedió y se imaginó por varios autores para que se desarrollase en Usera. Alfredo Sanzol, Miguel del Arco, José Padilla, Denise Despeyroux, Alberto Olmos y Alberto Sánchez-Cabezudo imaginaron una pieza que demuestra que es posible compaginar la realidad de la sociedad y de quienes viven en ella con la fantasía del autor. En un espacio que podría ser cualquier rincón del barrio, se suceden una mezcla de historias bien enlazadas que atrapan al espectador por su poesía y belleza. Una pieza en la que intervienen actores amateurs, del propio barrio junto a grandes profesinales y que reflejan la cara social y comprometida de la que ha sido una de las salas punteras en los últimos años y que el Teatro Español ha apoyado rescatando un viaje de vivencias que, representando a un barrio periférico de Madrid, no dejan de ser universales.
Luis Mª García.

400 + 1 entrevistas
Vamos a empezar el año cuarto de QRLA, hasta hoy hemos publicado gran cantidad de eventos y notas informativas…Y hemos publicado 400 entrevistas a diferentes creadores artísticos para promover sus proyectos…Antes de seguir con nuestra tarea y con la entrevista 402, hemos pensando en incluir en la revista la entrevista que hace unos días publicó ABC al director de QRLA, Adolfo Simón, así conoceréis más a fondo a nuestro equipo. Esperamos que os interese.
Luis García-Grande
Co-director de QRLA
«El sentido del arte es situar a la sociedad ante los temas que ha de resolver»
Autor, actor, director y pedagogo, el nombre de Adolfo Simón está detrás de algunas de las más originales y atrevidas apuestas escénicas de nuestro teatro

JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN – @ABC_Cultural Madrid 13/09/2016
Nacido en Torrent (Valencia) en 1959, Adolfo Simón ha impulsado propuestas teatrales de concienciación contra el sida y de reflexión sobre el 11-M, entre otras iniciativas de fuerte compromiso social, ha dirigido con audacia, intensidad y hondura un buen puñado de textos de autores contemporáneos, ha escrito obras que se interrogan sobre las incertidumbres del ser humano («No fue un sueño», «¿Hay alguien ahí?», «Jack», «Sebastián», «Kromlech» , «David & Goliat»…), hace teatro de objetos y teatro para bebés, y en verano activa el Centro Dramático Rural en Mira (Cuenca). Es un animal de teatro que se suele mover por los márgenes situados fuera de los focos y en territorios mestizos donde los géneros se confunden. En esta entrevista traza una cartografía de su universo creativo.
Empecemos por el final. Sus dos últimos montajes, «Books» y «Karenina Express», son delicados ejercicios de teatro de objetos. ¿Puede explicar cómo ha llegado a ese proceso de depuración no sé si minimalista?
Las crisis pueden ser una oportunidad. Desde el principio de mi carrera artística no solo ha habido crisis económicas, también las hubo creativas, pero no lo consideré un obstáculo sino una posibilidad para reflexionar o indagar en otra dirección; curiosamente, esas crisis o las trabas que han podido surgir, no han hecho más que servirme de estímulo para defender la intuición que me ha movido siempre. Durante tres décadas he desarrollado diferentes proyectos, persiguiendo siempre aquello que creía era necesario para mí como creador y para un público de este tiempo. En otros momentos he apostado por textos y autores contemporáneos, poco a poco he ido buscando lo esencial y sencillo en la escena, tras un año y pico de pausa creativa, investigando otras dinámicas y poéticas, indagué en el teatro de objetos y lo conecté con los libros de artista, me encerré un tiempo en un espacio rural de creación y ahí surgieron «Books» y «Karenina Express»: el silencio y la poesía visual como propuesta para unos tiempos llenos de dolor y desencanto existencial.
En su universo teatral, parece que le interesa o pesa más lo pequeño que lo grande.
Siempre digo en broma que cuando tenga la ocasión de hacer un espectáculo con cuatrocientos focos no sabré qué hacer con ellos. Nunca he buscado el efectismo, siempre he trabajado desde lo accesible a nivel material y humano, teniendo muy en cuenta qué quería contar para que la escena no fuese un espacio sin discurso ético, un territorio de confusión; prefiero iluminar con una vela o susurrar al oído que mover grandes plataformas y elementos en un escenario para no contar nada.
Repasando su carrera, se percibe que tiene especial interés por los proyectos teñidos de compromiso social (concienciación sobre el sida, 11-M…). ¿Por qué?
Hablaba al principio de crisis, en las múltiples que he tenido para profundizar en mi imaginario, hubo un antes y un después de los terribles atentados del 11-M. A todos nos afectó muchísimo; aquel día recuerdo que iba a un ensayo que se suspendió y cuando volvía para mi casa sentí que era un zombi perdido en la ciudad. No pude ayudar en nada aquellos días, me quedé bloqueado; pasado un tiempo, decidí que, si era un hombre de teatro, tenía que hacer algo desde la escena para aliviar aquel horror y dolor que se había instalado en nuestra ciudad. Convoqué a autores, a once, para que escribiesen un texto breve sobre los hechos y así surgió «11 voces contra la barbarie». A estas voces se sumaron otras del mundo de la escena y de la sociedad civil y aunque fue complicado, al año siguiente llenamos de teatro los escenarios de Madrid para reflexionar sobre este atentado terrible.
Antes había buscado textos que hablaran sobre las desigualdades o temas que preocupasen a la sociedad en cada momento, pero el discurso directo y comprometido fue otro tras el 11-M. A partir de entonces, todos los años realizo con alumnos o profesionales acciones escénicas para seguir alertando sobre el sida, la violencia de género, la inmigración, el racismo, la pobreza o la identidad sexual. Es extraño que algo terrible como el 11-M me permitiese ver con claridad dónde tenía que poner el acento ético en mi trabajo. Después vendría… «Grita: ¡Tengo sida!», «Heridas», «Teatro x alimento»… Para mí es necesario situar a la sociedad frente a los temas que ha de resolver, ese es para mí el sentido del arte.
Tras sus comienzos en Barcelona, se trasladó a Madrid en 1983 y aquí sigue. Ha estado vinculado a la Sala Cuarta Pared. Cuéntenos ese itinerario y por qué decidió establecer en Madrid su campamento.
Aunque nací en Valencia, mi padre era de Madrid y siempre se hablaba de esta ciudad como un lugar especial, pero al que no vinimos nunca durante mi infancia y adolescencia. El paso por Barcelona fue casual, aproveché la oportunidad para desplazarme a allí a trabajar muy joven y no lo dudé, aunque siempre estuvo Madrid en el punto de mira. De nuevo, no ir directo a los lugares me permitió descubrir el teatro en la Ciudad Condal donde estaba en plena efervescencia. Ver los primeros trabajos del Teatre Lliure y el ambiente de aquella ciudad me dejó una impronta importante para el devenir de mi trabajo posterior. Pero tenía que llegar a Madrid, una vez aquí tardé en encontrar un lugar con el espíritu que había vivido en Barcelona. Aquí, en Madrid todo estaba cambiando, pero todavía había muchos lastres de las formas de hacer de otra época. Cuando descubrí Cuarta Pared en la sede original, en la calle del Olivar, sentí que había encontrado mi lugar. Ahora hay actividades para niños en todas partes, pero no puedo dejar de recordar que en los principios de los noventa fue en Cuarta Pared donde realicé los primeros talleres para niños y jóvenes en esta ciudad. Fue una experiencia hermosa en la que ya intentamos hacer algo más que divertirnos. Ha pasado un cuarto de siglo y ahora hay muchas posibilidades de ocio y aprendizaje en nuestra ciudad a las que se acude asiduamente, pero aquellos principios fueron difíciles a la hora de plantear otra poética escénica, muchos compañeros se quedaron en el camino y aun así, se construyó un circuito y formas de hacer para la escena que han nutrido mucho a otros espacios y profesionales «a posteriori» y que, esta última crisis que estamos viviendo y la mala gestión cultural de nuestras instituciones casi ha desahuciado; no solo se echa a personas de sus casas, a veces también se expulsa al teatro de los escenarios y casi nadie protesta sobre esto cuando la cultura es tan importante y necesaria como la educación o la sanidad para el desarrollo del ser humano.
«La cultura es tan importante y necesaria como la educación o la sanidad para el desarrollo del ser humano»
Ha trabajado con textos de bastantes autores españoles contemporáneos y usted mismo es también dramaturgo, ¿se atreve a aventurar un diagnóstico sobre la salud de nuestra literatura dramática?
En mi primera etapa como director, que casi duró dos décadas, tuve la suerte de llevar a la escena obras de autores como Sergi Belbel, Juan Mayorga, Rodrigo García, Angélica Liddell, Raúl Hernández Garrido, Beth Escudé i Gallés, José Ramón Fernández, Carlos Be, Francisco Nieva… Y muchos más. En aquel tiempo todos estábamos trabajando y aprendiendo, descubriendo y redescubriéndonos… Siempre me ha movido la curiosidad, encontrar nuevos discursos literarios, escénicos o formativos. Así he indagado en nuevas
dramaturgias, cabaret, «clown», danza contemporánea, todas estas experiencias han ido conformando mi particular manera de entender la escena. Ahora creo que todo es demasiado inmediato y que no hay conexión entre las disciplinas. En los noventa organicé y dirigí en Cuarta Pared los cursos «Aforo de verano», allí acudían a estos talleres todo tipo de artistas o estudiantes, los bailarines hacían dramaturgia y los autores indagaban en el «clown», había mucha curiosidad y necesidad de descubrir nuevas formas que solo se podían apreciar en lo que fue un referente para todos nosotros en aquella época, el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas. Hoy tengo la sensación de que se hace un cursillo y ya se cree que se conoce la materia y se pone en marcha y se expone frente al público de inmediato. Creo que hay mucha confusión en el panorama, habría que darle la oportunidad al público para que opinase más. Creo que habría que distinguir en la cartelera qué está en proceso, de prueba o ya es una propuesta definitiva. Si volviese a dirigir textos de autores de hoy, habría, no obstante, unos cuantos nombres sobre los que me interesaría trabajar en su poética.
Es uno de los pocos directores que ha montado una obra de Angélica Liddell, «Nubila», autora muy celosa a la hora de dirigir sus propios textos. A mí me pareció un montaje formidable. Háblenos de la experiencia.
Sumergirse en la obra de Angélica Liddell es una experiencia transformadora si lo haces sin límites y honestamente. Aún recuerdo aquel verano en el que nos encerramos todo el equipo y yo en una sala de ensayos. Allí entramos para descubrir sin pretenciosidad que se escondía tras las palabras y las imágenes de «Nubila». Angélica ha sido para mí, junto a otros dos o tres autores a los que he dirigido, una oportunidad de sentir que todo el material y el proceso es un enigma, un trayecto que no sabes cómo terminará y ni si sobrevivirás a él. Recuerdo que se escribía, durante la representación, el texto en unos paneles de papel, al revés y alguien me dijo que esa era la escritura de la muerte. Creo que Angélica escribe en trance, como una médium y si estás disponible, la experiencia de trabajar en su obra se convierte en eso, en un rito ancestral donde el tiempo se detiene y te obliga a caer en un abismo del que van surgiendo flores monstruosas de gran belleza que hablan por sí solas en la escena, creando un universo único y transformador para quien lo hace y quién lo observa desde el escenario. Seguramente, «Nubila» fue una de las experiencias en las que más crecí como director que intenta escribir en escena entre las líneas del texto del autor.

«Angélica Liddell ha sido para mí, junto a otros dos o tres autores a los que he dirigido, una oportunidad de sentir que todo el material y el proceso es un enigma»
También ha hecho talleres de teatro para bebés, un ámbito en el que habla de dramaturgia invisible. ¿Cómo es ese teatro? ¿Difiere mucho en lo esencial del teatro para adultos?
Mi curiosidad me ha llevado también a conocer a fondo el teatro para la infancia, leyendo, escribiendo, asistiendo a espectáculos, etc. Siempre digo que el teatro para niños no se hace, salvo excepciones, con el respeto que merece. Por suerte esto ha cambiado bastante en los últimos tiempos. Cuando descubrí el teatro para bebés me quedé fascinado, era un espacio donde la sensorialidad, las artes plásticas, la poesía se instalaban para crear diminutos universos con los que captar la atención de los más pequeños. Conseguí realizar algunas propuestas tanto aquí en España como en Argentina y Chile.
Toda esta indagación me llevó a elaborar un taller donde la tarea fundamental era construir una dramaturgia exenta de palabras, había que «escribir» con otro tipo de lenguajes y las posibilidades que surgen entonces son maravillosas, de nuevo, un espacio diferente en el que desarrollarme como hombre de teatro. Creo que no es erróneo cuando aparece la publicidad en la que dice: «Teatro para espectadores de 0 a 100 años» porque al final, lo que se propone es un viaje poético y vivencial que a todo tipo de espectadores le puede beneficiar. Al principio era complicado que entendiesen este tipo de propuestas porque requería de otro tipo de disposición en la escena, otra relación escena-público, ahora ya se tienen más oportunidades de ser programadas estas obras, pero eso también ha llevado a que a cualquier cosa se le llama teatro para bebés y debiéramos ser más serios a la hora de elaborar o programar este tipo de propuestas porque es para el imaginario más frágil, el de los bebés y lo que ahí se siembre, generará el público del mañana.
Autor, director, actor. ¿Una esquizofrenia llevadera? ¿Cómo combina todos esos aspectos de la creación escénica?
Procuro estar atento, en los espacios de pausa o crisis que vivo, para escuchar hacia dónde he de dar el paso siguiente, a veces es un trayecto interesante y en otras ocasiones he de dar un giro porque me había metido en un paisaje creativo donde no me sentía cómodo ni útil. Si no siento que lo que hago está conectado profundamente, termino huyendo de allí. Prefiero estar en ningún lugar o viajando a ninguna parte que quedarme en un espacio cómodo y de funcionario que cumple su horario y punto. Tanto cuando gestiono, imparto talleres, escribo, dirijo o en las pocas ocasiones que he actuado, he de sentir que he de hacer eso porque va a tener sentido y utilidad para mí y para quien tenga contacto con ello, sin pensar en el éxito económico y social ni en la trascendencia; si ese hubiera sido mi objetivo, habría movido los hilos de mi carrera de otro modo. Al final, esta locura de jugar al teatro y a mil roles, es lo que me ha salvado de la locura personal, si el teatro no se hubiera cruzado en mi vida no sé qué habría sido de mí.
Mantiene asimismo una faceta pedagógica que, supongo, le exigirá un proceso de reflexión y clarificación de muchos conceptos de cara a quienes escuchen sus lecciones. Comente, por favor, esa faceta de sus actividades.
Cuando me preguntan por qué imparto clases siempre dejo claro que no es por tener unos ingresos mensuales sino porque de ese modo sigo aprendiendo yo también. Para mí, mis clases, que en estos momentos imparto dentro de la asignatura de dramaturgia en el curso regular de Cuarta Pared, me permiten seguir en contacto con todo lo que surge cada año en cualquier disciplina escénica o artística y una vez experimentado por mí, lo comparto con los alumnos. Además, he de seguir indagando en toda la documentación que tenemos desde el origen del teatro hasta hoy. Así que es una experiencia inagotable que me ayuda a seguir creciendo y descubriendo para transmitirlo en las clases, con el objetivo primordial de que los que asisten a ellas se interesen en esta profesión no como seres manipulables sino como personas con criterio e identidad. Vivimos tiempos en los que la manipulación está al pie de la calle y es muy fácil conseguir que un joven termine siendo un clon tuyo o que piense como uno. A mí lo que me interesa en ponerles en contacto vivencial con el arte en todas sus múltiples facetas y que ahí, descubran y construyan su propio ideario. Sé que no son tiempos propicios para la ética y la poética, pero mi deber es transmitirles valores y herramientas, después, ellos tendrán que elegir y moverse en esta sociedad compleja para encontrar su propio lugar, en el teatro o en la vida.
«Realizo acciones escénicas para seguir alertando sobre el sida, la violencia de género, la inmigración, el racismo, la pobreza o la identidad sexual»
Ha creado un Centro Dramático Rural en un pueblo de Cuenca, con cursos, jornadas culturales y hasta un concurso de piezas breves de teatro. ¿Cómo surgió el proyecto y se ha ido desarrollando?, ¿cómo acogen los vecinos esta experiencia singular?
De nuevo, la casualidad o la causalidad de este largo viaje me ha llevado a volver a los orígenes, a Mira, el pueblo de mi madre donde iba en ocasiones a visitar a mis padres y donde me dejaron una pequeña casa en el centro del pueblo cuando murieron. Si yo hubiera tenido que elegir un lugar donde instalar un espacio de creación seguramente no habría sido en este pueblo pero, ahí llevo varios años apuntalando un espacio donde convoco a cómplices artistas que van a vivir allí experiencias y dejan su impronta en las calles y recovecos del lugar. Sin la generosidad de todos ellos no habría sido una realidad que hoy, tras mucho esfuerzo y empeño, empieza a tener sus pequeños frutos, allí hemos llevado a cabo, gracias a los audiovisuales que ha realizado Garcygrande sobre los mayores del lugar, cuatro documentales a los que hemos llamado «Retratos de memoria». La peculiaridad del lugar hace que cada calle esté separada por un pequeño muro blanco y he convocado a jóvenes artistas de artes plásticas para que vayan llenando los muros con su arte, creando así el «Museo en los muros de Mira-Arte al aire libre», algo que cuidan los vecinos cuando no estamos allí y que me enorgullece mucho porque al final es para ellos, para que el pueblo sea cada vez más hermoso y atraiga a gente de otros lugares. También han residido allí, en estancias creativas, profesionales de la talla de Sonia Megías o Mónica Runde para poner en marcha sus nuevos proyectos. Y la otra propuesta que está teniendo cierta resonancia es el Certamen de Textos Breves de Teatro Francisco Nieva del que ya se han realizado dos ediciones en las que se han presentado y seleccionado textos de autores tan importantes como Guillermo Heras, Pedro Víllora, Chema Rodríguez-Calderón, Raúl Hernández Garrido o Rafael Ruiz Pleguezuelos. Este año se presentarán los textos de la segunda edición en el Salón Internacional del Libro Teatral de la Asociación de Autores de Teatro en Madrid. Todos estos pequeños logros sé que irán creando un eco en aquel lugar de La Mancha del que ahora sí quiero acordarme.
Por último, el futuro. ¿Qué proyectos tiene entre manos?
Pues llevar «Books» a la Casa do Marioneta dentro del Festival Muscarium #2, Festival de Artes Performativas em Agualva, Cacém, Sintra, en octubre y seguir buscando lugares donde mostrar esta pieza y «Karenina Express». El nuevo curso de Dramaturgia 2016/17 en Cuarta Pared. La preparación del programa para el año que viene en el Centro Dramático Rural, donde habrá más danza, fotografía, artes plásticas, teatro y nuevas estancias de creación; probablemente la primera con una universidad americana que nos tiene muy ilusionados. Y, sobre todo, seguiré indagando en mis últimas búsquedas escénicas sobre el teatro de objetos y libros de artista, concretamente en dos piezas que ya están en proceso: «ABC», un libro caja-teatro que espero estrenar a primeros del año próximo, y «Álbum», el teatro de sombras más pequeño del mundo. De todo esto espero hablar más cuando se presenten. Y lo más importante, seguir atento a mi discurso personal, huyendo del ruido que nos aturde en esta sociedad deshumanizada.
«La asamblea de las mujeres» en La Latina
Imaginen una Atenas un poco a la española, en la que Lolita dirige el cotarro para dar un pequeño golpe de estado… ¿Se acuerdan de esa canción de su madre hablando de las elecciones? Pues imagínense a la hija reivindicando un poder en femenino y bastante comunista en un personaje a su medida…La verdad es que se nota que lo que se mama permanece en la sangre.
Echanove ha echado mano de sus recursos más castizos para rememorar esta obra de Aristófanes y llevarla a Mérida primero y, ahora, a La Latina, teatro de la comedia a la española por excelencia. Con actores bastante conocidos, casi una extensión del Cuéntame, nos encontramos un teatro abarrotado de público heterogéneo -no sé yo si quedarán entradas-que nos muestra que cualquier clásico puede ser actual y poner en jaque los parlamentos más enquistados (¿les suena a algo?). Y yo me pregunto, Lolita: ¿No ganarías más en la política?
Luis Mª García Grande

Mis cosas preferidas en La pensión de las pulgas
Una actriz y cuatro personajes. Una buena excusa para demostrar la capacidad de interpretación del actor, de Valeria Giorcelli. Prueba superada: la actriz es camaleónica y perfecta para encarnar a su personaje y el de todas sus amigas.
Brenda recibe en su casa a sus amigas, unas amigas muy especiales, sus mejores amigas, para hablar de su vida después de un largo tiempo y revisar sus cosas preferidas, tal y como proponía la famosa canción de «Sonrisas y Lágrimas». Brenda no tiene la cabeza muy en su sitio, pero aún así sabe que no hay que saltarse las exquisitas reglas del protocolo del té, de la recepción y acogida del invitado y del planteamiento de esta reunión social informal, pero regida por todas esas normas protocolarias, esas reglas del juego entre las que se van intuyendo unos lazos eléctricos que se van tensando entre invitado e invitado y norma y norma. Es una cita casi a ciegas, una cita imaginada en la que la protagonista va entretejiendo las redes de sus relaciones y desmadejando toda una visión de su vida con desenlace inesperado… ya que muchas veces el protocolo es una mera capa de barniz para cubrir las relaciones tóxicas.
La propuesta es todo un caramelo para la actriz y para el público que forra las paredes del refinado saloncito de Brenda en La pensión de las pulgas y tenemos la oportunidad de verla de nuevo durante este mes.
Luis Mª García Grande

«Pánico» en el Teatro Lara
Ojalá pudiéramos presionar tres teclas CTRL+ALT+SUPR y reiniciar nuestro disco duro para formatear todo eso que nos pesa, nos entorpece y transtorna de nuestra mente… para ir más rápidos, seguros y potentes por la vida… pero no es así, tenemos que someternos a procesos mucho más complejos que un simple reinicio. Nuestras herramientas del sistema neuronal no son tan sencillas como un micro-chip y necesitamos de psicólogos, gurús, chamanes, predicadores, consejeros, coach y demás técnicos del cerebro para superar abandonos, crisis, traumas, incomprensiones y desdenes… pero lo más importante es que necesitamos de los demás, de su comprensión y opinión para sentirnos ready.
Mika Myllyahho ha sabido reflejar una mínima parte de estos «apuros del sistema» en un texto con un buen fondo, versionado por Fernando J. López y dirigido por Quino Falero de una manera dinámica y actual. Una buena interpretación por parte de los tres actores que componen el elenco de Pánico hace que esta obra nos sirva de posible antivirus de nuestro sistema.
Luis Mª García
«Karenina Express» los martes en Microteatro
Los tiempos modernos nos empujan al estrés, a la rapidez, al consumo inmediato… ya casi nadie se pone a leer un libro de quinientas hojas para saborear lo más profundo del pensamiento del autor, para tener sensaciones que de otra manera no se consiguen. Ya nadie lee críticas largas, ni se introduce en labores de investigación árduas a la hora de crear una dramaturgia a través de los objetos.
Buscamos vivir rápido y a tope, resumirlo todo o buscarlo en la wikipedia, ver obras de teatro en diez minutos, comerse una hamburguesa basura en otros diez y coger rápidamente el metro para llegar cuanto antes a nuestro hogar.
Pero hay personas que todavía saben sacar partido a esta vorágine y crear poesía en quince minutos con la basura que los demás desprecian, hay gente que puede darte una visión personal de lo que León Tolstói nos proponía y estimularnos para que volvamos a sentarnos en un sofá a leer Ana Karenina y si no… que disfrutemos con la propuesta express al menos. Hay mentes que pueden sacar la esencia más pura de entre la paja y trasmitirla de manera muy asequible, para todos los públicos, con sencillez y naturalidad, después de todo un proceso de investigación dramatúrgica.
Simón Ribes ha creado esta pequeña pieza de tearo de objetos que podemos disfrutar en Microteatro todos los martes de abril y que nos sumerge en el mundo de los libros-arte a través de Karenina Express. En un paisaje siberiano encontramos sepultado un ejemplar muy especial de la obra de Tolstói. Un ejemplar que guarda las sorpresas no sólo en sus letras… sino en la dramaturgia que va a desarrollar a través de los objetos que Adolfo Simón, gran experto en esta materia, manipula con precisión y armonía como si fuese el dios que elige el destino, aunque en este caso, ese destino ya está escrito por el autor y el dios se dedica a ponerlo todo en su sitio, a manipular el amor, la pasión, el odio,la muerte,… pero a su manera.
En definitiva, una micro-obra-poética-artensana-conceptual para disfrutar detenidamente, pausadamente, en otro espacio y tiempo dentro de Microteatro en el que nos sumergimos placenteramente.
Luis Mª García Grande.
«Leche y picón» en Off de La Latina
¿De qué pueden hablar dos locas en tiempos de Fernando VII? Pues decía Quinto Horacio Flaco: Aut insanit homo, aut versus facit – El hombre está loco, o está componiendo versos- Y esto es más o menos lo que hacen nuestras dos amigas en el nuevo montaje de Gaspar Campuzano, de «Leche y picón» encerradas en su celda: componer, crear, imaginar, discernir, sí, sí, discernir, porque ya saben que hay locos muy cuerdos y esta pieza es buen ejemplo de ello. Dos enfermas mentales que han vivido tiempos convulsos, y que saben reírse y parodiar escenas imaginadas de reyes, reinas, napoleones y demás familia que vagan a través de escenas surrealistas y valleinclanescas por una celda que se va transformando a golpe de marcha militar en pasajes casi quijotescos.
Una buena dramaturgia de Javier Padilla e interpretación de Ana Oliva y María Duarte en el Off de la Latina con el gran sello de La Zaranda.
Luis Mª García Grande
«Salomé» en el Teatro Fernán Gómez
Wilde siempre hablaba de belleza en la vida, se rebelaba contra el puritanismo y la mediocridad que se empeñaban en ocultar lo bello y atentaban contra la libertad. Wilde sabía muy bien lo que era la belleza y la falta de libertad y por eso exorcizó todos sus fantasmas a través de la reinterpretación de esta historia bíblica.
No es habitual ver sobre las tablas ya a Victoria Vera y tampoco ver dirigir teatro a Jaime Chávarri pero la ocasión merece la pena. Primero porque Chavarri ha rescatado y adaptado un texto muy sugerente y bello, lo ha montado a la clásica, nada de modernidades ni segundas lecturas políticas sobre el Poder, dándole su toque de dirección que es marca de la casa y segundo porque Vera encarna perfectamente a la musa en que pensó el escritor y recrea no solamente la belleza sino también la maldad,la ira y el despecho necesarios para creernos el personaje, y que demuestra que está en plena forma mental y física interpretando una danza de los velos que pone los dientes largos a más de un Herodes.La coreografía ideada por Ricardo Cué para la danza de los siete velos con música de Richard Strauss es»uno de los momentos clave» de ‘Salomé’.
De entre los demás actores destacan las actuaciones de Manuel de Blas, en el papel de Herodes y de Inés Morales, Herodías.
Pero el montaje adolece de algunos socavones en la escenografía y la iluminación, que no son sugerentes y adolecen de refinamiento necesario para interpretar un texto tan elocuente y que nos traslada a pasajes bíblicos tan exóticos, esto puede ser debido a que, como han afirmado, la obra no ha contado con el apoyo de ninguna subvención pública.
Luis Mª García Grande
«Historia de España en 70 minutos» en Nave73
Los domingos por la mañana podemos hacer un breve repaso de nuestros conocimientos históricos en Nave 73 a través de una comedia que aglutina a los personajes más conocidos de nuestra historia…desde Atapuerca hasta Felipe VI con la compañía Dramákina.
Una idea fresca de Ernesto Filardi que repasa a través de pequeños sketch las anécdotas y personalidad de nuestros habitantes solamente con tres actores que se encargan de transformarse a un ritmo endiablado en personajes tan conocidos como los Reyes Católicos, Fernando VII o Franco… y nos van contando anécdotas y poniéndole su imaginada personalidad, todo muy políticamente correcto, como ellos pretenden, y muy divertido.
Luis Mª García

«Ternura negra» en la Sala Mirador
Si María Estuardo levantara la cabeza y viese a una actriz con un palo de esos del móvil de la mano interpretándola a través de skype seguramente no entendería nada y querría volver a su cautiverio en Tutbury. Si ustedes llegan al teatro y ven esto pueden pensar que Denise Despeyroux se ha pasado de postmoderna. Si luego empiezan a observar elementos paranormales, fantasmas, posesiones corporales inesperadas, apariciones virtuales y otras lindezas puede que incluso se queden pegados al asiento esperando ver qué va a suceder…Todo tiene una explicación y un desarrollo para poder justificar tamañas modernidades.
La obra propone una revisión histórica de la figura de la Estuardo recreando un ficticio montaje teatral en la actualidad sobre su persona y estableciendo paralelismos sobre su pasión amorosa. Una propuesta interesante, bien estructurada y que engancha desde el primer momento que observamos la escenografía y genera curiosidad y tensión dramática a cada instante. La dramaturgia deambula entre la contemporaneidad y el clasicismo permitiendo que los actores demuestren su versatilidad interpretativa y afronten con profundidad cada situación propuesta. Ester Bellver, Joancarles Suau y un virtual Fernando Cayo han sabido sumergirse en la propuesta de Despeyroux y exprimir el texto perfectamente.
Todos estos personajes, actores y fantasmas estarán en la Sala Mirador del 14 de enero al 7 de febrero.
Luis Mª García
«El grito en el cielo» de La Zaranda
Analizar la realidad y comprometerse con la sociedad a través de un teatro reivindicativo y poético y a la vez atraer al público y ser uno de los grupos de teatro punteros en el panorama nacional no es nada fácil, pero La Zaranda sigue sorprendiéndonos en cada montaje y rascando un poco nuestras almas.
En esta ocasión han llegado al Teatro Español para mostrarnos una metáfora poética y expresionista de nuestra vida a través de cuatro viejitos -y lo digo así, sin políticas correctas- que transitan por sus últimas horas en una especie de geriátrico en el que se les imponen unas normas bastante ridículas para mantener su salud y mejorar su escuálida vida. Terapias, rehabilitación, wellness, fitness, yogas, taichís, musicoterapias y otras rutinas y tonterías varias que nos hacen pasar el tiempo pensando en el reposo y bienestar de nuestro cuerpo a través de normas ridículas y apartándonos de soñar y de la libertad de nuestra alma. El pequeño apunte a Lorca, con su poema El Manantial ,en su programa de mano nos lo resume todo en dos versos y nos anuncia lo que veremos.
La pequeña muestra de La caverna de Venus de Tannhäuser , en la que conviven en armonía y felicidad ninfas, faunos y otros seres, apartados de la realidad y viviendo oníricamente pero siendo representada por cuatro ancianos ridículamente ataviados, nos deja una pequeña muestra de las píldoras que fabrica Paco de la Zaranda para administrarnos una dosis de cruda realidad. La escenografía está montada a través de cuatro elementos muy simples pero a la vez muy potentes que nos hacen imaginar todo lo demás: cuatro jaulas enormes que se irán transformando en objetos cotidianos pero que en el fondo siguen con esa estructura enrejada y opresora.
«De aquí no se sale vivo», dice uno de los residentes protagonistas, porque en este montaje esa residencia de ancianos se convierte en una gran sinécdoque de lo que es nuestra vida y de nuestra vida… tampoco salimos vivos.
En definitiva, ir a ver «El grito en el cielo» es intentar liberar un poco más nuestras almas o al menos rascarlas, a ver qué sale.
Luis Mª García.

«Un espíritu burlón» en el Teatro Fernán Gómez
Es un placer sumergirse en una comedia a la inglesa, que escasean en la cartelera madrileña, en la que todo huele a moqueta, té y vermú seco para disfrutar con un buen enredo del dramaturgo inglés Nöel Coward, sobre todo en esos asientos de piel que te envuelven en la sala Guirau del Fernán Gómez y que te predisponen a meterte de lleno en la obra.
El montaje que nos presenta César Oliva exprime estos pequeños estereotipos ingleses pero adaptándolos a la escena española con un montaje sencillo y un resultado más que aceptable que hace que mantengamos la tensión mientras nos reímos con cada gesto esperpéntico de Berta Ojea, con su especial encanto, entrando en trance para invocar a los espíritus que han pasado por nuestras vidas y que nos han marcado, ya sea para bien o para mal…
El diseño gráfico del cartel promete y no defrauda en lo que vamos a ver, cuidado, con un texto introductorio perfecto que te sitúa en la escena y creado para todos los públicos.
Hay que destacar los efectos especiales que se hacen necesarios en estos montajes en los que se invoca al más allá para que nos sorprendan en el más acá.
En definitiva, una comedia para pasar un buen rato, sin más pretensiones pero fácil de ver, de sumergirse en ella y creada para disfrutar de una buena tarde de teatro.
Luis Mª García Grande
Estreno de temporada el el Teatro Español
«El Teatro Español tiene que ser la casa de todos». Con estas palabras, en boca de su director, Juan Carlos Pérez de la Fuente, se ha inaugurado la gala de presentación de la nueva temporada 15-16. Una programación que es la primera completamente seleccionada y dirigida por Pérez de la Fuente y que apuesta por una democracia, innovación y apertura de puertas en el teatro.
La gala ha reunido, para que participen y nos muestren lo que van a hacer, a todos y cada uno de los participantes en la programación en una especie de bosque de sillas dispersas por el escenario por el que se paseaba una espléndida Carmen Conesa ejerciendo de maestra de ceremonias y anfitriona consorte. Una buena escenografía viva para representar esa idea de comunidad teatral en la que cabe todo el mundo y todas las tendencias. Actores, directores, dramaturgos y demás familia como Pepón Nieto, Rossy de Palma, Chevi Muraday, José Luis alonso de Santos, Carmen Elías o José Sacristan se han prestado a representar la nueva temporada cargada de caras conocidas y nuevos talentos que se han consolidado en este arte. Además, hemos podido ver una silla vacía con una gorgera solitaria para dar representación a Cervantes, el gran denostado y olvidado del teatro español que será rescatado a lo largo del año con «El cerco de Numancia».
Entre las novedades que ha propuesto el equipo del Teatro Español se cuentan las siguientes:
- La creación de un nuevo espacio de tertulias «Espacio Pérez Galdós»: Este nuevo espacio situado en un patio-distribuidor en el edificio del Español y que será coordinado por el dramaturgo y director Pedro Víllora y que iniciará la tertulia con tres prestigiosos periodistas al frente: Juan Cruz, Antonio Lucas y Laura Revuelta para hablar del sentir de la calle. En este espacio también se va a dar voz a las nuevas tecnologías para compartir la información y por eso se ha invitado a la mayoría de los bloggers dedicados a las artes escénicas a participar en el proyecto mediante el nombre de #LosLocosdelEspañol.
- El nuevo espacio de exposiciones Andrea D’Odorico que se inaugurará en la Sala de los Balcones del Teatro Español para albergar exposiciones relacionadas con la vida teatral con la exposición «Andrea D’Odorico.Los espejos del alma».
- El teatro en la calle tendrá su manifestación con la nueva iniciativa de El Español en el Barrio de las Letras, que será coordinado por el dramaturgo Alberto Conejero para celebrar en el barrio más cervantino de Madrid los cuatro siglos de la publicación de la segunda parte de El Quijote, uniendo algunas de las voces más significativas de la dramaturgia española contemporánea.
- La apertura hacia el teatro latinoamericano con un nuevo ciclo que aunará obras de Uruguay, México y Argentina.
Pero hay mucho más, aparte de las innovaciones, un montón de programación para todos los gustos y con una excelente calidad que pueden consultar en la web del Español y deambulando por los diversos espacios que se reparten por Madrid.
Luis Mª García Grande
«El arquitecto y el emperador de Asiria» en Matadero
El Teatro Español ha estrenado en Matadero Madrid una de las obras cumbres de Fernando Arrabal que se presenta como un imprescindible para comenzar esta temporada. Imprescindible por muchos motivos: Primero porque Arrabal es uno de los más importantes autores españoles reconocido internacionalmente y del que se ha dicho que tiene una voz propia y característica, y eso nadie lo duda.
En «El arquitecto y el emperador de Asiria» podemos disfrutar de su dramaturgia en pleno esplendor, con el surrealismo brotando y la filosofía flotando por todas partes. Arrabal tiene afilados sus cuchillos y los va hincando rápidamente en la cabeza del espectador con poesía y humor. Nos hace recapacitar a través de dos personajes estrambóticos y ridículos, sobre la gran metáfora de vivir en sociedad, de ser humano y tener que compartir nuestro espacio con otros humanos,con todo lo que esto conlleva. El autor se ríe en nuestra propia cara del complejo de Edipo, de la justicia, de la monarquía y de la política, del poder, del aprendizaje y de todo lo que nos rodea… sin dejar pie con cabeza. Pero todo esto, que nos parece un tema tan actual… se escribió hace cincuenta años…
Además del talento del autor hay que poner también su medalla a Corina Fiorillo, la directora, que ha sabido llevar por buen camino, con destreza dinamismo, a unos espléndidos Fernando Albizu y Alberto Jiménez, que entran perfectamente en ese juego de burla y sátira que caracteriza al autor y a los que no les duelen prendas en enseñar el culo, sin cabeza ni pies, solo el culo, para poner imagen a ese surrealismo desbordado.
Luis Mª García
«El Arte por delante» en el teatro Fernán Gómez
Dentro del festival «Flamenco Madrid», promovido por el Ayuntamiento de Madrid y con la colaboración de la Comunidad y de Suma Flamenca, asistimos a uno de los platos fuertes programados en el teatro Fernán Gómez. «El Arte por delante» de Rojas y Rodríguez ha inaugurado este año el festival con la presencia de la Lupi y Pol Vaquero como artistas invitados. Un espectáculo que empezó en los tablaos, intentando teatralizar el flamenco que allí se experimenta y que se ha trasladado al teatro intentado mostrar el flamenco de un tablao… justo todo lo contrario. Pero el espectáculo sigue encajando a la perfección e incluso mejora sobre las tablas del Fernán Gómez.
La iluminación espectacular que se ha aportado y la escenografía, sencilla pero poética y con la evocación necesaria a los auténticos tablaos mediante una división de espacios a través de candilejas antiguas. Con el espectáculo se han tratado de ceñir a lo que sería una actuación en un tablao, al Flamenco más puro, con la misma estructura tradicional de lo que podemos disfrutar cualquier noche en los más conocidos antros flamencos de España, baile de grupo, actuaciones de solistas y juerga final. Sencillo, pero necesario, según ha reconocido Ángel Rojas en el encuentro con el público posterior. Es necesario mostrar el arte del Flamenco que se vive en un tablao y trasladarlo a un escenario, revivir lo clásico, cada uno a su manera. Disfrutar de unos verdiales, alegrías, bulerías… en su estado más puro, pero adornado teatralmente.
De la técnica y arte que destilan Rojas y Rodríguez ya he hablado en numerosas ocasiones y aún así es necesario reconocer una vez más que son unos de los mejores exponentes del baile español en la actualidad, que saben crear, innovar, transmitir y enseñar prácticamente tocando todos los palos de la danza y, si es necesario, mezclándose con otras disciplinas. Que saben crear un gran espectáculo flamenco, uno más patrio o uno más internacional, que también se pueden meter en un pequeño tablao y crear esta pequeña joya de la que he disfrutado…Como dirían los modernos y yuppies de ahora, son un must del Baile Español y del Flamenco, pero es que se lo han currado mucho desde los inicios y ahora disfrutan de esa plenitud y savoir faire de su madurez.
Mención especial para el arte de La Lupi, toda una maestra del gesto flamenco, en el que cada mirada, cada mano volteada, cada hombro que se mueve, cada volante de su vestido, conserva el compás y que se recrea con su bata de cola transformando la estructura de unas alegrías para mostrarnos con sutileza todo lo que puede destilar el sentío flamenco.
Un verdadero espectáculo, flamenco y teatral, para los sentidos.
Luis Mª García.
«La guerra de los sexos» en la sala AZarte
Estrenada recientemente en el festival Surge Madrid LA GUERRA DE LOS SEXOS se podrá ver todos los Sábados y Domingos de Mayo y Junio en el Teatro Azarte.
Nuestra vida es un carrusel sentimental, un vodevil esperpéntico en el que podemos encontrarnos colores para todos los gustos… pero disfrutamos relacionándonos, flirteando, conociendo a otros, interesándonos por sus aficiones, gustos, morbos, debilidades y sueños… por eso una obra como «La guerra de los sexos» nos gusta y nos hace olvidar por una hora todas nuestras penas viendo cómo los diferentes sexos intentan comunicarse y no morir en el intento. Una propuesta potente, arriesgada versátil y divertida, dirigida por Chos y producida por Karlos Klaumannsmoller, que nos introduce a ritmo vertiginoso en el loco mundo del amor.
Luis Mª García Grande.
«Insatisfechas» en el Teatro Fernán Gómez
Miriam Díaz-Aroca y Belinda Washington continúan formando tandem en el teatro dirigidas por Juan Luis Iborra, el director de títulos destacados de la época dorada de las comedias en el cine español como “Salsa Rosa”, “Boca a Boca” “Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo” o “Todos los hombres sois iguales” y que últimamente ha pasado su batuta a la dirección de teatro.
Después de ver el cartel que anuncia la obra, con dos actrices perfectamente peinadas, maquilladas y retocadas esperamos asistir a una comedia de «alta sociedad», pero no… nada tiene que ver…»Insatisfechas» podría calificarse como una comedia «choni»a la española, con los gags típicos de este género que tanto gusta al público patrio y con el toque de estilo Iborra, que ha intentado adaptarse a estos tiempos de crisis en los que esas comedias, donde no existe la crisis y el máximo problema del protagonista es un affaire amoroso, se han quedado obsoletas e incluso mal vistas.
La Mari y la Encarni, dos mujeres de barrio, amigas inseparables desde la infancia y con toques «choni» deciden embarcarse en una aventura debido a que piensan que su vida no es como ellas la habían soñado. Con reminiscencias a «Thelma y Louise», se escapan en un coche rumbo a Benidorm para encontrar un futuro mejor, encontrándose por el camino con el chulo de turno que acabará siendo el pañuelo de sus lágrimas en una mala pensión de carretera.
La comedia exige una interpretación exagerada, por los personajes que se interpretan, y las actrices intentan meterse en la piel de esas amas de casa, chillonas, despeinadas y teñidas en casa, maniquís del mercadillo, que ya no tienen ilusiones, que viven el día a día en su pequeño mundo de barrio, que comen pipas al sol en el banco más cercano a su casa como su mayor diversión, que sirven a sus maridos e hijos como si se tratase de una obligación y que tienden la colada como autómatas mientras hablan de sus penas. Todo un reto para Miriam y Belinda después de haber representado a dos viudas ricachonas del Barrio de Salamanca…
Luis Mª García.

Es todo un honor ser invitado a las soirées de La casa de la Chelito donde se organizan las fiestas más chic y branchés de los tiempos de Primo de Rivera. Es lo que se lleva: la sicalipsis y la clandestinidad. Allí ha llegado La Bernalina para montar la fiesta clandestina de turno a espaldas de la benemérita y amenizarnos con sus cuplés y chascarrillos. Invitados de excepción como María Zambrano o Don Ramón Gómez de la Serna se sentarán en los mejores rincones del salón y en la mesa de la timba más animada de todo Madrid. Agapito, su fiel sirviente se encargará de que todo esté en perfecto orden, confirmará las exclusivas contraseñas de entrada de los clandestinos y tendrá muy en cuenta los detalles más exquisitos, ofreciéndonos suaves aromas a Varón Dandy y a Cocaína en Flor, muy necesarios en los tiempos que corren.






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